Capítulo 10 Una buena esposa y madre

"Se lo agradezco mucho, adiós". Ciertamente, Mary no esperaba que él le dijera algo así. De cualquier forma, creía que lo había hecho movido por la amabilidad. No obstante, no tenía intenciones de recurrir a él nuevamente. Además, estaba segura de que no se arrepentiría de esa decisión.

Tan pronto como se marchó, Franklin se sentó en el sillón un rato pensando intensamente acerca de sus palabras. La chica había dicho que había muchas cosas que una persona debía hacer en la vida.

Claramente, le pareció sorprendente que una chica que aún asistía al colegio tuviera ideas y puntos de vista tan profundos. En su opinión, ese tipo de mentalidad se desarrollaba luego de experimentar muchos altibajos en la vida. Aparentemente, la mujer había pasado por muchas dificultades. Por el contrario, él había malinterpretado su reacción al pensar que únicamente era movida por la avaricia.

No solamente se trataba de una mujer bastante generosa, sino que también era sincera. Solo una persona como ella podía ser poseedora de una mirada como la suya.

La verdad, él había tenido ideas similares en el pasado, sin embargo, más tarde descubrió que se debía a que no era lo suficientemente fuerte, ya que, cuando alguien poseía la suficiente fortaleza, podía dominar lo que fuera. Desgraciadamente, el mundo no era justo.

Entonces, Franklin pensó: "¿Acaso no soy el dueño de los destinos de muchas personas ahora mismo? Evidentemente, adquirir fortaleza es algo muy importante'.

Mientras tanto, Mary avanzaba lentamente por el camino proveniente de la villa recordando el incidente de esa noche. Sorpresivamente, sentía como si lo sucedido fuera un sueño, a pesar de que sabía muy bien que había sido realidad. Casi había caído en las garras de un hombre malvado. Afortunadamente, había sido rescatada por una persona callada y melancólica. De no haber sido por él, su vida se habría arruinado totalmente y quizá nunca habría logrado recuperar el valor para ver el sol de nuevo.

Como no había pasado al salón donde se encontraban los casilleros para cambiarse de uniforme, Mary no tuvo oportunidad de llevarse su cartera ni su celular con ella. En tales circunstancias, había estado demasiado apenada como para pedirle dinero prestado a su salvador después de todo lo que había hecho por ella, por lo tanto, no tenía más remedio que caminar hasta su casa.

En su situación, era casi medianoche cuando llegó a su destino. Lo primero que hizo al llegar fue colocar algo de hielo sobre su inflamado rostro y dejarse caer sobre el sillón totalmente exhausta. Obviamente, no deseaba que su madre encontrara rasgos de un moretón en su rostro al visitarla en el hospital al día siguiente. Una vez que la inflamación finalmente desapareció, Mary se dispuso a tomar una breve y rápida ducha antes de meterse en la cama.

A la mañana siguiente, se levantó muy temprano y se dirigió al mercado de vegetales. A continuación, realizó numerosas compras y enseguida se dirigió a casa para preparar algo de comer. La verdad, Mary era muy talentosa en la cocina. Después de todo, luego de su graduación, había tomado clases de cocina. No solo le gustaba cocinar, sino que, además, era una experta tanto en la comida china como en la occidental. Siendo así, cada uno de los platillos que preparaba era delicioso.

Probablemente, aquello se debió al hecho de que era perfeccionista y muy estricta en todo lo que hacía. Sin duda, siempre se esforzaba al máximo en todo incluyendo al amor. En algún momento de su vida, había tenido la esperanza de formar una familia feliz en el futuro al lado de alguien que la amara tanto como sus padres se amaban el uno al otro. En tal caso, esperaba convertirse en una buena esposa y madre de familia preparando deliciosas y saludables comidas para sus seres queridos.

Anteriormente, solamente cocinaba de forma ocasional cuando estaba de humor para hacerlo. Desde que la empresa de su padre se había ido a la bancarrota, tuvieron que deshacerse de todos sus sirvientes. Por consiguiente, nadie podía cocinar para ella además de sí misma.

Cuando terminó de comer, se dispuso a preparar algo de sopa para su madre. Como la comida del hospital no era lo suficientemente nutritiva, se aseguraba de preparar comida regularmente para contribuir a la recuperación de su madre.

Debido a que al llegar al hospital Mary se topó con el médico que atendía a su madre, aprovechó la oportunidad para preguntar acerca de su condición. Inmediatamente, este le informó que la paciente se había recuperado bastante bien durante los últimos días. Como resultado, había muy altas posibilidades de que fuera dada de alta en poco tiempo.

Sobraba decir que Mary se sentía muy feliz al dirigirse a la habitación de su madre. Para su desgracia, al llegar al lugar, se encontró con la escena de la mujer llorando al mirar una de sus fotografías familiares. Rápidamente, la joven se acercó hacia ella para consolarla. "Mamá, no estés tan triste. Papá estará bien. Cuando estés mejor, buscaremos juntas la forma de ayudarlo.

Sin duda, papá es un ciudadano amable y respetuoso de la ley, por lo que es imposible que haya cometido un crimen. Por consecuencia, esto debe ser un malentendido. En cuanto nos sea posible, haremos lo que esté en nuestras manos para resolver esta situación. Así, los tres volveremos a estar juntos".