-Si cortas ese cable saltaremos por los aires -dijo Abel.
El novato retiró los alicates del cable rojo.
-¿El azul, entonces? -preguntó con voz temblorosa.
Abel se quitó el casco reglamentario y tomó una honda bocanada de aire.
-Aún no lo sé, maldita sea -gruñó-. Necesito tiempo.
El novato miró el temporizador. Quedaban menos de dieciséis minutos, p