La mañana se alzó con una neblina densa que cubría la ciudad, como si el cielo mismo quisiera ocultar lo que se avecinaba. Emily se sentó frente a la mesa de su apartamento, con las manos sobre la madera, completamente sumida en sus pensamientos. La revelación de lo sucedido con la galería seguía pesando sobre ella, pero no podía dejar que ese dolo