Capítulo 6 La pluma y la libreta mágica II

LA CARTA:

Para un viejo "amigo"

Te agradezco todo lo bueno que hiciste para ayudarme a alejar los monstruos de mis sueños, antes de conocerte no había madrugada que no fuera despertada a causa de pesadillas, tenía tanto miedo de esa oscuridad, de esos monstruos que me atormentaban en mis sueños, de pronto empecé a sentir temor incluso de quedarme dormida.

Mis padres me enseñaron a no confiar, no tenía a quien contarle sobre aquellas pesadillas, los únicos testigos de ello eran mi pluma y mi libreta; gracias a eso aprendí a reflejar de una manera no tan obvia mis temores, sueños y esperanzas.

Nunca llegue a pensar que las personas se sentirían atraídas por eso que escribía, sin tener la mínima idea que, en esos trazos de letras transmitía mis miedos, angustias y sin importarme nada tome esa oportunidad como una "escapatoria".

Pero no duro mucho, esa escapatoria se convirtió en mi verdugo, esa llave que abría la puerta a mi libertad dejo de funcionar y todo se empezó a desboronar, pues lo único que me "salvaba", me estaba consumiendo de estrés y depresión.

"¿Y si a las personas que leen mis libros ya no les gusta lo que escribo?"

Esos y muchos pensamientos rondaban en mi mente, me sentía en una prisión; todos parecían tener sobre mí, todos menos yo.

Los monstruos nuevamente empezaron a rondar en mis sueños en busca de dominarme.

Fue hasta que te conocí que empecé a ver los monstruos de otra manera, gracias a ti comprendí que debía enfrentarlos, tú me enseñaste ha no sentir temor.

Aún recuerdo aquella frase que me decías:

"Si nunca sentimos tristeza, dolor y temor, ¿cómo podremos conocer la felicidad?".

¿Recuerdas la a noche de noviembre que nos vimos por última vez?

Esa noche, bajo las estrellas te pedí que huyeras conmigo cuando te sintieras consumido por aquellos pensamientos oscuros y negativos.

Recuerda: "Te ayudare a encontrar la luz que tanto anhelas".

– ¿Huirías conmigo en busca de polvo de estrellas?, al encontrarlas ambos podremos pedir lo que tanto añoramos.

– ¿Por qué lo haría?, si ya te encontré a ti; tú eres todo lo que quiero.

Aún recuerdo cada palabra que me transmitían tus labios.

Te agradezco ...

Agradezco al universo por tu existencia.

ATT: Skyland

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El doctor Brown sonreía, sonreía de una manera que provocaba que su corazón doliera.

Sonreía, pero sentía como una lagrima resbalaba por su mejilla en símbolo de nostalgia.

Y no pudo evitar preguntarse: "¿Aún aceptarías huir conmigo?"

Mientras guardaba la caja en un cajón, en el cajón de los recuerdos y anhelos.

            
            

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