Ella nunca lo había visto sonreír, y pensó que tal vez se vería más guapo cuando lo hacía. Sebastian era todo lo contrario de sus padres y hermanas, lo cual hacía que Lilian se preguntara de qué planeta provenía él.
"Sí, lo recuerdo", murmuró ella en respuesta, mirando a su tío de nuevo.
"Bien. Le estaba preguntando cuándo me iba a dar a mi primer nieto", dijo Albert, provocando un quejido en su hijo.
"Ya habíamos acordado no hablar de esto, papá".
"Lo seguiré haciendo hasta que me des un nieto. Quiero tener uno ahora que todavía estoy sano y tengo la energía para correr con él o ella por allí. El hecho de que te pida una criaturita de nuestra sangre no significa que espero que te involucres con la madre solo por el bebé, y tampoco espero que nos traigas una chica a tu madre y a mí fingiendo que se aman para terminar divorciándose pocos días después de que nazca el pequeño. Solo quiero que seas feliz y formes tu propia familia. Deseo para ti que experimentes lo que tu madre y yo tenemos".
"No es mi culpa que las mujeres siempre están detrás de mi dinero, papá", dijo Sebastian interrumpiéndolo, y Lily lo miró con incredulidad.
"Pues yo creo que hay alguien para ti allí afuera, alguien que te amará por ti y no por lo que tienes, solo date la oportunidad de conocerla cuando llegue a ti", replicó Albert.
Sebastian no pudo evitar preguntarse por qué su padre estaba diciendo todo eso frente a su prima, la cual no le agradaba ni un poco.
"Ustedes dos pónganse al día, yo iré a saludar a los otros invitados", se excusó el cumpleañero antes de dejar a ambos jóvenes allí.
Desde que Jayda le había contado a Lily todo lo que Sebastian hizo, ella había querido gritarle un montón de insultos, pero no lo hizo porque su amiga le rogó que evitara problemas.
De pronto, se rio disimuladamente al ver el punto de la frente de este donde Jayda le había lanzado los tacones, pues aunque la protuberancia había bajado, todavía habían rastros de ella.
"Veo que mi propia prima no puede resistirse a babear sobre mí", comentó Sebastian al tiempo que le entregaba la copa vacía a un camarero.
Lily se rio entre dientes con incredulidad al ver lo creído que era ese idiota.
"Lamento decepcionarte, Seb, pero no te encuentro atractivo. Incluso si fueras el último y único hombre en la tierra, preferiría morir sola que estar contigo".
"Sí, claro. Lo que sea que te haga feliz", replicó él, metiéndose las manos en los bolsillos.
"Por cierto, ¿qué le pasó a tu frente?", preguntó ella, fingiendo no saber nada.
"No es que sea de tu incumbencia, pero me golpeé con la pared", respondió Sebastian casi de inmediato, como si hubiera estado practicando en caso de que alguien lo mencionara.
"¿En serio? Parece que alguien te hubiese arrojado una cosa como una piedra o algo así...", cuestionó Lilian a modo de burla, pero tratando de contener la risa. Pues estaba feliz de que su mejor amiga le hubiese hecho eso a su primo.
"Como dije, no es asunto tuyo", repitió Sebastian de dientes apretados y echando humo.
"¿Cuándo le darás un nieto a tu papá?", preguntó Lilian, pero no obtuvo respuesta.
"Quizás si tratas mejor a la gente y dejas de tener pensamientos estúpidos de que todo el mundo está detrás de tu dinero, tal vez encuentres a alguien que te agrade de verdad".
"No pedí tu consejo".
Tras una breve risa, Lilian comentó: "Eres un tonto y un gran idiota. Lo siento mucho por quien termine teniendo que tolerarte, y ojalá su hijo no se parezca en nada a ti en términos de comportamiento".
"No metas a mi futura descendencia en esto", espetó él al tiempo que apretaba los puños.
"Creo que tienes razón. Habría que ver primero si es que llegas a tener uno y no mueres solo", dijo ella en tono burlón.
De repente, una pequeña rubia se acercó a su primo, le envolvió la cintura con sus brazos posesivamente y le lanzó a ella una cortés mirada.
Lilian sacudió la cabeza porque no podía creer que ese idiota hubiera seguido adelante como si lo que sucedió entre él y su mejor amiga no significara nada para él mientras que Jayda luchaba por olvidarlo.
"Espero que sepas que él terminará contigo no bien salgan de esta fiesta", le dijo a la rubia que se aferraba a Sebastian.
"Sheila no es mi cita, es una amiga", aclaró él al tiempo que desenredaba el brazo de la mencionada del suyo. Sin embargo, era muy obvio que él le gustaba a esa tal Sheila, e independientemente de que fuese su amiga, esa rubia quería ser algo más que eso.
A pesar de que Lilian quería confrontar a su primo sobre su noche con Jayda, le había prometido a esta que no le mencionaría el asunto a Sebastian, pues por alguna razón desconocida, ella no quería que él supiera que era amiga de su prima.
No obstante, Lilian no pudo evitar preguntarle por eso indirectamente. "¿Sabes? Te vi en Louix hace unas semanas. Te llamé, pero supongo que no me escuchaste. Estabas con una chica y tenías la vista fija en ella mientras entraban al hotel. ¿Era tan especial?".
Sebastian se quedó muy quieto, demasiado; y es que Louix fue el hotel al que iba para divertirse con las chicas. La última vez que fue allí había sido cuatro semanas atrás con Jayda, y esa fue, de hecho, su última relación sexual. Él no podía creer que había sido célibe durante un mes.
"Lo que hago con mi vida no es asunto tuyo, Lilian", respondió con los dientes apretados.
Por su reacción, esta se dio cuenta de que ese tonto se sentía de la misma manera que Jayda, y ahora estaba satisfecha de que su mejor amiga no era la única que sufría.
"No debería decirte esto, pero como eres mi primo, lo haré. Liam, un colega mío, fue con esa misma chica a la fiesta de nuestra oficina la semana pasada, y dijo que le gustaba tanto que no solo planeaba convertirla en su novia, sino también en su esposa y madre de sus futuros hijos. Él comentó que esa chica había pasado por muchos desamores y que planeaba hacerla olvidar a todos los idiotas que le habían roto el corazón".
Habiendo dicho eso, ella sonrió porque sabía que su misión había sido cumplida no bien vio el rostro enojado de Sebastian y sus puños apretándose.