Capítulo 5 5

DAMIAN

Escucho que tocan la puerta de mi oficina. Cuelgo la llamada y permito que entren, nana viene junto a mi madre quien se quita los lentes oscuros al verme.

-Tuve que regresar de viaje por tu emergencia ¿Qué sucede hijo? -pregunto Madre hastiada por obligarla a volver de Italia.

-Nana, déjanos solos, por favor -asiente y sale.

Mi madre se sienta y le sirvo un vaso de agua el cual no rechaza.

-¿Para qué necesitas de mi presencia, Damián?

-Mónica -comienzo y ella rueda los ojos dejando a un lado el vaso -ella ha estado manteniendo un comportamiento extraño durante el último mes y me gustaría que me mandaras a un psicólogo de confianza y que no comparta estos temas con nadie.

Mi madre luce sorprendida. Vuelve a beber de su vaso y lo deja esperando a que continué, pero no lo hago, quiero una respuesta de su parte. No quiero darle más contexto de esta situación, no me faltan dudas de que puede tomar papel en esto y hacer sufrir a Mónica.

-¿Qué clase de temas? -pregunta.

Lo sabía. Suspiro y me levanto y le pido a mi madre que me acompañe.

Salimos de mi oficina y entramos a mi habitación en donde esta nana acariciando el cabello de Mónica, quien se encuentra llorando como una completa mujer débil.

Mi madre abre los ojos como plato al ver la cicatriz de Mónica, no es grande, apenas alcanza los diez centímetros. Se acerca y la mira con una sonrisa burlona.

-¿Se podrá borrar la cicatriz?

- Sí, pero no por ahora -suspiro.

-¿Qué más debo informar?

-Cree que es una maldita princesa, la del cuento la Bella durmiente.

-Bueno, ella vivía de su belleza y con esa cicatriz por ese lindo cuello ninguna agencia la volverá a querer y me sorprendo de que tú aún la mantengas aquí cuando miles de mujeres que les gustaría tener su lugar sin necesidad de lágrimas

Nana abre la boca para hablar, pero ante mi mirada cierra la boca, es mejor que mantenga la boca cerrada por si quiere continuar con su trabajo y junto a Mónica, a quien le tiene un gran cariño.

-Te conseguí a alguien para el lunes, se llama David y atendía a la esposa de un conocido, pero eso si Damián, si Mónica sigue con esta tontería será mejor mandarla a un siquiátrico.

-¡No! -levanto la voz -Mónica no sé irá de aquí, ella es mía y jamás irá algún lugar sin mí. Y mucho menos a un lugar como ese.

-Qué posesivo eres con una puta -mi mano se estampa con su mejilla. Mónica tenía razón, ya basta de sus insultos - ¡Cállate y adhiérete al plan!

Ahora nana es quien sonríe burlonamente.

-Te conseguí el maldito psicólogo, pero nunca más vuelvas a llamarme. Veo que ya puedes resolver tus mierdas solos.

Mi madre sale de siquiera poder responder. Le indico a nana que vaya con ella, ya que quiero tiempo a solas con Mónica. Asiente y se va. Me acerco provocando que se abrace más a sí misma y se aleje.

-Basta -la tomo del brazo -Compórtate, estoy de buen humor como para que lo arruines.

Asiente y baja la mirada. -¿Quieres salir? -por unos segundos me mira a los ojos -Tengo que hacer algunos cobros al centro comercial, así que podemos ir... los guardaespaldas también irán por si intentas alguna estupidez.

-No quiero -susurra.

-¿Segura? Puedo comprarte lo que desees -no puedo creer que diré esta tontería -. Bella suele comprarse vestidos y verse feliz ¿No?

-Bella es bonita... y no tiene cicatriz.

Un sabor amargo se forma en el paladar. No sentimientos, no es buen momento que salga ahora.

-Bien, pero yo sí saldré. Así que te quedaras con nana.

Espero a que cambie de respuesta, pero no lo hace y solo se acuesta en la cama. Salgo de la habitación y bajo al minibar en donde encuentro a nana limpiando y al verme baja la mirada.

-Mónica sigue enojada -comento sirviéndome whisky -¿Qué puedo hacer nana?

-Bueno, tal vez pueda ser su cirugía, señor, está muy triste desde ese día... eso puede hacer que se alegre un poco -responde.

-No, según un amigo, necesita por lo menos dos meses para la cirugía, pero no tengas dudas de que lo haré -asiente con una media sonrisa -pero odio verla así... me gustaría que por lo menos salga de la habitación.

-¡Ah, ya tengo una idea! Mónica me estuvo pidiendo esto hace días.

Nana me comenta lo que quiere Mónica, lo ha visto más de una vez en la TV y aunque me parezca un poco infantil si eso hará que recupere las ganas de salir... pues valdrá la pena.

MONICA

Entro a la ducha sin regularizar el agua y esta comienza a salir helada. Hace mucho frío y tiemblo, me abrazo a mí misma e intento darme una ducha, intento quitar todo el asco de lo que paso aquella noche.

Hay nuevos moretones en mi piel, son violeta... no me gusta verlos en mí.

Suelto un sollozo en medio de mi soledad, ya quiero que mi príncipe azul venga por mí ¿Dónde estará? No puedo soportar al dragón, me duele cada cosa que hace.

Por primera vez, luego de varios días, salgo de la habitación en busca de algo de comer. Nana tiene prohibido subirme comida y no puede desobedecer ninguna orden del señor.

Al llegar al primer piso corro al frigorífico y tomo un táper con uvas. Una sonrisa se forma en mi rostro y luego subo de vuelta a la habitación.

Mientras veo la TV como las uvas con necesidad. Dejo unas cuentas y guardo el táper debajo de la cama.

Me acuesto en la cama y me cubro con las sabanas y debajo de ellas comienzo a llorar, soy débil como dice el dragón porque él provocó eso en mí. Le tengo mucho miedo, mucho, mucho y solo espero que pronto llegue el día en el que me dejara libre.

            
            

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