Capítulo 6 El rencuentro

Había pasado una semana desde que visité la casa de los Kelley para una cena familiar. Al día siguiente recibí una llamada del organizador de bodas y ahora estábamos ultimando algunos detalles de la celebración. La señora Kelley y yo ya no le preguntábamos al arrogante hijo lo que opinaba y en cambio, ella dejó a mi cargo todas las decisiones.

Estaba en mi oficina viendo el último video de unos viejos alumnos que se unieron a la competencia internacional, cuando escuché que alguien llamaba a la puerta.

"Sophia".

Levanté la mirada y esbocé una sonrisa cuando me percaté de quién era.

"Craig", lo saludé. Al momento noté que iba acompañado de dos personas y estaba a punto de preguntar quiénes eran cuando la mujer se dirigió a mí por mi antiguo apodo.

"¿Belle?".

Parpadeé repetidamente y solté un jadeo de sorpresa cuando la reconocí.

"¿Rian?", exclamé, me levanté de inmediato y ella se acercó a mi escritorio.

"¡Ay, Dios mío! ¡De verdad eres tú, Belle!".

"¡Rian!".

Ambas gritamos de emoción y corrimos a abrazarnos con fuerza.

"¿Cómo estás? Te veías más hermosa, niña", exclamé con asombro. Era mi amiga de la universidad, solo dos años menor que yo, pero aun así nos volvimos cercanas y nos queríamos como hermanas.

"Te he extrañado mucho, Belle".

"Yo también te he echado de menos. ¿Cómo estás?", le pregunté porque todavía no podía creer que nos encontráramos de nuevo después de tanto tiempo. Era una de mis amigas más cercanas y la única con la que compartí mi historia.

"Bueno, estoy casada", me informó y al momento extendió la mano para mostrarme el anillo de bodas.

"Oh, vaya. Felicidades", exclamé y dirigí mi mirada al hombre detrás de ella.

"¡No! Él no, es solo mi mejor amigo, Gavin".

"Ya veo... Hola, Gavin". Aunque seguía confundida, le ofrecí mi mano para un apretón, él aceptó el saludo y me besó en la mejilla.

"Estoy confundido. ¿Cómo se conocieron ustedes dos? Y Rian, ¿por qué la llamas 'Belle'? ¿Creía que se llamaba Sophia?", cuestionó el chico.

Me reí entre dientes ante esta pregunta.

"El apodo viene de mi segundo nombre, Ysabelle. Me llamo Sophia Ysabelle y ella siempre me dijo así en la universidad", Expliqué y les hice un gesto para que tomaran asiento.

"Lo creas o no, ella fue mi mentora y quien me presentó a mi banda", Rian respondió a la primera pregunta luciendo una sonrisa orgullosa.

"¡Guau! Pero si eras la mentora de canto de Rian, ¿cómo te convertiste en instructora de baile?", añadió el muchacho.

Ambos me miraron confundidos.

"Bueno, en realidad estaba haciendo un trabajo de medio tiempo antes, como lo que dijo Rian, pero luego de graduarme, no lo sé, me encontré más inclinada hacia el baile que al canto. Tal vez porque cuando era pequeña mi mamá me inscribió en una clase de baile, así que me dediqué más a eso, me inscribí nuevamente en una escuela de danza y luego compré mi propio estudio".

"Entonces, ¿te dedicas a bailar a tiempo completo y ya no tocas ningún instrumento?", me preguntó Rian.

"Um, a veces, cuando estoy de humor, todavía toco la guitarra y el piano".

"¡Guau!", exclamó Gavin con asombro.

"Sí. Por cierto, ¿sigues en tu banda?", le pregunté a mi amiga mientras recordaba que antes era la vocalista principal de una banda.

"Sí, pero no soy tan activa como antes. De hecho, tuvimos un espectáculo hace tres meses".

"Qué genial. Me alegra mucho oír eso. Entonces, ¿qué te trae a mi estudio de baile?".

"Oh... De hecho, estamos buscando al mejor instructor de baile de la ciudad. Nos unimos a una competencia de baile y actuaremos en la segunda semana del próximo mes. Mi primo Rolly nos recomendó tu estudio y dijo que nos puedes ayudar a pulir nuestro número para la competencia".

"¿Rolly Sarmiento?".

"Sí".

"Oh, ¿es tu primo? Es un buen amigo mío", le comenté con una sonrisa.

"Bueno, realmente no es una competencia importante, es solo una parte del evento de Acción de Gracias de nuestra empresa. Nos aseguró que eres una de las mejores entrenadoras y que puedes ayudarnos con esto".

"Mmm... Está bien. Pero que sepas que es mi amigo, por eso dice esas cosas sobre mí", me reí entre dientes y agité las manos en el aire, pues aún no estaba acostumbrada a ese tipo de elogios.

"Belle, no te creo. Sé que no sobresaldrías en este tipo de trabajo si no tuvieras talento y pasión. Aunque todavía no te he visto desempeñándote en este campo, estoy segura de que eres la mejor", Rian me acarició la mano que tenía apoyada sobre el escritorio.

"Oh, Rian... no has cambiado en nada", dije sacudiendo suavemente la cabeza. "Entonces... ¿Qué tipo de baile van a presentar?", les pregunté mientras apoyaba mi espalda en el respaldo de la silla.

Me explicaron lo que querían hacer pero aun así les di algunas sugerencias más, y finalmente ambos estuvieron de acuerdo con la danza acrobática contemporánea. Les dije que tendrían que efectuar algunas acrobacias y también les sugerí que añadieran movimientos aéreos para que la presentación fuera única y emocionante.

Vi que en los ojos de Rian había un destello de felicidad mientras me contaba algunas partes de la historia de amor que había vivido. Aunque no podía creer que ya estuviera casada, viendo lo alegre que estaba también me hizo feliz por ella.

Intercambiamos números de teléfono y cuentas de redes sociales, pero no le conté que también me casaría dentro de tres semanas. Sabía que no podía ocultárselo mucho más tiempo, pero todavía no estaba lista para compartirlo con ella, así que lo dejé para después de la boda.

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"¿Cómo te sientes hoy?".

Me di la vuelta para ver a Craig apoyado en el marco de la puerta de mi habitación. Hoy era nuestra fiesta de compromiso, que comenzaría a las tres en punto. Ya era la una de la tarde pero yo todavía estaba frente al espejo de mi tocador.

"Tensa y nerviosa", respondí.

Él soltó una risita burlona, entró y se sentó al borde de mi cama.

"¿Por qué estás nerviosa si es solo un compromiso falso?".

"Sí, la idea lo era, pero este compromiso es real. ¡Y no estoy nerviosa por el evento, sino por lo que pueda hacerle a ese Daniel Kelley si trata de insultarme delante de todos!".

"¡Así se hace, niña! No permitas que tu prometido te moleste. ¿Sabes qué? Si no tengo ningún compromiso esta tarde, iré contigo".

"Sí, me encantaría que pudieras ir conmigo", murmuré y le hice un puchero.

"Por cierto, ¿viene a recogerte o vas a ir sola?".

"No, el chofer de la señora Kelley me recogerá a las dos. ¿Y qué dijiste? ¿Que si el famoso y arrogante Daniel Kelley me recogerá? ¡Nah! ¡Es imposible que algo así pase aunque le reces a todos los santos!"

"Bueno, te creo, pero adivina qué, vi la foto suya que apareció en la revista masculina más importante de California y ¡Dios mío, Sophia! ¡Tu esposo es tan sensual, sin mencionar que también es apuesto!".

No pude contenerme y puse los ojos en blanco. "¡Sí, sensual pero grosero y arrogante en la vida real!", exclamé.

"Uff", se quejó él y cruzó los brazos sobre el pecho. "Te deseo la mejor de las suertes, niña, porque después de tu boda, vas a vivir con ese esposo tuyo, tan grosero pero sensual", comentó y me guiñó un ojo.

"¡No me importa!", me encogí de hombros y añadí: "¡Siempre y cuando respete mi espacio personal!".

"¿Y si te enamoras de él?".

"¿Perdón?", me volteé a mirarlo con rapidez. "¡Eso nunca sucederá! ¡Sobre mi hermoso cadáver!", dije con los ojos entrecerrados, pero él solo se burló de mí.

"Está bien, como siempre digo, 'buena suerte'".

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Perspectiva de Daniel:

En veinte minutos la fiesta iba a comenzar y mi supuesta prometida aún no había llegado. Estuve mirando el reloj de pulsera constantemente y contando los minutos hasta que llegara, pero aún no la había visto.

"¿Esperando a tu hermosa prometida?". Andrew me ofreció una copa de vino tinto. "Relájate, estoy seguro de que vendrá".

"¿Relajarme? ¡La he estado esperando durante casi media hora! Y la fiesta está a punto de comenzar, ¡pero ella aún no ha aparecido!", dije con los dientes apretados.

"Oh... ¿Acaso escuché bien? ¿La has estado esperando durante casi treinta minutos?".

"¡Te lo acabo de decir, la fiesta comenzará en poco tiempo!". Evité la mirada del chico, pero no me perdí la sonrisa que esbozaba.

"Entonces, ¿por qué no te ofreciste a recogerla hoy? Así no hubieras tenido que preocuparte por esperarla".

"¡No estoy preocupado! ¡Y ella no es mi verdadera prometida como para que yo pierda el tiempo recogiéndola!".

"Oh, ¿no estás preocupado? Está bien, puedo verlo claramente", se rio pero yo lo miré con furia. "¿Y si ella no viene, qué harás?".

Le dediqué una sonrisa maliciosa antes de responder a la pregunta.

"¡Entonces tendré que arrastrarla hasta esta fiesta con putos paparazzi y todo tipo de medios a nuestro alrededor! Sé que odia eso, pero si intenta echarse atrás en este momento, ¡haré que viva un infierno!", exclamé enojado y luego apreté el vaso en mi mano.

"Pero si haces tal cosa, significa que la vas a presentar en público y todos sabrán que ya estás casado".

"No me importa, porque tan pronto como estos empresarios europeos firmen el contrato con KI Corporation, ¡inmediatamente presentaré el divorcio!".

"Está bien", dijo él y se encogió de hombros, pero al momento añadió: "Si eso sucede, ¿puedo quedarme con ella?".

Arrugué las cejas y pregunté: "¿Qué quieres decir?".

"Para serte sincero, ella me gusta mucho, Daniel".

Agarré con fuerza el vaso que sostenía en la mano derecha y de repente sentí que la sangre me subía a la cabeza.

"Cuando eso suceda y ustedes dos ya estén divorciados, tal vez no será un problema si la cortejo".

Estaba a punto de responderle cuando escuché la voz de mi mamá detrás de nosotros, inmediatamente controlé mi furia y me volví hacia ella.

"Daniel, tu prometida está en camino. ¿No quieres ir a recibirla y entrar con ella al lugar?", sugirió ella y luego me guiñó un ojo mientras sonreía ampliamente.

"En serio, mamá. Deja de jugar a Cupido con nosotros porque eso no va a suceder", me quejé mientras caminaba hacia ella.

"Pero no estoy jugando, hijo. Solo quiero que estés junto a ella cuando entren al local, para que tus colegas de negocios sepan que esto no es solo una simple fiesta".

Negué con la cabeza y le respondí: "No eres una buena actriz".

"Está bien, al menos soy la mejor madre que tú y tu hermana pudieran tener".

"Por supuesto que lo eres", le besé la mejilla antes de salir de la sala para esperar la llegada de mi supuesta prometida.

Estaba a punto de salir por la puerta principal, cuando el auto de mi madre se detuvo en el área del garaje. Sabía que le había indicado al conductor que recogiera a Sophia en el apartamento. Caminé directamente hacia el garaje y mis ojos se posaron en la mujer luciendo un ajustado vestido morado.

Me daba la espalda mientras hablaba con alguien por teléfono, por lo que esperé a que terminara la llamada antes de hablarle.

"¡Llegas tarde!".

De inmediato se dio la vuelta, lo que hizo que la respiración se me cortara y de repente recordé lo que Andrew había dicho durante nuestra cena familiar: '¿Acaso estoy viendo un ángel?'.