El Destino Nos Entrelaza
img img El Destino Nos Entrelaza img Capítulo 9 Miedo a los medios
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Capítulo 16 ¿Mi mujer necesita pedir permiso para salir img
Capítulo 17 Anillo de bodas img
Capítulo 18 No dejaré que te intimiden img
Capítulo 19 ¿Con qué salvaje te has enredado esta vez img
Capítulo 20 La propina img
Capítulo 21 Saldo insuficiente img
Capítulo 22 Irritarla se había convertido en su mayor placer img
Capítulo 23 A pescar medusas img
Capítulo 24 No puedo olvidarme de ti img
Capítulo 25 Hablando del rey de Roma img
Capítulo 26 El leopardo no puede mudar sus manchas img
Capítulo 27 Acabando con la escoria humana img
Capítulo 28 La trampa img
Capítulo 29 : Colgante de jade img
Capítulo 30 Un plagio img
Capítulo 31 Contestación img
Capítulo 32 Apoyo total img
Capítulo 33 Halagos img
Capítulo 34 No toques mis cosas img
Capítulo 35 ¿Eres tú, Ryan img
Capítulo 36 La caja de música img
Capítulo 37 Un monstruo img
Capítulo 38 Las acciones de JoyReader img
Capítulo 39 ¿Por qué debería sacrificarme img
Capítulo 40 La esposa más hermosa img
Capítulo 41 La mujer más suertuda img
Capítulo 42 No me casé contigo por eso img
Capítulo 43 Muy buen cocinero img
Capítulo 44 La fiesta img
Capítulo 45 Tropezón img
Capítulo 46 Vergüenza en público img
Capítulo 47 Las palabras y los comportamientos son los reflejos del corazón img
Capítulo 48 La alergia img
Capítulo 49 Dame una razón img
Capítulo 50 Yo soy tu esposa img
Capítulo 51 Pequeña apuesta img
Capítulo 52 ¿Qué diablos quieres img
Capítulo 53 Señora Sheng img
Capítulo 54 ¿Puedo invitarla a almorzar img
Capítulo 55 Una confrontación inevitable img
Capítulo 56 Nietos img
Capítulo 57 Embriaguez img
Capítulo 58 La víspera de Año Nuevo img
Capítulo 59 Vayamos a saludar img
Capítulo 60 Escándalo en la tienda de té con leche img
Capítulo 61 Hay gente que no merece la misericordia img
Capítulo 62 No es una tontería img
Capítulo 63 La anfitriona img
Capítulo 64 Mi esposo es más atractivo img
Capítulo 65 Una vieja amiga img
Capítulo 66 Una escena impactante img
Capítulo 67 Él está con otra mujer img
Capítulo 68 Juntas en el mismo barco img
Capítulo 69 Lujos y extravagancias img
Capítulo 70 La habitación secreta img
Capítulo 71 ¡Sal de ahí! img
Capítulo 72 Eres mi niña img
Capítulo 73 ¿Por qué el burgués le teme a la oscuridad img
Capítulo 74 ¿Quién permitió que esta persona entrara img
Capítulo 75 Audición img
Capítulo 76 Rol protagónico img
Capítulo 77 Sabes lo poderoso que soy img
Capítulo 78 La subasta img
Capítulo 79 Mil millones img
Capítulo 80 La galería de arte img
Capítulo 81 Rumores img
Capítulo 82 ¿Acaso hiciste algo para molestarla img
Capítulo 83 Ella estaba celosa img
Capítulo 84 El protagonista es mi ídolo img
Capítulo 85 Puedo recuperar la pintura img
Capítulo 86 Solo me preocupan los sentimientos de mi esposa img
Capítulo 87 Su marido era increíble img
Capítulo 88 Día de la Limpieza de Tumbas img
Capítulo 89 Un sabor familiar img
Capítulo 90 Quien quiera llevar la corona, debe soportar su peso img
Capítulo 91 Un desafío img
Capítulo 92 ¿De quién crees que aprendí eso img
Capítulo 93 La joven no pudo ganar, así que él lo haría por ella img
Capítulo 94 Hacerla parecer una esposa celosa img
Capítulo 95 La pintura fue robada img
Capítulo 96 Incriminada img
Capítulo 97 Te daré dos días img
Capítulo 98 La verdad que se avecina img
Capítulo 99 Una cena de medianoche img
Capítulo 100 La pintura ha sido devuelta img
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Capítulo 9 Miedo a los medios

Maggie había saltado desde un edificio. No tenía un buen aspecto.

Con las manos temblorosas, Cassie destapó la tela que la cubría.

La maquilladora de la funeraria la había acicalado. Parecía estar durmiendo profundamente.

En comparación con los desgarradores gritos y llantos del pasillo vecino, el silencio de Cassie era mucho más sufrido y lamentable.

Bajó la cabeza y sus lágrimas empezaron a correr.

Tenía muchas cosas por decir, pero se le quedaron atoradas en la garganta.

Al notar la humedad de sus pestañas, Dylan sintió el corazón reblandecido. Sacó un pañuelo del bolsillo de su traje y se lo entregó. Extendió los brazos y acercó sus hombros.

"Tu madre, que está en el cielo, no querría verte así".

Cassie tomó el pañuelo y secó sus lágrimas. Era un frío día de invierno y no había calefacción allí dentro. El aire fresco entró en la sala y enrojeció la nariz de Cassie.

Después de secarse, giró su cuerpo y dijo: "Háganlo".

En cuanto Dylan agitó la mano, vino alguien que se ocupó de hacerlo. El cementerio también estaba ubicado en las afueras, rodeado por vallas de hierro negro de estilo europeo. En su interior, había una gran variedad de pequeñas tumbas con flores y arbustos de toda clase.

Parada frente a la tumba de su madre, y con la garganta atragantada, Cassie volvió a llorar. Colocó algunas varitas de incienso y las prendió.

"Mamá, ¿por qué no esperaste a que regresara? Eras una persona cuando me fui, pero ahora te has convertido en esto", dijo susurrando.

Dylan divisó su pálido rostro, pero no sabía cómo consolarla. En vez de hacerlo, le advirtió: "No olvides lo que te dije".

Podía llorar, pero no podía llevarlo al extremo...

Después de ver que el incienso se volvía cenizas, Cassie se puso de pie, se secó las lágrimas y dijo con una sonrisa: "Vamos".

Un poco sorprendido por su comportamiento, Dylan le preguntó: "¿Estás bien? ¿No te apena?".

Cassie asintió con la cabeza y luego expresó: "La tristeza no siempre tiene que verse en la cara; basta con sentirla en el corazón. Además, eres tú quien no me deja gritar mi dolor".

Una leve sonrisa apareció en los labios de Dylan. Se sintió aliviado al escuchar esa respuesta. Tomando la fría mano de Cassie, caminó hacia adelante.

"Dylan, no tienes que hacerlo".

"Puede que la prensa esté cerca. Podrían sacar fotos".

"Si tienes miedo, no deberías casarte con tanta prisa. ¿No es acaso más sospechoso?", murmuró.

Dylan giró su cuerpo y le echó una mirada fija. Luego de un breve silencio preguntó: "¿Qué acabas de decir?".

Cassie solo pudo replicar sonriendo: "No, nada".

Poco después, el chofer los llevó a la oficina del Registro Civil. Se tomaron fotos, firmaron el acta y cada uno se llevó una libreta matrimonial. El funcionario que los atendió notó la clara falta de expresión en el rostro de Cassie: "Señorita, ¿está segura de que se casa por voluntad propia?". Su respuesta, por supuesto, fue afirmativa.

En cuanto salió de la oficina, Cassie sacó la libreta y la observó pasmada. En su rostro empezó a dibujarse una amarga sonrisa.

No podía creer que se había casado con un hombre al que apenas conocía, y encima luego de enterrar a su madre.

"Señora Lu, es real. No necesita confirmarlo", indicó Dylan.

Cassie recobró el sentido cuando escuchó su voz. Parpadeó de manera lenta y dijo: "Lo sé".

"No difundas la noticia del matrimonio", manifestó él.

"¿Por qué?", preguntó ella rascándose la cabeza.

"¿Quieres que digan que nos casamos por los rumores?", dijo mirándola como si fuese inferior.

"Pero... ¿no es verdad?", espetó ella.

Dylan la miró con el ceño fruncido e hizo que se callara de inmediato.

Luego explicó con lentitud:

"Si no lo admitimos, los medios seguirán inventando historias basadas en esas fotos. Encontraremos el momento adecuado para anunciar la noticia. De esa manera, el público nos creerá".

"Entonces... será una noticia explosiva".

"Algo así. Vámonos". Dylan la llevó al coche tomándole de la mano.

Cassie no tenía en claro cuáles eran sus verdaderos planes, pero decidió dejar de discutir.

La mansión de Dylan, comprada hace tres años, estaba ubicada en la Villa LY. Nadie sabía la razón por la cual había elegido un lugar tan remoto. Quizás fue por el hecho de que era un lugar tranquilo...

El automóvil atravesó la carretera de la montaña. No se avistó a ninguna persona en un radio de cinco kilómetros. Cassie se volvió hacia Dylan y le preguntó: "Desperdicias mucho tiempo en el viaje. Tengo entendido que los ricos como tú consideran al tiempo un activo muy valioso...".

Era lo último que Dylan esperaba escuchar. La miró y dijo: "Tengo otras casas en el centro. Solo vengo aquí de vez en cuando".

La ajetreada vida de Dylan lo obligaba a volar muy seguido. Era bastante inconveniente vivir en un lugar alejado.

De pronto, hubo un breve silencio.

Las esquinas de los ojos de Cassie se movieron levemente. '¡Diablos!, cometí un error. No debí entrometerme ni hacer ese comentario'.

¿Estaba tratando de insinuar algo? ¿Tenía miedo de vivir sola?

Al verla así, Dylan contestó con calma: "Pero no te preocupes, ya que estamos casados, me mudaré de regreso. No voy a dejarte sola".

Sus ojos estaban fijos en él, pero en su interior gritaba: '¡Pero quiero vivir sola! ¡No te necesito! ¡Puedo hacerlo!'.

El sonido del mar rompiendo la costa levantó el ánimo de Cassie. Parecía que las fuertes olas arrastraron consigo toda su tristeza sentida.

Cuarenta minutos más tarde, el coche se detuvo frente a una gran verja de hierro estilo europeo. El portón se abrió automáticamente. Después de conducir durante un largo trayecto, finalmente pudo verse una lujosa mansión.

Cassie bajó del auto y miró a su alrededor. Sus ojos estaban llenos de incredulidad.

El hermoso jardín contaba con un ilimitado césped. La fuente y la estructura general de la casa eran magníficos ejemplos de arquitectura bárroca europea. El lugar estaba plagado de cuidadores y sirvientes que mantenían la propiedad.

Al notar la sorpresa en el rostro de Cassie, Dylan llamó su atención, presentándole a uno de sus sirvientes: "Él es Carter. Puedes buscarlo si necesitas algo".

Carter era una de las personas enviadas por Pearl cuando él se mudó a ese sitio.

Cassie reaccionó enseguida y luego sonrió. El hombre de mediana edad, vestido de traje, se irguió y la saludó: "Hola, señorita".

Con mucha afectuosidad, Cassie contestó: "Encantada de conocerte".

Carter la miró con una sonrisa al sentir su gran calidez.

"En adelante, no la llames así. Puedes decirle señora o señora Lu", corrigió Dylan.

Carter tardó en darse cuenta, pero luego dijo sonriendo: "Entendido, señor".

Sujetando la mano de Cassie, Dylan le propuso: "Vamos. Hay mucho viento aquí. Entremos".

Maravillada con lo que veía, Cassie asintió sin decir palabra.

La enorme araña Swarovski del techo reflejaba un brillo deslumbrante. El piso de mármol estaba tan limpio que uno podía ver su propio reflejo.

Después de pasar la gran antesala, caminaron y llegaron al inmenso salón principal.

Sobre la chimenea podían verse algunos libros en inglés, que Cassie no sabía pronunciar. La cálida temperatura del ambiente le brindó un gran confort.

Los criados habían encendido la calefacción cuando se enteraron del regreso de su patrón.

El living había sido decorado con un estilo urbano. Tenía una paleta de colores fríos. Las paredes estaban pintadas de blanco y negro. Todo estaba limpio y ordenado, como la primera impresión que causaba Dylan.

Carter siguió los pasos de su jefe.

Dylan se volvió hacia él y le dijo: "No tienes que seguirme. Ocúpate de tus cosas. Te avisaré cuando te necesite".

Carter asintió con la cabeza y luego se retiró.

Sobre el sofá de la casa, se encontraba sentada una elegante mujer vestida con un suéter blanco: Cheryl Shen. En el momento en que vio a Dylan, se puso de pie y saludó: "Hola, Señor Lu".

Extendió su mano hacia Cassie y dijo risueña: "Hola, señora. ¿Qué tal?".

Cassie la miró desconcertada y preguntó con el ceño fruncido: "¿Tú eres...?".

            
            

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