Una Sumisa Para El CEO
img img Una Sumisa Para El CEO img Capítulo 5 Todo el mundo te deja atrás
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Capítulo 11 Aprendizaje img
Capítulo 12 Doce img
Capítulo 13 Trece img
Capítulo 14 Catorce img
Capítulo 15 Quince img
Capítulo 16 Dieciséis img
Capítulo 17 Toca me img
Capítulo 18 Ya no Soy Virgen img
Capítulo 19 Diecinueve img
Capítulo 20 Veinte img
Capítulo 21 Veintiuno img
Capítulo 22 Veintidós img
Capítulo 23 Veintitrés img
Capítulo 24 Veinticuatro img
Capítulo 25 Veinticinco img
Capítulo 26 Veintiséis img
Capítulo 27 Veintisiete img
Capítulo 28 veintiocho img
Capítulo 29 veintinueve img
Capítulo 30 Treinta img
Capítulo 31 Treinta y uno img
Capítulo 32 Treinta y dos img
Capítulo 33 Treinta y tres img
Capítulo 34 Treinta y cuatro img
Capítulo 35 Treinta y cinco img
Capítulo 36 treinta y seis img
Capítulo 37 Treinta y siete img
Capítulo 38 Treinta y ocho img
Capítulo 39 Treinta y nueve img
Capítulo 40 Cuarenta img
Capítulo 41 Cuarenta y uno img
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Capítulo 5 Todo el mundo te deja atrás

Cuando el coche se detuvo frente a la cafetería, - o algo parecido a una - Levi bajó con la esperanza de poder entrar y hablar con Mel, o arrastrarla dentro de su coche como quería. Caminó hasta el vidrio esparcido y respiró más profundo cuando notó la sonrisa grandiosa en su rostro hermoso. Ella conversaba con un hombre mayor, sin embargo, alto y estaba feliz dando saltos de alegría, sonreía como una tonta. ¿Estabas tan feliz de trabajar allí? ¿Era eso? ¿Preferirías estar caminando de un lado a otro o cocinando que ser tu mujer?

¿Algo era mejor que estar a tu lado?

Desistiendo, él volvió al borde de la acera y Felipe abrió la puerta para él, tenía que salir de allí antes de que su estómago comenzara a girar de cabeza hacia abajo.

- ¿Qué vas a hacer ahora? - preguntó el conductor reposicionando en el asiento delantero. Levi se quedó mirando la cafetería, o la cafetería, no lo sabía.

- Vamos a la empresa de mi padre - mandó, arreglando su ropa cara. - No tengo más tiempo para perder con putas desobedientes. - Gruñó enojado.

- Sí señor - Felipe siguió adelante, directamente para la empresa.

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- Estoy muy feliz, y prometo que lo haré todo bien - agradeció de nuevo al dueño del establecimiento, su felicidad estaba contagiando a todos. - Sólo Dios sabe cuánto necesitaba desesperadamente este trabajo, salvarás mi vida y la de mi hermano.

- Como dijo Mel, ¿no? - Ella dijo que sí. - Yo no pagaría tan bien, pero es todo lo que tengo.

- No te preocupes, es un comienzo.

- Genial, ¿puedes empezar mañana por la mañana? - Confirmó que estaba emocionada, recogió sus cosas y se fue de la cafetería.

El corazón prácticamente saltaba dentro del pecho, la alegría era inmensa. Corrió hacia la parada de autobús más cercana y clavó sus pies allí.

Respiró profundo y se pellizcó de nuevo, no quería que fuera un sueño. Encontró un trabajo, que pagaba mal, pero ya sería un comienzo para los medicamentos y la cirugía de Mauricio. Tomó el autobús directo al hospital, se sentó en un banco cerca de la ventana y respiró profundamente, queriendo mantener la calma. Cuando llegó al hospital cruzó el pasillo distribuyendo sonrisa y una alegría demasiado intensa para ser vista como cualquier otra cosa. Entró en la habitación donde dormía su hermano y vio a dos enfermeras alrededor del niño.

El ritmo cardíaco casi se detiene.

- ¿Mauricio? - Las enfermeras miraron hacia atrás, pero sólo una se acercó a Mel.

- Cálmate Mel - La mujer se estaba riendo - Se despertó, pero no lo hagas hablar, o hacer esfuerzo, su cuerpo está débil, y se despierta ahora, no mejora en casi nada.

- Claro que sí, yo voy a poder ver a mi hermano con los ojos abiertos, hace mucho tiempo que eso no sucede. - lágrimas comenzaron a caer - quiero hablar con él.

- Hoy solo podrá sonreír, no quiero que empiece a hablar ya. - salió de la vista de Mel, ella dio una sonrisa muy bonita y se fue al lado de la cama.

La agitación de Mauricio hizo que Mel se animara más. Se mordió el labio y le puso la mano en la cara al niño, su única y amada familia.

- Estoy de su lado, para siempre - dijo, sonrió animado, tan pequeño y sufrido. El corazón de Mel latió fuerte, las lágrimas comenzaron a aparecer y Mauricio también lloraba. - Sé que quieres salir a jugar conmigo en el jardín de nuestro edificio, pero espera un poco más, ¿vale? - Intentó hablar y Mel sonrió, aunque desesperada.

- No hables - la doctora pidió. - Entiendo que quieras jugar con tu hermana y hablar sobre todo, pero en un momento de esos, ¿no puedes estar bien? Mañana, podrás hablar todo lo que quieras. - Él aceptó eso y miró a Mel de nuevo que sonreía como tonta enamorada.

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- ¡Tarde! - Marlon habló cuando su hijo más joven se sentó frente a usted - de hecho, no lo esperaba.

- Ando sin mucho que hacer - el mayor se apoyó en la silla mirando al hijo.

- La compañía está bien, no envié mucho porque todo lo que tenía que hacerse, lo hiciste en un mes y medio, ¿de acuerdo? - Levi desvió la mirada arreglando el traje caro.

- Sí! - Miró a su padre.

- Sé que algo anda mal, pero no es asunto mío - Levi sólo te miraba, sin ánimo, o motivación - ¿Necesitas qué, una put4 para cambiar tu cara?

- Estoy bien.

- No parece - el mayor se levantó y Levi se quedó sentado - conozco al hijo que tengo, está diferente y eso es porque la chica salió de su casa?

- No hablas en serio - Te levantaste también - Soy adulto, no necesito que me vigiles.

- No soy yo. Es tu madrastra. - contó y Levi sopló - sabe que no me importa lo que usted haga, apenas con el trabajo que entrego en sus manos. Eres un adulto y conoces tus decisiones.

- Gracias.

- ¿Por qué se fue la criada? - preguntó. Levi rió.

- Odio la incompetencia.

- ¿Cómo odias a cualquiera de tu lado? Mirella está estresada persiguiendo a otra empleada. ¿Es tan importante que tengas una para ti?

- Sí - no era una empleada solo para él que deseaba, sino una mujer sexy para servirle de formas más... intensas. Pero nadie lo sabía.

- Ten cuidado con eso. Teo va a hacer un viaje al final de esta semana, quiero que vengas aquí un día sí y otro no, para ayudarme si lo necesitas - pidió volver a la mesa con un vaso de whisky para él y su hijo.

- Hm... - Gruñó.

- Señor Santiago - el más joven se volvió y se levantó viendo la secretaria de su padre desfilar hacia ellos - Mirella está en la línea dos, y espera desesperadamente que atienda su llamada - Levi miró para la mujer, sus ropas y después para su padre que analizaba todo.

- Me voy - la mujer salió, rodando, no negó que su polla tembló, pero no lo suficiente para comerla delante de su padre. - La madrastra estará decepcionada.

- La conoce, le parece muy simpática.

- Es una put4 detrás de un buen idiota rico para montar. - Levi dejó el vaso en la mesa, odiaba tener el mismo hechizo que su padre tenía. Le gustaba coger con mujeres hermosas, con cuerpos espectaculares, pero Marlon ya no podía más, nunca pudo.

- No es mi - rió de canto - es de Teo - Levi murmuró aún así.

- Trabajo en casa porque esta empresa es demasiado vulgar, odio trabajar escuchando gemidos - dejó la oficina de su padre para encontrarse con Felipe y Mirella en el estacionamiento allá abajo.

Felipe abrió la puerta a Leví, y luego a Mirella.

- ¿Trajiste algo importante?

- Tiene dos mujeres en su casa, creo que le gustarán, son bonitas, muy bonitas, rubias, ojos claros, cuerpo hermoso, y tiene experiencias como empleadas. - Levi miró la foto.

- Ninguna es pelirroja o ha estado en mi casa. - Mirella cerró la boca, furiosa - y ni una tiene un maldito cuerpo hermoso - le tiró la carpeta a Mirella - Felipe, a casa, ahora.

- ¿Qué tienes con esa chica? Ella es una chica tímida que corrió de ti. Hasta yo correría.

- Y es justamente por eso que yo la quiero. Tú acertaste cuando la trajiste, acierta de nuevo, y el resto, yo hago que suceda.

Puso cara de malo y no cambió, estaba con odio, rabia de todo y de todos, y aún más de aquella mujercita, su paciencia estaba acabando, él necesitaba comerse a una mujer desesperadamente, si Mirella no traía aquella niña, La arrastraría de ese lugar sucio por el pelo y la tendría en su auto.

Volvió a casa aún sin paciencia alguna. El día había sido largo, además de nada, nada salió realmente bien. Pero Mirella haría algo, tendría que traer a esa mujer a toda costa.

- Señor Santiago - una de las empleadas se acercó a Santiago sentado en la silla frente a su mesa, éste trabajaba un poco tarde en la noche. La criada se acercó dejando una taza de café, Levi levantó la mirada hacia ella después de minutos, y miró a la chica. - Me di cuenta que lleva horas aquí dentro. Decidí traerte algo para que se alimente - dije con la cabeza baja.

Si las intenciones de la mujer además de llevar una taza de café, era seducirlo, falló miserablemente, ni con el suéter transparente y con el escote gigantesco dejaron a Santiago con ganas de tener aquella cosa encima de su cama.

- Vete - mandó. La mujer apretó sus manos en puño y continuó parada, Levi se extrañó en el momento, y luego se levantó enojado. - Vete. ¿Eres sorda?

La mujer tragó en seco y salió de la habitación. Levi sopló enojado, como estaba enojado, ninguna mujer yacía en su cama desde hace mucho tiempo, y solo por eso, ¿las empleadas de esa maldita mansión ya estaban pensando que podían postularse por casualidad? Tiraste la taza en la puerta rompiendo los platos, ¿quién carajo se creía esa mujer?

Miró el reloj, iba a marcar cuatro horas de la madrugada, estaba acostumbrado a dormir siempre tarde, después de coger "su" mujer por horas, en busca al menos de liberación, y eso siempre le daba buenas sensaciones.

La última chica lo dejaba relajado, pero en pocos minutos volvía a su ceño fruncido y se llenaba de odio. Ella no era suficiente, pero lo que sea, si pudiera olvidar sus problemas y olvidar que era un hijo casi bastardo de la familia, solo por haber sido expulsado de la vida de su madre antes, simplemente porque traicionó a su marido sin piedad alguna y se fue y nunca más volvió. Victoria era como una joya rara en su vida la madre que todo niño sueña en tener, y haberla perdido de aquella forma, ser dejado atrás junto a Marlon que cada vez que lo miraba, veía a la esposa infiel.

Incluso la nueva esposa de Marlon no pudo soportar vivir en esa casa, e hizo todo lo posible para salir de allí, prefería una nueva casa donde pudieran crear recuerdos felices. Y así lo hizo Marlon, tomando esposa y sus dos hijos menores, dejando a Levi solo, una vez más dejado atrás.

Parecía que todo el mundo lo dejaba atrás.

Cuando se dio cuenta, ya era de mañana, miró por la ventana el sol entrando en el cuarto, caminó hasta ella quitándose la ropa, paró delante del sol y cerró los ojos para sentir el calor, no era exactamente el tipo de calor que él quería, pero estaba bueno en el momento. Fue al baño, cuanto más pensaba en el calor que su cuerpo tenía que tener, más pensaba en la perra que había huido de su casa, y sería ella la mujer que él arrastraría a su cama. Y sabes qué, él mismo iba detrás de ese cuerpo, sus nervios llegaban al límite, Mirella no resolvía nada y si ella quería vacaciones que fueran mucho más que dos meses sólo para ver si volvía tan buena como antes, tal vez ya iba a necesitar otra mujer.

            
            

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