Mientras observamos cómo los cazadores discuten estrategias para la próxima misión, mis pensamientos giran en torno a Lyra. Desde el momento en que se transformó y se unió a la lucha, algo en mí cambió. La conexión que sentí al mirarla a los ojos no fue solo un destello de admiración; era algo más profundo, algo que me hizo cuestionar todo lo que sabía sobre los mates y su significado.
-¿Estás bien, Alec? -me pregunta uno de mis compañeros, sacándome de mis pensamientos.
Asiento, aunque estoy lejos de estar bien. -Solo estoy... pensando -respondo, tratando de ocultar mi inquietud.
Miro a Lyra, que se ha separado del grupo, observando el bosque con la misma intensidad con la que un cazador acecha a su presa. Sus ojos reflejan la luz de la luna, y veo una mezcla de determinación y vulnerabilidad. No puedo evitar sentirme atraído hacia ella, como si un hilo invisible tirara de mí, acercándome más a su lado.
En ese momento, la revelación golpea como un rayo. Lyra es mi mate. La comprensión me paraliza. En mi mundo, los mates son algo sagrado; son el vínculo más profundo entre dos seres, una conexión que va más allá de la comprensión humana. Pero, ¿cómo puede ser? ¿Cómo puede una loba ser mi mate? Mis pensamientos se agolpan y se mezclan en un torbellino de emociones contradictorias.
Me acerco a ella, intentando comprender el abrumador deseo que siento por su cercanía. -Lyra -la llamo, y ella se vuelve para mirarme, sus ojos fijos en los míos.
-¿Sí? -pregunta, su voz tranquila pero con un tono de curiosidad.
-Quería... agradecerte por lo que hiciste esta noche. No muchos serían tan valientes como tú -digo, intentando desviar la conversación de la revelación que me atormenta.
-No fue nada que no pudiera hacer -responde con una leve sonrisa, pero en su mirada hay un destello de comprensión. Sabe que hay algo más en juego.
Mientras hablamos, siento una chispa en el aire, como si el tiempo se detuviera por un breve instante. Mi corazón late más rápido, y por un momento, olvido el conflicto que significa nuestra conexión. Si ella es mi mate, ¿qué significa eso para nosotros? La idea de que la chica con la que he estado luchando, que ha arriesgado su vida por mí, sea mi alma gemela, es a la vez emocionante y aterradora.
-Lyra, necesito que sepas algo -comienzo, pero la vacilación en mi voz traiciona mis pensamientos. El miedo a lo desconocido me paraliza. -Lo que siento por ti es... diferente. No sé cómo explicarlo.
Ella frunce el ceño, y en su mirada hay una mezcla de sorpresa y preocupación. -¿Te refieres a que eres un cazador y yo soy una loba? -su voz es firme, pero puedo sentir la tensión en el aire.
-Exacto. -Tomando una respiración profunda, me acerco un paso más. -Pero no es solo eso. Desde que te conocí, algo cambió en mí. Me he sentido más vivo, más... completo.
Un silencio pesado se cierne entre nosotros. Puedo ver que está procesando mis palabras, y la incertidumbre en sus ojos refleja mis propios temores. ¿Qué pensará ella de esto? ¿Aceptará lo que somos, o se sentirá abrumada?
-Alec, yo... -su voz tiembla ligeramente, y por un momento me siento frustrado por no poder encontrar las palabras adecuadas para explicarle la profundidad de mi conexión con ella.
-Sé que somos diferentes, y que esto es complicado. Pero no puedo ignorar lo que siento -la interrumpo, sintiendo la urgencia de ser honesto. -No sé cómo actuar. Solo sé que quiero conocerte más, entenderte y estar a tu lado, si eso es lo que deseas.
Lyra me observa con atención, como si buscara las respuestas en mis ojos. Un ligero destello de esperanza se asoma en su mirada. -No tengo miedo de ser diferente. He vivido con eso toda mi vida. Pero no sé qué significa esto para nosotros, Alec. ¿Qué significa ser mates en un mundo que nos ha enseñado a temernos?
Sus palabras resuenan en mí. En un mundo lleno de prejuicios y rivalidades, lo que sentimos el uno por el otro podría ser considerado una traición, pero también una oportunidad. Siento la presión de la expectativa, la responsabilidad de ser el primero en dar un paso adelante.
-Podemos descubrirlo juntos -propongo, tomando su mano entre las mías. Es un gesto simple, pero en su calidez encuentro la certeza que necesito. -No quiero que el hecho de que seas una loba nos detenga. Tal vez, juntos, podamos romper las barreras que nos separan.
Lyra me mira, sus ojos brillando con una mezcla de confianza y temor. -¿De verdad crees que podemos hacerlo?
-Lo creo -respondo con firmeza, sintiendo que cada palabra es un juramento. -Quiero intentar entender este vínculo que tenemos. Quiero que sepas que estoy aquí, que no me importa lo que digan los demás.
La tensión entre nosotros se disipa, y aunque no tengo todas las respuestas, hay un destello de esperanza en el aire. Estamos dispuestos a enfrentar lo que venga, a desafiar las expectativas y a construir un camino juntos.
Mientras el grupo de cazadores continúa discutiendo sus planes, me doy cuenta de que este es solo el comienzo. La conexión que hemos descubierto es una luz en la oscuridad, una promesa de que, a pesar de nuestras diferencias, hay un futuro posible. Juntos, enfrentaremos no solo a los demonios del mundo exterior, sino también a los prejuicios que han definido nuestras vidas.
Miro a Lyra, sintiendo que cada latido de mi corazón se sincroniza con el suyo. Esta noche, hemos dado un primer paso hacia un destino que aún no conocemos, pero estoy listo para descubrirlo. Juntos, somos más fuertes.