Mientras Gabriel conducía, yo miraba por la ventana pensativa. En eso me llego un mensaje de Leandro.
LEANDRO: Hola Mederit ¿cómo estás? No sé si me viste antes de irte. Quería verte.
Suspire y no le contesté. Simplemente guarde el teléfono hasta que llegue a mi casa.
-¿Quieres llevarte mi coche? (mirando a Gabriel)
-No Mederit, nos vamos en el
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