Hace mucho tiempo en el sur del mundo era gobernado por dos reinos, el reino del valle de las luciérnagas, este era un reino "muy pacífico", demasiado para ser real, lo suficiente para causar sospechas.
Al otro lado se encontraba el reino de las sombras, lugar oscuro, sombrío y misterioso, dos reinos tan opuestos, pero tenían algo en común; el lago del olvido, ambos reinos estaban entrelazados con ese lago e incluso le temían pues a nadie le agradaba la idea de perder sus recuerdos.
A pesar que en la actualidad ambos reinos parecían evitar toda clase de vinculo, años atrás los reyes de estos reinos eran grandes amigos.
Cain, rey del valle de las luciérnagas y Claus rey de las sombras, combatían guerras juntos, lealtad y honestidad era algo que nunca faltaba en su gran amistad.
Pero a Cain un pensamiento de maldad indago en su pensar, "¿y si en lugar de dos reinos únicamente hubiese uno?", esa pregunta cada vez se apoderaba más de él, hasta que un día esa idea lo domino y enfrento a Claus en busca de dominar el reino de las sombras.
Con punta de espada Claus exclamo – ¡¿Qué acaso no lo notas?!, si sigues así llevaras a tu propio reino a la perdición y todo por el anhelo al poder, ¿crees que realmente lo vale?
– No seas ingenuo, ambos sabemos el reino de las sombras me pertenece además posee muchas reliquias las cuales no sabes aprovechar – con un movimiento hizo que la espada de Claus cayera al suelo dejando a su rival indefenso.
– Me das lastima, no tienen la mínima idea lo que significa ser rey, para ti quizá solo signifique gobernar y disfrutar de reliquias, pero el ser rey significa cuidar a tu pueblo y sacrificarte por su bienestar – con ambas manos Claus tomo la espada de Cain haciendo que este la soltase, con las manos ensangrentadas Claus le dijo – "a partir de este día queda rota cualquier relación entre ambos reinos".