Una pequeña niña jugaba con las flores secas en el patio del psiquiátrico, tomaba cada flor marchita que encontraba, las tomaba todas menos las flores coloridas no marchitas.
– Hola pequeña – le saludo Marcus, un enfermero novato.
– Daphne – susurro con una voz débil – mi nombre es Daphne.
– Un gusto, yo soy Marcus. ¿qué juegas? – preguntó.
–