-Recuerda, Lyra, siempre debes mantener la guardia en alto -le digo, acercándome mientras se prepara para un nuevo ataque. Su cabello se agita a medida que se mueve, y por un momento me detengo a admirar la fuerza y la determinación que emana. No puedo evitar sentir que hay algo especial en ella, algo que me atrae.
-Lo tengo, Alec -responde, con una sonrisa desafiante, antes de lanzarse hacia adelante, realizando una serie de movimientos que demuestran su habilidad natural.
Mientras la observo, un torbellino de emociones comienza a girar dentro de mí. A pesar de que sé que debemos mantener cierta distancia, me resulta difícil ignorar la conexión que se está formando entre nosotros. Cada vez que sus ojos se encuentran con los míos, siento un tirón en mi interior, como si una parte de mí estuviera despertando. Pero debo concentrarme.
-No te dejes llevar por la emoción -le aconsejo, intentando mantener la objetividad. -El combate no es solo fuerza bruta; se trata de estrategia y control.
Ella asiente, su mirada intensa en mí. -Entiendo, pero no puedo evitarlo. Hay algo en esto que me hace sentir viva.
El comentario me sorprende. La pasión que muestra me recuerda por qué decidí convertirme en cazador en primer lugar: la necesidad de luchar por lo que es correcto, de proteger a los inocentes de la oscuridad. Pero con Lyra, hay algo más.
A medida que continuamos el entrenamiento, comienzo a notar que los demás cazadores la observan con creciente respeto. Aunque algunos todavía son escépticos, su dedicación y habilidad están ganando terreno en su favor.
-Bien hecho, Lyra. Ahora, intentemos una técnica de combate en pareja -propongo, intentando contener la mezcla de emoción y nervios que se agita en mi interior.
El entrenamiento en pareja es crucial. Permite que los cazadores aprendan a coordinarse y a confiar el uno en el otro. Mientras ella asiente, siento que la atracción hacia ella se intensifica.
-Vamos a hacer una demostración. Primero, voy a enseñarte cómo moverte en sincronía con tu compañero.
Me acerco a ella, mostrando los movimientos básicos. Su cuerpo se desplaza al unísono con el mío, y mientras lo hacemos, no puedo evitar notar la cercanía entre nosotros. Es un instante fugaz, pero la electricidad en el aire es palpable. La conexión es más que solo una atracción física; es una chispa que siento que nos une de manera más profunda.
No puedo dejar que esto me distraiga. Ella necesita mi orientación, y no puedo permitirme fallar.
-Recuerda, Lyra, la comunicación es clave. No solo debes anticipar tus movimientos, sino también los de tu compañero. -Mis ojos se encuentran con los suyos y, en ese momento, siento que hay algo que va más allá de lo que estamos haciendo.
-¿Y si me distraigo? -pregunta, su tono burlón hace que mis labios se curven en una sonrisa involuntaria.
-Esa es la clave -respondo, intentando mantener el tono serio. -Si te distraes, te arriesgas a perder el control. Y no queremos eso.
Continuamos con la práctica, alternando movimientos y técnicas. A medida que avanzamos, siento cómo mi admiración por ella crece. No solo es fuerte y valiente, sino que también tiene una chispa que la hace única. Me resulta difícil no pensar en ella como algo más que una compañera de entrenamiento.
Al final de la sesión, la mayoría de los cazadores se han retirado, dejando a Lyra y a mí solos. Su respiración es entrecortada, y hay una ligera capa de sudor en su frente.
-¿Te sientes bien? -pregunto, acercándome un poco más.
-Estoy bien, pero... es más difícil de lo que pensaba. -Ella se ríe suavemente, tratando de ocultar la frustración.
-No te preocupes, es normal. Todos pasamos por eso. -En mi mente, no puedo evitar recordar mis propios inicios como cazador. -Con el tiempo, aprenderás a manejarlo.
-Gracias por ser paciente conmigo, Alec -dice, sus ojos encontrando los míos. Hay algo en su mirada que me hace detenerme, un destello de vulnerabilidad que me recuerda que no solo es una guerrera fuerte, sino también una persona con sus propias inseguridades.
Esa vulnerabilidad me atrae aún más. La conexión entre nosotros se siente más fuerte cada día, y no puedo ignorar que estoy comenzando a cuidar de ella de una manera que nunca antes había experimentado.
-No tienes que agradecérmelo -respondo, sintiendo el impulso de acercarme más. -Estamos en esto juntos.
Ella sonríe, y esa sonrisa ilumina su rostro. Es un momento que me gustaría detener, un instante que encapsula todo lo que hemos compartido en tan poco tiempo.
La tensión entre nosotros es palpable, pero, a la vez, siento que hay algo más profundo. Una conexión que va más allá de las palabras, una unión que nos llama a seguir adelante, juntos.
A medida que me alejo, una parte de mí quiere quedarme y seguir explorando esta nueva relación que estamos formando. Sin embargo, tengo que recordar que nuestro mundo está lleno de peligros, y que debemos permanecer enfocados en la lucha que se avecina.
Con cada sesión de entrenamiento, estoy seguro de que estamos construyendo no solo habilidades de combate, sino también una alianza que podría cambiar el rumbo de nuestras vidas. El futuro es incierto, pero en este momento, me siento más cerca de Lyra que nunca.