Capítulo 12 VERSÍCULO 12

El Gris se detuvo a medio camino, alzó la cabeza y cerró los ojos, dejó que el sol bañara su rostro. Su finos cabellos plateados colgaban hacia atrás, sobre su gabardina negra, oscilaban acompasados con el balanceo del resto del cuerpo.

-No nos sobra el tiempo -le reprendió Miriam.

-No puedo hacer esto casi nunca -repuso el Gris-. No pasará nada po

            
            

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