Capítulo 7 El pasado

"Iba a decir que estoy dispuesto a casarme contigo", Malcolm terminó de decir al cabo de un rato.

"¿Qué dices? ¡Estás loco! ¿Acaso me conoces? ¿O sabes de qué familia provengo? ¿Sabes lo que hago? ¿Cómo puedes decir que estás dispuesto a casarte conmigo así de fácil?". Lucia se echó a reír.

Como ella estaba borracha, obviamente no estaba en su sano juicio.

Sin embargo, el hombre que tenía delante no había bebido nada, así que estaba sobrio. No olía a alcohol ni a los cigarrillos que suelen consumir los hombres. Solo olía como una ola fresca de agua de mar. Era obvio que Malcolm estaba sobrio y lúcido. '¿Por qué me molesta?', se preguntaba ella.

"No tienes que llegar a ese punto, pero si te interesa saber, puedo contarte sobre mi vida. Aunque será tan desagradable como una telenovela". Lucia dejó de reírse. "Y bien, ¿tienes agua aquí? He bebido demasiado y ahora tengo sed". Ella entonces levantó la cabeza y lo miró a los ojos.

De repente, él la levantó y la llevó en brazos, haciendo que ella gritara. Con cuidado, la dejó en el sofá del salón como si fuera frágil y fuese a romperse fácilmente.

Mientras ella seguía aturdida, él se inclinó y la besó en la frente antes de caminar hacia la nevera. Luego sacó una botella de agua, la abrió y se la entregó. Sentado con ella en el sofá, la estrechó entre sus brazos.

Y Lucia no pudo resistirse a él en absoluto. El abrazo de Malcolm era cálido, y la hacía sentir segura y tranquila. Llevaba mucho tiempo buscando a alguien que le hiciera sentir que pertenecía a él, y ahora, por fin, sentía que había encontrado a esa persona.

"No soy tan interesante, ¿sabes? Cuando tenía cinco años, mis padres me abandonaron en un orfanato. Entonces el director del orfanato me acogió. Cuando estaba en la universidad, ya era independiente y ganaba mi propio dinero. Durante el tiempo que estuve en el orfanato, mucha gente quiso adoptarme, pero mis travesuras los ahuyentaban. Como mis padres me habían abandonado, tenía miedo de volver a quedarme sola, así que me dije a mí misma que preferiría estar sola a ser adoptada". Aunque Lucia hablaba de su pasado, estaba muy tranquila, como si no se tratara de su vida.

Malcolm, por su parte, no la interrumpió y la escuchó en silencio. Después de todo, ya sabía todo lo que ella le estaba contando por el documento que Bob le había dado esa misma tarde. Entonces la abrazó con fuerza y envolvió su brazo alrededor de su cintura.

"Bueno, ahora viene la parte desagradable de la historia...", dijo ella con una sonrisa que parecía burlarse de sí misma.

"Cuando me admitieron en la universidad, me mudé del orfanato, conseguí un trabajo a tiempo parcial, alquilé un apartamento y empecé una nueva vida. Por lo general, los estudiantes universitarios están muy ansiosos y expectantes sobre su futuro. Tienen sueños y metas. Cuando yo estaba en mi primer año de universidad, quise solicitar un programa de intercambio en una universidad de otro país, pero las cosas no salieron como esperaba".

Ella hizo una pausa por un momento, y se preguntaba cómo continuar.

"Durante el segundo semestre de mi primer año, conocí a Jonah en un evento comunitario. Es a quien conociste hoy en el bar. Al principio no le di tanta importancia, aunque pasábamos mucho tiempo juntos debido a las actividades de la comunidad. Solo tiene a su madre con él, no tiene padre. Tal vez la similitud de nuestras vidas fue lo que nos unió. Al final del primer año, hubo un baile, y fue entonces cuando él me confesó su amor y comenzamos a salir. Nuestra relación era muy romántica. A menudo me sorprendía con las cosas más pequeñas, y compartimos muchos buenos momentos juntos. No puedo negar que fuimos muy felices y estuvimos muy enamorados durante los dos primeros años de nuestra relación".

Lucia evocaba su pasado, perdida en sus pensamientos. Durante los fríos días de invierno, Jonah le preparaba agua tibia con azúcar morena para aliviar sus cólicos menstruales. En su cumpleaños, la había hecho feliz diciéndole lo mucho que la quería bajo el cielo nocturno iluminado con fuegos artificiales. Todos los días, después de sus clases, él le preparaba una deliciosa comida y la disfrutaban juntos en el pequeño bosque que había detrás de la escuela. La chica tenía muchos recuerdos agradables con él.

"¿Qué ocurre?", le preguntó Malcolm sin rodeos cuando notó que ella estaba aturdida. Luego levantó suavemente la mano y le acarició la mejilla.

"Oh, no es nada. Probablemente pensaba demasiado en el pasado... Bueno, déjame continuar la historia". Lucia volvió por fin a la realidad y continuó: "Aquellos días de dulce amor duraron dos años enteros. Sin embargo, luego llegó el último año de universidad. Me preparé para la ceremonia de graduación, trabajé en un programa de prácticas y escribí mi tesis. Tenía grandes esperanzas para mi futuro, y también tenía grandes sueños y era ambiciosa. Fue por Jonah que renuncié a mi sueño de continuar mi carrera en el extranjero. Al principio, nos llamábamos muchas veces al día. Pero, después de un tiempo, solo lo hacíamos una vez al día, luego una vez cada dos días, y poco a poco, eso cambió a una vez a la semana. A veces, ni siquiera hablábamos hasta que me daba cuenta de que no lo habíamos hecho en mucho tiempo. Solo hablábamos de cosas normales, y después de decirnos unas pocas palabras, colgábamos. Nuestras conversaciones eran muy básicas, y no había romance en ellas".

Después de decir eso, ella agarró la botella y bebió un sorbo de agua.

"Al final conseguí un buen trabajo cuando estaba en el segundo semestre de mi último año de universidad. Fue en DZ Media, la empresa para la que trabajo actualmente. Aunque esta era entonces una compañía emergente, me gustaron el ambiente de trabajo y la cultura de allí. Así que acepté el trabajo aunque no era fácil. Bueno, fue mi jefe el que me inspiró a hacerlo. Me dijo que yo podía hacer cualquier cosa que quisiera".

De repente, la chica se quedó en silencio. No sabía cómo continuar contando la historia, porque lo que venía a continuación era lo último en lo que quería pensar. La traición de Jonah le había dejado una cicatriz en su corazón y nunca podría borrarse. Ese dolor la había dejado insensible durante un largo tiempo.

"Fue porque estaba ocupada con mi trabajo que... Supongo que no conocerás la sensación de tener que levantarte cada mañana y tomar el metro para ir al trabajo en hora pico. Estaría tan lleno de gente que fácilmente podrías ser aplastado por ellos. Como era nueva en el trabajo, tuve que aprender mucho y casi no me quedaba tiempo para mí misma. Pero un día me di cuenta de que no tenía tiempo para conocer al hombre que amaba, pues solo nos veíamos una vez al mes y, en ocasiones, una vez cada dos meses. Rara vez hablábamos por teléfono. Tal vez, yo había sido despiadada e insensible, y cuando me di cuenta de que algo andaba mal, ya era demasiado tarde".

Lucia volvió a sonreír, se burlaba de sí misma.

"Habían pasado dos años desde que me incorporé al trabajo, y fue durante la Navidad. Acababa de terminar de trabajar en un proyecto cuando recordé que hacía tiempo que no pasaba tiempo con él ni celebraba una fiesta con él, así que fui a la tienda, compré una tarta y un nuevo conjunto de lencería".

En cuanto dijo esas palabras, ella notó que en los ojos de Malcolm había un atisbo de ira, pero se desvaneció rápidamente.

"Como yo tenía la llave de su apartamento, solo abrí la puerta y entré. Fue algo así como en un programa de televisión. Había ropa interior en el suelo, una muy sexi de encaje. No sé si andaba sin hacer ruido, o si ellos estaban demasiado absortos en el momento, pero cuando entré en el dormitorio, seguían haciendo el amor. Entonces empujé la puerta para abrirla, y ambos me miraron sorprendidos. Yo era la que tenía todo el derecho a estar enfadada, ¿no? Pero fue Mina quien perdió los estribos, mientras Jonah se mantuvo al margen, observando en silencio".

Ese día había sido el más cruel y doloroso en la vida de ella. Mina se levantó de la cama, se envolvió con la manta sobre su cuerpo desnudo y maldijo. Solo entonces cuando Lucia se enteró de que esta y Jonah llevaban casi dos años juntos. Sin embargo llevaba todo ese tiempo sin saberlo. Así que se sintió como si fuera la otra. Mientras Mina la había maldecido y gritado histéricamente, Jonah había fingido no conocerla en absoluto.

Lucia se dio cuenta entonces de que Mina era la hija del CEO de Gomez Properties, la empresa en la que Jonah había ido a trabajar tras su graduación. Él había conocido a Mina en el evento de orientación. Su ajetreado último año de universidad ya le había vuelto un poco indiferente hacia Lucia, y la aparición de esta otra había puesto fin a su aparentemente interminable vanidad. Él era un hombre pobre y no tenía nada, pero había conseguido atraer a una mujer rica.

Le había ocultado a Mina que tenía una novia, y también se había sentido culpable por haber engañado a Lucia, pero esa culpa había desaparecido pronto ante su ansia de dinero, poder y estatus. Jonah se había vuelto muy frío con ella y había olvidado que tenía una novia que le quería, por lo que pronto empezó a salir con Mina públicamente.

Solo cuando Lucia entró en su apartamento en Navidad, se enteró de la verdad.

Mientras que Mina se había puesto histérica, Lucia se había quedado en shock, y Jonah se había puesto del lado de la primera en ese momento. Incluso le había dicho a Lucia que ya no sentía nada por ella, y que hacía mucho tiempo que no la amaba. Y como llevaban mucho tiempo que no se ponían en contacto, había sido una señal evidente de que habían roto. Hasta le había preguntado a Lucia por qué fingía resistirse a dejarlo.

Por eso Mina siempre había creído que esta era la que estaba obsesionada con él. Como procedía de una familia reputada, estaba muy segura de que ningún hombre dejaría a una mujer rica como ella por una huérfana como Lucia.

Mina estaba muy mimada debido a su posición social. Desde entonces, se dedicó a satirizar a Lucia cada vez que la veía. El silencio de Jonah y la indiferencia de Lucia solo la hicieron más despectiva.

La relación de Lucia con Jonah había durado muchos años antes de llegar a ese final. Sin embargo, ella no se permitió derramar ninguna lágrima por su relación rota y salió del apartamento sin despedirse.

Y fue así cómo su relación terminó.

"Ahora que mi larga y repugnante historia de vida ha terminado, ¿qué piensas, mi audiencia?". La chica se sentía mucho más relajada y hasta tenía ganas de burlarse de Malcolm después de contarle su historia.

Un súbito rastro de frialdad pasó por los ojos de él, quien la agarró por la cintura con una mano y le sostenía la cabeza con la otra mientras la arrastraba a un beso profundo y apasionado.

Lucia tenía los ojos muy abiertos y obviamente estaba confundida. Aprovechando el momento, Malcolm utilizó su lengua para encontrar la de ella, quien luchó un rato antes de darse por vencida. Después de todo, su cuerpo no podía resistirse a él. Así que ella le rodeó el cuello con los brazos y le devolvió el beso con fiereza.

"Te deseo", le susurró él al oído cuando sus labios se separaron de los de ella.

Él se sorprendió un poco de que una mujer, con la que solo había tenido sexo una vez, pudiera hacer que la deseara tanto. Era como un adolescente con ella, impulsivo y lleno de lujuria. Malcolm deseaba frotarse contra su piel y hacerle el amor en ese mismo momento.

"¿Y si yo tomo la iniciativa?", le preguntó ella con una sonrisa seductora.

Mientras Malcolm seguía contemplando lo que acababa de decirle, ella lo apretó contra el sofá y se sentó encima de él con sus manos acariciando cada centímetro de su piel. Le desabrochó lentamente la camisa y la sacó de los pantalones. Luego llevó sus manos al cinturón, lo desabrochó y liberó su pene ya erecto. Lo sujetó suavemente con una mano mientras le besaba la frente, las cejas, los ojos y, lentamente, los labios, sin detenerse ni un instante.

Malcolm quiso tomar las riendas, pero no pudo ya que Lucia le presionaba en el sofá. El hombre estaba tan excitado que sentía que su sangre hirviendo estaba a punto de hacer explotar su erección. Con un gruñido bajo, él la levantó con sus fuertes brazos, y luego se escabulló rápidamente de debajo de ella y se puso encima. Lucia estaba muy mojada para entonces, y él no perdió ni un momento antes de introducir su erección en su vagina.

Ella se dejó llevar por sus movimientos bruscos y apasionados. Estaba completamente perdida en el cuerpo de él. Gimió una y otra vez seductoramente, pidiendo más. Era como si el calor que salía de sus cuerpos fuera a quemar todo lo que les rodeaba.

Ella estaba muy ansiosa por ser llenada mientras alcanzaba el punto máximo de su clímax. Poco después de que Malcolm terminara, ella empezó a seducirlo de nuevo, y no descansó hasta que su cuerpo quedó completamente adolorido. Nunca se había atrevido a pensar que pudiera estar tan cachonda, como si liberara todo el deseo que había reprimido durante tantos años.