Esta noche, decido dar un paseo por los alrededores del campamento. La frescura del aire nocturno me recuerda mi hogar en el bosque. Mis instintos me guían hacia una pequeña cueva que he descubierto durante mis entrenamientos. Es un lugar aislado, alejado de las miradas curiosas de los cazadores, donde puedo pensar con claridad.
Al entrar en la cueva, la oscuridad me rodea, pero no tengo miedo. En su interior, encuentro un viejo altar con símbolos que reconozco. Mi corazón se acelera al recordar las historias que escuchaba de pequeña sobre pactos antiguos entre los lobos y los cazadores de sombras. La conexión entre ambas comunidades siempre fue un secreto, escondido bajo capas de desconfianza y rencor.
Mientras examino los símbolos, mis pensamientos se desvían hacia Alec. Su imagen aparece en mi mente, su fuerza y su compromiso como cazador, así como la tensión entre nosotros que se intensifica cada día. Pero, al mismo tiempo, también siento una sombra de duda. ¿Podría ser que mi manada y los cazadores tengan una historia compartida que explique por qué me siento tan atraída por él?
De repente, escucho un sonido detrás de mí. Me giro, lista para enfrentar cualquier amenaza, pero solo encuentro a un cazador. Es Ethan, un miembro del equipo de Alec que siempre ha sido amable conmigo.
-Lyra -dice, con una expresión de sorpresa-. ¿Qué haces aquí?
-Solo explorando -respondo, tratando de sonar despreocupada-. ¿Tú?
-Vine a buscar un poco de paz antes de la misión. Pero parece que encontré algo más. -Mira alrededor, sus ojos se detienen en el altar. -¿Sabías que esos símbolos son antiguos? Hay quienes creen que tienen el poder de unir a las dos razas.
Mi corazón se acelera. -¿Unirlas? ¿Cómo?
-Las leyendas dicen que hubo un tiempo en el que lobos y cazadores trabajaban juntos para proteger el mundo de las fuerzas oscuras. Pero eso cambió. La traición y la desconfianza se apoderaron de ambas partes, y ahora estamos atrapados en un ciclo de odio.
Su voz se vuelve más seria, y puedo ver la frustración en su rostro. -Alec no quiere creerlo, pero hay quienes en nuestra comunidad piensan que si podemos restaurar esa alianza, podríamos ser más fuertes juntos.
Sus palabras resuenan en mi mente. La idea de una alianza me llena de esperanza, pero también de temor. Mi manada siempre ha sido cautelosa con los cazadores, y ahora que me he unido a ellos, ¿cómo se sentirán mis hermanos al enterarse de que estoy trabajando con sus enemigos?
-Ethan, no sé si puedo hablar de esto con Alec. -Mis palabras salen más entrecortadas de lo que pretendía. -Si le cuento que hay una conexión, podría ser un problema.
Él asiente, comprendiendo mis dudas. -Entiendo tus preocupaciones, pero si deseas que haya un cambio, necesitas ser honesta. Tal vez esa conexión sea la clave para que ambos lados encuentren una forma de coexistir.
Un silencio pesado se cierne entre nosotros mientras reflexiono sobre sus palabras. Tal vez la respuesta a mis preguntas esté más cerca de lo que pensé. Tal vez, como Lyra, puedo ayudar a sanar la brecha entre nuestras comunidades.
-Voy a hablar con Alec -digo finalmente, tomando una decisión. -Necesito que sepa lo que descubrí.
Ethan sonríe, y aunque su expresión es de aliento, puedo ver la preocupación en sus ojos. -Ten cuidado, Lyra. Alec es un buen tipo, pero los cazadores no siempre aceptan lo desconocido.
-Lo sé. -Susurro, sintiendo el peso de la tarea que tengo por delante. Con un último vistazo al altar, decido salir de la cueva y regresar al campamento.
El camino de regreso se siente más pesado que antes. La idea de revelarle a Alec lo que he aprendido me da tanto miedo como emoción. Si existe una conexión entre nuestra manada y los cazadores, es vital que lo sepa. Pero también tengo miedo de su reacción. ¿Aceptarían la verdad o se cerrarían ante la posibilidad de colaborar con los lobos?
Cuando finalmente llego al campamento, veo a Alec de pie cerca de la fogata, hablando con algunos cazadores. Mi corazón late con fuerza, y por un momento dudo si debo acercarme. Pero la determinación se apodera de mí, y me dirijo hacia él.
-Alec -digo, tratando de mantener la calma en mi voz.
Él se vuelve, sus ojos se iluminan al verme. -Lyra, ¿todo bien?
-Necesito hablar contigo sobre algo importante -respondo, sintiendo la gravedad de lo que estoy a punto de revelar.
Alec frunce el ceño, notando la seriedad en mi tono. -Claro, ¿de qué se trata?
Nos alejamos un poco del grupo, buscando un lugar más privado donde podamos hablar. Mi corazón palpita mientras pienso en cómo comenzar.
-He estado investigando un poco y... descubrí algo sobre los lobos y los cazadores.
-¿Qué has encontrado? -su voz es firme, pero hay una chispa de interés en sus ojos.
-Hay una conexión entre nuestras comunidades, un antiguo pacto que se rompió por la desconfianza. -Las palabras fluyen de mis labios, y mientras hablo, siento cómo la verdad se convierte en un peso que me libera.
Alec me escucha atentamente, su expresión cambia a medida que las piezas del rompecabezas comienzan a encajar. -¿Un pacto? ¿Por qué nunca hemos oído hablar de esto?
-No lo sé, pero creo que podemos restaurar esa conexión. Tal vez podamos unir fuerzas para enfrentar a los demonios que amenazan a ambos lados -digo, sintiendo cómo la esperanza crece en mi pecho.
Alec se queda en silencio por un momento, procesando la información. Su mirada es intensa, y no puedo leer lo que está pensando. Finalmente, habla. -Esto es... enorme.
-Lo sé. Pero tenemos que intentarlo. -Mis palabras son un súplica. La idea de volver a mi manada y tener que defender mis acciones me aterra, pero no puedo dejar que el miedo me detenga.
-Lyra, hay muchas cosas en juego aquí. No es solo tu vida o la mía. Hay lealtades en juego, y no todos aceptarán fácilmente esta idea. -Su tono es serio, y puedo ver que se está debatiendo entre la razón y la emoción.
-Pero si no lo intentamos, estaremos condenados a seguir peleando unos contra otros -replico, sintiendo el ardor de la lucha en mi interior.
Finalmente, sus ojos se suavizan, y asiente lentamente. -Tienes razón. Pero necesitaremos la ayuda de ambos lados. No será fácil, pero estoy dispuesto a intentarlo.
Un alivio profundo se apodera de mí, y una sonrisa se dibuja en mi rostro. -Gracias, Alec. Sé que esto no será fácil, pero juntos podemos lograrlo.
-Sí, juntos. -Me mira, y por un momento, el mundo a nuestro alrededor desaparece. En ese instante, sé que hemos dado un paso importante, no solo hacia la restauración de una conexión entre nuestras comunidades, sino también hacia la construcción de algo más entre nosotros.
Con el peso de la verdad compartida, comenzamos a planear nuestro siguiente paso. La noche está llena de posibilidades, y aunque el camino por delante está lleno de incertidumbres, sé que no estaré sola en esta lucha.