DAMIAN
Golpeo por octava vez el rostro de Devran.
-Mentiroso ¡Maldito mentiroso!
Está atado a una silla gimiendo y escupiendo sangre.
-Por tu culpa mi esposa sigue en coma.
Miriam me toma desde los brazos y me saca del sótano antes de poder seguir matándolo a golpes. Hace algunas horas uno de mis hombres me confesó que vio a Devran encima de M