Capítulo 9 El principio del mal

Tras unos días en coma, desperté, parecía que habían pasado siglos, los médicos se percataron, y me fueron a ayudar para quitarme los cables, y a sentarme en la cama.

-Por fin despierta, nos tenía preocupados.

-¿Qué ha ocurrido? Me duele la cabeza y no recuerdo nada- dije algo agotada.

-Un compañero suyo la fue a visitar a su casa, y la encontró asustada, y con ayuda de otro señor la trajeron hasta aquí, pues se había desmayado- alguien llamó a la puerta, y el médico fue a abrirla, y entró un señor de unos cuarenta años, con ropa algo sucia, pero normal.

-Me presento, me llamo Harry, su compañero y yo le ayudamos cuando sufrió un desmayo, me alegro de que esté bien.

-Encantada, muchas gracias por todo, y disculpe haberle involucrado en esta situación.

-No se disculpe, hoy por usted, mañana por mí, me tengo que marchar, cuídese Heather- se despidió con un apretón de manos y una sonrisa amable.

-Lo mismo le digo.

Y Harry se marchó, luego comí y me volví a dormir, hasta que desperté a las cinco y dos minutos de la madrugada, estaba sudando otra vez, escuché un grito desgarrador, la puerta de mi habitación se abrió sola y de nuevo una sombra custodiaba la puerta, pero esta vez me levanté, y la sombra desapareció entre la oscuridad del pasillo.

Miré el número de habitación, la 502, la maldita, el hospital estaba desolado, oscuro, las paredes llenas de sangre, y criaturas parecidas a insectos, pero enormes, fui mirando el número de las demás habitaciones, todas 502, y en todas ellas había un ser golpeando la puerta. El suelo crujía con mí caminar, lo observé, estaba pisando miles de ojos, las ventanas de las salas ahora eran arterias y trozos de piel humana.

Bajé una escalera de caracol extensa, escuché pasos detrás de mí, miré hacia atrás, y habían miles de siluetas oscuras caminando detrás de mí.

Al terminar las escaleras vi otras muchas caminando hacia mí, y estaba rodeada de ellas, luego vi cadáveres colgando al revés del techo, y de ellos goteaba sangre, y estaban vivos, pues se retorcieron de dolor cuando miles de insectos los empezaron a devorar.

Miré para arriba y ahí vi a un gigante girando una manivela enorme, lo cual no pude entender para que lo hacía.

Al final acabé en una gran sala circular, el suelo de esta se empezó a romper, y del abismo salieron unos tentáculos enormes, del techo empezaron a caer trozos de carne, y a llover sangre, algo totalmente asqueroso, y uno minutos después apareció una niña atada a una camilla. Totalmente podrida, y con un aspecto desagradable, además de una cara triste y pérdida.

Y de repente la niña desapareció.

¡Bienvenida, pero ahora huye de esta pesadilla y no vuelvas Heather!- la miré, era igual, pero sus ojos eran rojos, su piel ahora negra, y su rostro era de odio.

La obedecí, y me marché bien lejos de aquel lugar, ni yo, ni nadie volvió a visitar esa planta, y con el paso del tiempo todos nos trasladamos a otro hospital. Incluso tuvimos que abandonar la ciudad, todo estaba maldito, y yo ya no estoy viva, estás leyendo mis notas íntimas.

            
            

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