/0/10890/coverbig.jpg?v=ea260b947956443207df7e41a7271216)
Paulina Moon
Ese maldito bastardo. El odio en mi cuerpo crecía más con cada paso que daba hacia él. Mis ojos se clavaron en los suyos, con un brillo mortal, dispuesta a hacer lo que fuera necesario para proteger a los niños. Él no los iba a tocar.
Me acerqué rápidamente, sin dudar.
-¡DEJALOS! -escupí, mi voz llena de furia. -¡Son los mismos cacho