Capítulo 4 El lago del olido IV

Elif corría a toda prisa en busca de sus seres queridos, pero al verlos en lugar de sentir alegría, sintió como se desgarraba su corazón.

"¿Quién sería tan cruel para causar tanto genocidio a personas inocentes?"

Su reino nunca había hecho nada, a pesar de que otros lo difamaban el reino siempre permanecía en harmonía. Y lo que más le dolió fue ver ante sus ojos como su padre moría, cuando el soldado se quitó su casco de armadura su cuerpo se helo, eran aquellos ojos verdes que la habían enamorado, pero ahora eran consumidos por una maldad llena de oscuridad.

Fue ahí que comprendió que incluso el valle más luminoso posee desde sus adentros una oscuridad infinita.

Elif con el alma en pedazos opto por salir corriendo con el fin de buscar una salida, Samir al verla huir la siguió, fueron horas en su búsqueda hasta que logro encontrarla, la princesa del reino de las sombras se encontraba a la orilla de la cascada del lago del olvido.

Él al verla, a pasos lentos empezó a acercarse, el solo pensar en perderla le aterraba.

– ¡No des un paso más!, ¡te prohíbo que te acerques! – exclamo Elif, la princesa del reino de las sombras.

– Ven, hablemos con calma, pero por favor no saltes – le suplico Samir con lágrimas en sus ojos.

– ¿Hablar?, me pides hablar cuando tú ni siquiera te molestaste en dialogar y únicamente atacaste a mi pueblo, a mi reino – sollozo la chica con un poco de rencor hacia él.

– Sé que cometí errores, pero créeme que no te mentía cuando dije que te amaba.

– ¡Ja! – se burló ella al escucharlo decir esas palabras – que cínico eres, me gustaría creerte, pero se me hace imposible. – y sin decir más salto al lago, en busca de olvidar el dolor y por fin ser feliz.

"Toda aquella persona que se sumerja en el lago del olvido deja todo sentimiento y recuerdo depositado en el olvido, teniendo con ello la oportunidad de reescribir un nuevo principio y final una vez más".

            
            

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