Capítulo 7 Golpes

Me desperté tras un largo tiempo, todo volvía a estar en su normalidad, pero la visión de mi padre aún seguía en mi mente, como si alguien siempre estuviera repitiendo la misma escena. Hacía mucho frío, y afuera había una intensa tormenta de nieve, con demasiada niebla.

Fui a cerrar las ventanas, y a lo lejos me pareció divisar una silueta humana, pero se alejó rápidamente, desapareciendo entre aquella niebla.

Estaba empezando a preocuparme si era cosa mía, pero la maldición podría estar llegando a la ciudad, después de todo creo que aquella niña llamada Wendy era de aquí.

Escuché golpes, fui a mirar, con un escopeta en la mano, era simplemente la rama de un árbol acariciando la ventana, y otra vez vi una silueta humana, una especie de sombra, esta vez sentada en una de las ramas, miraba al suelo, de repente la rama se quebró, cayendo al suelo, y la silueta desapareció.

Me dispuse a marcharme a ver la televisión, pero algo extraño empezó a suceder, una mancha color vino oscuro empezó a extenderse por el suelo nevado, algo similar a lo que había visto en el hospital, y volviendo a formar un círculo ¿Otra puerta de entrada?

Posteriormente el árbol aquel se derrumbó en dirección a donde se había dibujado el círculo, asustándome, pues el impacto con el suelo generando un estruendoso ruido.

Cerré las contraventanas y me alejé de ahí, luego escuché sirenas, otra vez fui a mirar que pasaba, simplemente estaban los bomberos y la policía, los cuales estaban quitando el árbol caído.

La mayoría de vecinos vino a mirar lo que pasaba, y mientras la tormenta aumentaba su intensidad, ahora se habían unido los truenos y relámpagos, las nubes eran más oscuras, y el viento más agresivo y frío.

Algo estaba pasando, algo no andaba bien, estaba segura de que la maldición se estaba propagando hacia la ciudad también.

De nuevo vi a la silueta humana, ahora estaba columpiándose tranquilamente en uno de los columpios del parque infantil, ajena al ajetreo que se había generado, y otra vez desapareció, pero el columpio seguía moviéndose, incluso después de varias horas pasadas, cuando volví a mirar hacia él, seguía moviéndose, haciendo el típico sonido estridente de metal oxidado.

Yo decidí irme a dormir, aunque no dormí mucho, sentía una incomodidad, y escuchaba el sonido del columpio, pero en un momento determinado logré dormirme.

            
            

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