Apretó el timbre y sus ojos verdes estaban hirviendo de rabia, pura rabia, sólo rabia. Cuando la puerta fue abierta ella entró sin ser invitada o presentarse. No dejó que el lujo de la sala se detuviera y subió las escaleras sin mirar atrás, aún recordaba el camino que había ido con Mirella. Llegó al pasillo que conocía y fue de puerta en puerta hasta encontrar la que necesitaba. Abrió de una vez, y lo que encontró dejó su corazón un poco agitado. Levi estaba detrás de la mesa trabajando, y había una mujer sentada en la mesa, solo vistiendo bragas, y eso dejó escapar su coraje.
Levantó la mirada casi a la misma hora y la mujer en cuestión desvió su mirada un momento hacia ella y volvió a Leví. Era demasiado encantador para dejar de admirar.
- ¿Quién te dejó entrar? - preguntó, pero no parecía sorprendido.
- Sabías que vendría, ¿verdad? - preguntó caminando hasta él y jugando la carta sobre la mesa. - Por favor, no lo hagas, necesito el trabajo. ¿No piensas en las personas que se verán afectadas por esto? - Levi la miró y sonrió de canto.
- Salía - le envió a la mujer sentada en la mesa, ella se levantó rápidamente y recogió su ropa sobre la cama. Mel no podía quitarle los ojos de encima, y él tampoco. - ¿Y a ti te importa eso? - preguntó cuando por fin estaban solos en el cuarto.
- Claro que me importa. Usted no tiene derecho a hacer ese tipo de cosas. Perjudicando no solo a mí, sino a todos los que trabajan allí. ¿Al menos tienes un corazón ahí?
- Compré una propiedad y quiero construir algo ahí en ese lugar, es mi inversión, puedo hacer lo que quiera, ¿quién te crees que eres para decir algo?
- Una persona, un ser humano que necesita el trabajo porque yo también necesito el dinero. - El se rió y se levantó.
- Aquí hay un lugar para ti.
- NO VOY A TENER SEXO CONTIGO - gritó con firmeza ante su palabra. Levi hizo todo lo posible para mantener la calma. - Eso es ridículo, ¿y esas personas de allí también perdieron sus trabajos?
- Claro. – caminó alrededor de la mesa mirándola – pero tú puedes salvar a todos, ¿sabes?
- Eso es un golpe bajo. Estás yendo demasiado lejos. – se encogió de hombros – Está claro que puedes tener a cualquier mujer a tus pies, pero yo no soy de esas mujeres que te duermes y tirarlo. Especialmente por dinero... No puedes hacerme esto.
- Te lo dejo claro, mis intereses. Dije que volverías tarde o temprano, y si no para bien, para mal. - Ella se negó a escuchar eso - No estoy haciendo nada ilegal, esa zona necesita un lugar de respeto, con comida de calidad, café, todo lo bueno y lo mejor. Podría dejar todo eso atrás, por supuesto, si aceptas quedarte, de lo contrario, están acabados, gracias a ti.
- No es mi culpa. Tu culpa, solo tú serás culpado.
- Será tu culpa, porque te quiero - fue directo - y voy a ir tras lo que quiero, sin importar los problemas que surjan.
- ¿Porque me quieres? ¿Y esa mujer? ¿No lo hiciste todo? No soy como ella Mira, no tengo nada como esa mujer, es hermosa y tan perfecta, y yo no...
- Eso no importa en este momento. Podemos ayudarnos, y también, piensa en tu hermano, ¿no necesitas cirugía? Entonces? Puedo ayudar. - Ella se quedó callada escuchando su voz penetrar en su mente, valdría la pena? claro que valdría la pena si su hermano sobreviviera. Estaba muy claro, pero... - te ayudaré si me ayudas. e incluso olvidaré este lugar, si eres mía.
Ella suspiró manteniendo la calma... Levi era hermoso y encantador, hasta su voz era seductora además de ser físicamente atractiva... Pero todo lo que salió de tu boca fue un cuchillo cortando cada pedazo de tu cuerpo. - ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Sabes que puedes tener a la mujer que quieras, y justo yo que dije no, tú insistes? ¿No ver que no soy parte de tu mundo y no soy cualquier? ¿Por qué yo? Por qué?
- Porque odio cuando alguien me niega algo. Y no hiciste lo que te dije. Me desafiaste y me enviaste lejos. Y me llamó "hijo de puta", qué maleducada. - Ella se rió, por lo visto además de ser guapo y millonario y todo lo bueno en el mundo, él era un hombre adulto y mimado que no conseguía oír un no. ¿Tenía alguna forma de mantener su cordura?
Ella pensó de nuevo, respiró pesadamente, ¿qué estaba haciendo? Pensó primero en su hermano, Levi tenía razón, él necesitaba ayuda, necesitaba la operación para estar bien y consecuentemente, necesitaba el dinero que el otro le ofrecía. Respiró de nuevo ahora mirando hacia adelante, apretó la bolsa atravesada en su cuerpo y expiró. Levi no era feo, él era hermoso en realidad, un hombre increíblemente hermoso con ese cuerpo atlético y ojos negros. Él la atraía.
- Porque odio cuando alguien me niega algo. Y no hiciste lo que te dije. Me desafiaste y me enviaste lejos. Y me llamó "hijo de puta", qué maleducada. - Ella se rió, por lo visto además de ser guapo y millonario y todo lo bueno en el mundo, él era un hombre adulto y mimado que no conseguía oír un no. ¿Tenía alguna forma de mantener su cordura?
Ella pensó de nuevo, respiró pesadamente, ¿qué estaba haciendo? Pensó primero en su hermano, Levi tenía razón, él necesitaba ayuda, necesitaba la operación para estar bien y consecuentemente, necesitaba el dinero que el otro le ofrecía. Respiró de nuevo ahora mirando hacia adelante, apretó la bolsa atravesada en su cuerpo y expiró. Levi no era feo, él era hermoso en realidad, un hombre increíblemente hermoso con ese cuerpo atlético y ojos negros. Él la atraía.
Había oído casos de hombres que pagaban a mujeres para ser sus acompañantes en eventos, fiestas, e incluso en la cama, y todos ellos parecían ser el tipo de hombres más viejo que no conseguirían ninguna mujer bonita si no pagaban. Y aun así, había una lluvia de chicas queriendo ser bancadas y agradarle para tener dinero del buen señor dispuesto a dar. Pero entonces, Levi no era viejo y ni nada, era atractivo y no diría lo contrario de eso. Le atraería, tampoco iba a mentir.
Bueno, nadie necesariamente necesitaba saber lo que estaba haciendo por su hermano. así que... Está bien que ella tuviera unos momentos con él, y luego el dinero vendría y cuando Mauricio estuviera bien, estaría libre, ¿verdad?
- Muy bien, tú ganas. - Levi sonrió victorioso - ¿Qué tengo que hacer ahora? - no bajó la cabeza, no le mostraría que estaba cediendo demasiado rápido, podría tener todo menos su voluntad de salvar a su hermano.
Se rió como un sádico.
- Primero... te quitarás la ropa. ahora!