Eleonor.
Mientras más segundos pasaban más placenteras eran sus embestidas. Podía sentirlo tomarme con más fuerza, con más deseo, con un salvajismo interior como si quisiera desgarrarme, hacerme nada, volverme polvo y que mis cenizas se sumergieran en su piel. La manera en que sus manos sujetaban mis cinturas juraría que allí dejaría la marca, est