Cuando por fin me levanté eran las cinco de la mañana. No puede ser que haya dormido un día entero, entre sueños recuerdo que Melissa vino a traer mis cosas y después de eso sentí calidez en todo mi cuerpo y me quedé profundamente dormida.
Ya no tengo nada de dolor, el dolor de cabeza desapareció como si jamás lo hubiera tenido. Ahora que voy hace
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