No Fui Su Incubadora, Soy Su Dueña
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8
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Capítulo 8

Estrella POV:

El viaje en coche hasta el hospital fue un torbellino de emociones. No lograba asimilarlo todo. La tensión, la humillación, la rabia. Todo se mezclaba en mi mente.

Mauricio corrió hacia la entrada del hospital. Yo lo seguí. Intenté mantener la calma. Pero mi corazón latía con fuerza.

Al llegar a la sala de espera, vi a mis padres Mascaraque. Sus rostros estaban pálidos. Preocupados. Y a Felipa. Sentada en una silla de ruedas. Con una venda en la muñeca.

Felipa, mi hermana de crianza. La que había robado mi lugar. La que había fingido su rescate. La que había conspirado con Mauricio para tenerme atada. Había intentado suicidarse.

La noticia de su verdadera identidad, que no era una Mascaraque de sangre, se había filtrado a la prensa. La sociedad, siempre tan cruel, la había condenado. La había humillado. Su mundo, construido sobre mentiras, se había desmoronado.

Mauricio se acercó a ella. La abrazó. Su voz era suave. Preocupada. "Felipa, mi amor, ¿estás bien? ¿Qué pasó?"

Ella empezó a llorar. Sus lágrimas, esta vez, parecían reales. "Mauricio... yo... no pude más. Todo el mundo me odia. Dicen que soy una impostora. Que no soy una Mascaraque. Que soy una farsante" .

Mauricio la consoló. Le acarició el cabello. Le besó la frente. "No digas eso, mi amor. No es tu culpa. Tú eres mi Felipa. Y siempre lo serás" .

Mis padres Mascaraque se acercaron. Mi madre, con lágrimas en los ojos, dijo: "Estrella, por favor, tienes que hablar con la prensa. Tienes que decirles que Felipa es tu hermana. Que la amas. Que siempre será parte de nuestra familia" .

Mi padre añadió: "Sí, Estrella. Es tu deber. Tienes que proteger a la familia. Tienes que proteger a Felipa. Es por el bien de todos" .

Mauricio me miró. Su mirada era una orden. "Estrella, haz lo que te piden. Es tu obligación como mi esposa. Como parte de esta familia" .

Lo miré a los ojos. Una sonrisa amarga apareció en mis labios. "¿Mi obligación? ¿Mi deber? ¿Después de todo lo que me han hecho?" Mi voz era fría. Cortante. "No. No lo haré. No voy a mentir por ustedes. No voy a proteger sus mentiras" .

Mauricio se acercó a mí. Su voz era baja. Amenazante. "Estrella, no me hagas enfadar. Esto no te conviene. Tú sabes que tengo el poder de destruirte. De dejarte sin nada" .

"¿Destruirme? ¿Dejarme sin nada?" Me reí. Una risa vacía. "Mauricio, tú ya me destruiste. Ya me dejaste sin nada. Así que no tengo nada que perder" .

"Piensa en tu familia, Estrella. En los Mascaraque. Si no lo haces, ellos también sufrirán las consecuencias" . Su voz era un chantaje.

Mi corazón se encogió. Mis padres Mascaraque. Mi familia biológica. La que me había vendido. La que me había humillado. ¿Debería protegerlos? ¿Debería mentir por ellos?

"¿Qué quieres de mí, Mauricio? ¿Qué quieres para que me calle? ¿Para que mienta por ustedes?" Mi voz era apenas un susurro. La desesperación se apoderó de mí.

Él me miró. Sus ojos brillaban con una astucia cruel. "Quiero que hagas una declaración pública. Que digas que Felipa es tu hermana. Que la amas. Que la apoyas. Y que todo lo que se dice de ella son calumnias" .

"¿Y a cambio de qué?"

"A cambio de... mi afecto. De mi atención. De mi... amor. Tendremos una noche juntos. Como esposos. Y luego, el heredero. Como siempre quisiste" . Sus palabras eran como un cuchillo. Se clavaron en mi corazón.

"¿Una noche? ¿Mi cuerpo a cambio de una mentira? ¿Crees que soy una prostituta?" Mi voz se quebró.

Él se rió. Una risa seca. "¿No es lo que quieres? ¿No anhelas mi toque? ¿Mi atención? No te hagas la santa, Estrella. Sé que mueres por mí. Como Felipa. Como todas" .

Su arrogancia era insoportable. Su ceguera, total. Él creía que todas las mujeres lo deseaban. Que todas las mujeres se humillarían por él.

"Mauricio, tú eres un monstruo" , dije. Mi voz era firme. Clara. "Un monstruo que solo piensa en sí mismo. En su poder. En su dinero. En su ego" .

Él me miró. Por un instante, vi un destello de dolor en sus ojos. ¿Había herido su orgullo? ¿Su ego? Pero se desvaneció rápidamente.

Me agarró del brazo. Me arrastró hacia un lugar apartado. Me acorraló contra la pared. Sus labios se posaron sobre los míos. Con violencia. Con rabia. No con pasión.

Luché. Pero él era más fuerte. Cerré los ojos. Sentí su aliento. Su rabia. Su desprecio.

Con toda la fuerza que me quedaba, lo mordí. En el labio. Con todas mis ganas. Sentí el sabor de la sangre en mi boca. La suya.

Mauricio se apartó. Su labio sangraba. Me miró con sorpresa. Con rabia. "¡Estrella! ¿Qué hiciste?"

Lo miré a los ojos. Mi mirada era de puro desprecio. "No me toques nunca más, Mauricio. Ni una sola vez. No te atrevas a posar tus manos sobre mí. Nunca más" .

Mi voz era fría. Clara. Determinada. Él me miró. Sus ojos se abrieron. Podía ver la sorpresa en su rostro. La incredulidad. No esperaba esa reacción de mí.

Sentí el vacío en su mirada. La confusión. Se dio cuenta de que ya no me tenía. Que ya no era su juguete.

Mi asistente se acercó corriendo. "Señora, el señor Navarro... la señorita Felipa... ya despertó" .

Mauricio se recompuso. Su rostro, antes lleno de rabia, se volvió frío. Impasible. "Estrella, si no haces lo que te pido, te juro que te arrepentirás. Te dejaré sin nada. Y te arruinaré la vida" .

Salió corriendo. Hacia la habitación de Felipa. Me dejó sola. De nuevo.

Me quedé allí. El sabor de la sangre en mi boca. El dolor en mi brazo. El vacío en mi corazón.

Las lágrimas corrieron por mis mejillas. Pero no eran lágrimas de tristeza. Eran lágrimas de rabia. De frustración. De determinación.

No más. No iba a ser un objeto. No iba a ser una víctima. No iba a ser la sombra de nadie. Se acabó.

Saqué mi teléfono. Llamé a mi abogado. Mi voz era firme. Clara. "Quiero el divorcio. Y quiero que se anuncie ahora mismo. En este instante. Quiero que Mauricio Navarro se quede sin nada" .

Colgué el teléfono. Llamé a mi chófer. "Al aeropuerto. Ahora mismo" .

Un coche me esperaba. Subí. Miré por la ventana. La ciudad, las luces, todo parecía distante. Irreal.

Subí al jet privado. Me senté en el asiento. Miré por la ventana. La oscuridad me envolvía.

            
            

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