Al despertar, me llegó el olor de unos hot cakes y mi estómago empezó a gruñir escandalosamente. Desde que desperté espiritualmente mi hambre fue aumentando significativamente a tal grado que a cada rato debo de tener algo para comer aunque sea unas galletas. Me senté y ví que tenía una cobija encima de mi. "De seguro mi madre me arropó".
Mientras
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