Ever. Me sentía sin fuerzas, la verdad es que en otros tiempos yo hubiese querido reventarme los nudillos a golpes, boxeando arduamente hasta que se me lograra calmar el dolor en el centro de mi alma, pero no, no tenía ganas ni de eso. Me sentía extrañado, otra persona, y lo entiendo, yo nunca había tenido tanto peso en mi ser, me siento desgarrado