Luego de algunas horas de espera un hombre apareció a gran velocidad posicionándose en una de las paredes del coliseo, con intención de dar información sobre los siguientes pasos. El público presente ovaciono la llegada del sujeto que daría inicio a los grandes juegos de las sombras. El rey viajaba hasta la perla negra para poder ver los grandes juegos. Deseaba ver correr sangre y violencia extrema, por lo tanto era probable que muchos de ellos terminarán muertos de formas muy crueles en manos de sus propios "compañeros".
-¡Escuchen bien, malditos inútiles! -exclamo la sombra para tener la atención de todos, incluso del público presente. Ellos dirigieron sus miradas a él instantáneamente y se dispuso a realizar el discurso que tendría que darles.
-¡Puedo ver qué no son veinte sombras! -le continuo.
-¡Imagino que algunos de ustedes se habrán encargado de tirar la basura! -Los gritos de ovación del público no se hicieron esperar, todos anhelaban ver sangre correr. El hombre dirigió su mirada a la mujer de cabellos negros y piel tan blanca como la nieve y también a Brigham, ellos no habían notado esto por la lejanía entre ellos. Pero aquella sombra nocturna les había seguido justo en el barco de madera, evaluando sus habilidades. Por lo tanto tenían el visto bueno, la crueldad con la que sujetaron al enemigo en el mástil también les otorgaba una buena cantidad de puntos.
-¡El rey aún no a llegado! -las sombras nocturnas deseaban que el rey pudiera ver sus habilidades, sin embargo los grandes juegos no podían retrasarse más.
-¡Cada uno de ustedes será llamado en su debido momento! ¡El resto puede esperar en las gradas! -Los asesinos se movilizaron a ellas a la espera de que su superior les llamará, fueron algunos minutos para decidir el primer enfrentamiento. El supervisor ya había logrado evaluar las habilidades de Brigham y su "compañera" asesina. Por lo que no los evaluaría de inmediato. El rey presenciarla los mejores combates y se deleitaría de la violencia que estos asesinos sombríos eran capaces de hacer.
El superior deseaba ver velocidad, inteligencia, buen manejo de sus armas y sobre todo mucha sangre, crueldad y asesinatos a sangre fría.
Las dos primeras sombras fueron llamadas. Uno de ellos tenía la sangre tan fría como una serpiente. Bajo el manto que le cubría se dibujaba una sonrisa sádica, tenía la intención de terminar con su rival de una manera cruel, sabía que eso le daría puntos con su instructor, pero más que eso, disfrutaba cegar vidas de las formas más crueles y retorcidas posibles las cuales su destruida cabeza era capaz de imaginar.
Esta sombra retorcida no utilizaba cuchillos como era habitual con sus compañeros. Este sádico asesino utilizaba cadenas con objetos filosos en sus extremos. Tenía uno con forma de una guadaña y el otro era con punta filosa como un cuchillo.
Las sombras nocturnas podían especializarse en la arma asesina que más les convenciera. La mayoría de estos asesinos utilizaba cuchillos. Por lo tanto este sádico sujeto salía de los paradigmas. Los dos contrincantes se miraron fijamente uno frente a otro, y seguidamente se retiraron a sus respectivas posiciones, dónde esperarían la señal de su instructor para que la sangre de ambos corriera en el césped.
-¡No deseo ver una pelea justa! -Exclamo el instructor.
-¡Quiero ver una demostración excepcional de velocidad! ¡Solo uno de ustedes pasará a la primera prueba! -Los gritos de emoción del publico no se hicieron esperar, todos habían hecho sus apuestas pero más que eso. Deseaban ver la violencia de los juegos. Para ellos, solo uno pasaría la prueba. Seguidamente el instructor dio la señal para que ambos contrincantes pudieran saciar su sed de sangre.
El sujeto de las cadenas tenía un apodo puesto por sus propios compañeros y el contrincante sabía a quién se enfrentaba, igualmente pretendía acabar con ese mito de que el asesino de las cadenas era extremadamente peligroso.
-Se quien eres -Le dijo el contrincante, cosa que a la sombra de las cadenas no le sorprendía, pues era conocido por muchos de su facción.
-Eres la "La pitón de Madargruz" -El hombre de las cadenas realizó un saludo elegante, como signo de burla a su contrincante. Quien no se molestó por tal gesto, estaba decidido a acabar con él y obtener el respeto del resto de los asesinos sombríos.
El contrincante de la Piton de Madargruz utilizaba cuchillos como el resto de sombras sin ningún tipo de originalidad o identidad. El hombre a gran velocidad corrió contra la pitón. Que dio un salto, haciendo girar sus cadenas. Lanzando la cadena derecha que portaba una guadaña en el extremo superior, pero su contrincante desapareció en un parpadeo con una velocidad comparable incluso con la de Brigham Loughty.
La pitón tocó el suelo de manera elegante, tratando de divisar a su rival, quien apareció justo encima de él lanzando un cuchillo a gran velocidad, pero basto con que este diera un solo paso aun lado para que el arma impactará justo en el césped. El hombre de las cadenas retrocedió, haciendo que su contrincante tomada el cuchillo en el césped.
-¡Deja de jugar conmigo! -exclamó la sombra de los cuchillos, esperando que la pitón peleará con todas sus fuerzas. El instructor estaba sorprendido, parecía que quien llevaba la delantera en el enfrentamiento no era la pitón de Madargruz.
-Bueno, que conste que tú lo pediste -la pitón desapareció a gran velocidad, no había emitido ni un sonido al correr. Justo a sus espaldas se posicionó la pitón y con su guadaña rebanó limpiamente la cabeza de su contrincante. Dándole la victoria a la pitón de Madargruz.
Sin embargo, el instructor no había quedado tan sorprendido, su velocidad y sigilo eran de respetar, pero no había visto nada fuera de lo usual en la llamada pitón, no obstante había superado a su contrincante y eso le daba una buena cantidad de puntos para convertirse en sombra de élite.
-¡Muy bien, Pitón de Madargruz! -el público se emociono con furor y el asesino hizo una elegante reverencia para dirigirse nuevamente hasta a las gradas, dónde esperaría pacientemente los resultados de su asesinado.