Alec se sienta cerca, rodeado de sus compañeros, pero su mirada a menudo se encuentra con la mía. Hay una conexión palpable entre nosotros, pero también una línea delgada de desconfianza que se teje en el aire. ¿Cómo puedo confiar en él completamente? Es un cazador de sombras, y yo, una loba desterrada.
La imagen del demonio cayendo ante nosotros sigue viva en mi mente. La forma en que luchamos juntos, cada movimiento sincronizado como si lleváramos años entrenando uno al lado del otro, me da una pequeña chispa de esperanza. Pero mientras la chispa brilla, mis instintos animales gritan en mi interior. No puedo olvidar que, en el fondo, hay una parte de mí que se siente insegura.
Me levanto y me alejo del grupo, buscando un respiro fresco y claro. El bosque me envuelve en su oscuridad, y el murmullo de la vida nocturna se convierte en mi único consuelo. ¿Es posible confiar en alguien con tanto peso sobre sus hombros? A pesar de todo lo que hemos pasado, la sombra del desconfianza se cierne sobre mí.
Algunos minutos después, escucho pasos detrás de mí. Me doy la vuelta y veo a Alec acercarse. Su expresión es de preocupación, pero también de curiosidad.
-¿Te encuentras bien? -pregunta, su voz es suave y cautelosa, como si temiera asustarme.
-Solo necesito un momento -respondo, sintiendo cómo mi corazón late más rápido. -Todo esto es un poco abrumador.
Alec se detiene a una distancia prudente, como si supiera que acercarse demasiado podría asustarme. ¿Es por mi naturaleza? La mezcla de emociones que tengo hacia él se intensifica. Por un lado, deseo su compañía; por otro, mi instinto animal me advierte que mantenga la distancia.
-Lo que hicimos hoy fue increíble. Nunca había trabajado con alguien de forma tan... efectiva -continúa, y puedo ver que está intentando romper el hielo.
-Sí, pero no siempre será así. No puedes confiar en que siempre habrá un demonio que enfrentar. -Mi voz es más dura de lo que pretendía, y Alec frunce el ceño.
-Entiendo tus dudas. Pero, Lyra, hay más en esto que solo cazar demonios. Necesitamos confiar el uno en el otro.
Sus palabras resuenan en mi mente, pero no puedo evitar sentir que hay algo que se interpone entre nosotros. ¿Cómo puedo confiar plenamente en un cazador de sombras? Hay un legado de desconfianza que me acompaña, uno que me dice que mi naturaleza es un riesgo.
-Lo sé, pero no puedo ignorar lo que soy -digo, mi voz temblando. -Soy una loba desterrada. No tengo la misma perspectiva que ustedes. Siempre habrá una parte de mí que quiera regresar a mi manada, que me recuerde lo que perdí.
Alec se acerca un poco más, aunque aún hay un espacio entre nosotros. -Tú eres más que eso, Lyra. Eres fuerte, y lo has demostrado hoy. Pero tu naturaleza no debería ser un obstáculo entre nosotros.
Su declaración me toca. El peso de sus palabras se siente como un lazo que se ajusta a mi corazón. Sin embargo, el miedo a lo desconocido aún me paraliza.
-¿Y si mis instintos me llevan a traicionarte? -pregunto, la angustia revelándose en mi voz. -¿Y si alguna vez tengo que elegir entre mi manada y tú?
Alec me mira fijamente, y en sus ojos veo un destello de entendimiento. -No hay respuestas fáciles, Lyra. Pero quiero que sepas que estoy aquí. No solo como cazador, sino como... alguien que se preocupa.
El aire entre nosotros es denso. Me aferro a su mirada, buscando la verdad en sus palabras. La posibilidad de confianza comienza a brotar, pero no puedo ignorar el escepticismo que aún me consume. ¿Es posible construir una relación entre lo que soy y lo que él representa?
-No puedo prometerte que no tendré dudas, Alec -le digo, sintiendo el peso de mis palabras. -Todo esto es nuevo para mí. No sé cómo funciona.
-Nadie lo sabe. Lo que importa es que lo intentemos juntos -responde, su voz firme y segura. -Confía en que estoy aquí para apoyarte.
Miro hacia el fuego, donde los cazadores continúan riendo y celebrando. La calidez de su risa choca con el frío de mis pensamientos. La verdad es que tengo miedo, miedo de abrirme y dar ese paso hacia la confianza. Pero en este momento, algo dentro de mí se sacude, un pequeño destello de esperanza que podría ser suficiente.
-Lo intentaré -digo finalmente, y la tensión en mi pecho comienza a aflojarse. -Pero necesito tiempo.
-Eso está bien. Estoy dispuesto a esperar -dice Alec, y una sonrisa genuina aparece en su rostro.
Nos quedamos en silencio por un momento, y la conexión que sentimos se hace más fuerte, como un hilo invisible que nos une. Aunque la desconfianza todavía tiene un lugar en mi corazón, la idea de dar un paso hacia adelante comienza a parecer menos aterradora.
Mientras el fuego crepita y las estrellas brillan sobre nosotros, siento que he dado un pequeño paso. Confianza y desconfianza pueden coexistir, y tal vez, solo tal vez, esta noche marque el comienzo de algo nuevo y valioso.