/0/4202/coverbig.jpg?v=4fff474ecd1c44e88f3386509e565623)
El si podía escuchar sus chillidos, también sus quejas, podía sentir la sangre írsele a la cabeza y la respiración faltarle, aun así nadie más que él podía verla al perecer, pues nadie lo detenía, nadie le hacía caso y era una mujer a la que se llevaban como un saco de papas, como simplemente un objeto.
Ya Ever no miraba más que a su novia, ya n