El fuego aún humea del banquete de anoche, pero no tengo tiempo para disfrutar de los restos de alegría. En este momento, lo que necesito es claridad. Decido acercarme a Alec, que se encuentra en el centro del campamento, rodeado por algunos de sus compañeros cazadores. Las líneas de preocupación son visibles en su rostro, una mezcla de determinación y responsabilidad.
-Alec -lo llamo, mi voz firme y decidida. Él se vuelve hacia mí, sus ojos se iluminan al reconocerme.
-Lyra, buenos días -responde, acercándose un poco más. -¿Todo bien?
-He estado pensando -digo, sintiendo cómo mi corazón late con fuerza. -Sobre lo que hablamos anoche.
Alec frunce el ceño, anticipando lo que diré a continuación. -Y...
-Quiero unirme a ustedes -declaro, mi voz resonando con fuerza en el aire. -No puedo quedarme al margen mientras hay una amenaza acechando.
La sorpresa se dibuja en su rostro. Por un momento, parece que no sabe cómo responder. -Lyra, esto no es algo que debas tomar a la ligera. Ser parte de un grupo de cazadores implica riesgos, y has estado alejada de ese mundo.
-Lo sé, pero he visto lo que son capaces de hacer. He sentido la conexión que tenemos. Y si hay algo que puedo hacer para ayudar, quiero hacerlo.
Alec me observa con atención, su expresión mezcla de preocupación y admiración. -No solo se trata de combatir demonios. También se trata de lealtad y confianza. No te puedo prometer que será fácil, pero estoy dispuesto a enseñarte lo que necesites saber.
-Eso es todo lo que pido -respondo, sintiendo que la decisión se fortalece en mi interior.
El grupo de cazadores que nos rodea se ha vuelto curioso, escuchando nuestra conversación con atención. Reconozco a algunos de ellos, aunque la mayoría son caras nuevas. Cada uno de ellos tiene un aura de valentía y destreza que me intriga.
-Si decides unirte a nosotros, deberías conocer las reglas -dice Alec, su tono serio. -Hay protocolos que debemos seguir, y tu seguridad es nuestra prioridad.
-Entiendo. Estoy lista para aprender -respondo, un impulso de determinación recorriendo mi cuerpo.
Alec asiente y se vuelve hacia el grupo. -Chicos, esta es Lyra. A partir de hoy, se unirá a nosotros en nuestra lucha contra la nueva amenaza.
Algunos cazadores me miran con interés, mientras otros parecen escépticos. Uno de ellos, un joven de cabello oscuro y ojos penetrantes, se adelanta.
-¿Estás segura de lo que estás haciendo? -pregunta, su tono lleno de desafío. -No todos los lobos son bienvenidos entre nosotros.
La desconfianza es palpable. Mi instinto se enciende, recordándome que tengo que demostrar mi valía.
-No soy solo una loba, -respondo con firmeza. -Soy una guerrera y estoy dispuesta a demostrarlo.
El cazador se ríe con desdén. -Veremos si eso es cierto en el campo de batalla.
Alec levanta la mano, pidiendo silencio. -Nadie se unirá a Lyra en desconfianza. Todos estamos aquí por un propósito, y es nuestro deber proteger a los demás.
La tensión en el aire es densa, pero su afirmación parece haber tenido efecto. El cazador me mira de nuevo, esta vez con una mezcla de respeto y curiosidad.
-Está bien, vamos a darle una oportunidad. Pero tendrás que ganarte tu lugar entre nosotros -dice, un desafío en su mirada.
Es justo. Estoy dispuesta a demostrar que puedo ser parte de su mundo. La sensación de pertenencia comienza a fluir dentro de mí, una conexión que se siente más fuerte que la que he tenido en mucho tiempo.
-Entonces, ¿cuál es el siguiente paso? -pregunto, mi voz llena de emoción.
Alec sonríe, y el peso de la tensión parece disiparse. -Comenzaremos con un entrenamiento básico. Necesitamos que entiendas cómo funcionamos y cuáles son nuestras estrategias.
Los otros cazadores asienten, y pronto se hace un círculo a nuestro alrededor.
-Primero, querrás familiarizarte con el uso de las armas -dice uno de los cazadores más experimentados, un hombre alto con cicatrices que cuentan historias de batallas pasadas. -Hay mucho en juego y debes estar lista.
Siento la emoción recorrerme. Finalmente, estoy dando un paso hacia un nuevo futuro, uno en el que puedo ser parte de algo más grande que yo misma. La unión entre los cazadores de sombras y yo, la loba desterrada, está empezando a formarse.
La rutina de entrenamiento comienza, y me sumerjo en el proceso de aprendizaje. La tensión y la desconfianza que una vez sentí empiezan a desvanecerse lentamente, reemplazadas por la camaradería de los cazadores que ahora me ven como una aliada.
No puedo evitar sentir que, a medida que los días avanzan, estamos formando algo valioso. A medida que entreno y lucho a su lado, se va formando una alianza, una conexión que promete ser más fuerte que cualquier cosa que haya conocido.
Las horas se desvanecen mientras me esfuerzo en el campo de entrenamiento. Estoy decidida a demostrar que no soy solo una loba, sino una guerrera dispuesta a luchar por su nuevo hogar. En el fondo, sé que la confianza es un camino que debemos recorrer juntos, y estoy lista para dar cada paso a su lado.