Capítulo 5 Debo tenerte

Zeke se rio de sus palabras al decir: "¿Que no eres el tipo de persona que yo creo? Entonces, ¿qué clase de persona eres? ¿Eh? Sé que quieres dinero, y no te preocupes, porque mientras me sirvas bien, ganarás todo el dinero que quieras. Si me satisfaces esta noche, hasta te haré mi mujer, y ya no tendrás que seguir trabajando en este lugar. Puedes tener todo el oro y la plata que quieras, comprar las marcas más caras de zapatos y bolsos, conducir autos de lujo, e incluso vivir en una gran mansión.

¿Qué te parece? ¿Quieres venir conmigo ahora? Estoy seguro de que después de esta noche definitivamente pedirás ser mi amante, ¡ja ja!".

Mary sintió pesado su corazón ante la vergüenza por lo que escuchó. Sus padres le habían dado la mejor educación. Puede que ahora eso haya quedado en el pasado, pero ella había sido vivaz y entusiasta, y tenía buenos antecedentes familiares y una gran cantidad de pretendientes y admiradores. Pero nunca había tenido una vida amorosa, y, ciertamente, tampoco la habían tratado de esa forma.

Aún así, se quedó sin opciones. Le rogó al horrible hombre una vez más: "Señor, por favor, déjeme ir. De verdad no soy el tipo de chica que está diciendo. No quiero ir con usted, no quiero su dinero y tampoco quiero ser su mujer. Por favor, déjeme ir".

Zeke se sintió humillado por lo que ella dijo en ese momento, pues siempre había sido el quien rechazaba a las mujeres, y no al revés. ¿Cómo se atrevía a rechazarlo? "¡Maldita sea! ¡No seas tan desagradecida! Considérate afortunada de que me gustes". Después de decir eso, siguió arrastrando a la chica hasta la puerta.

"No, ¡no quiero ir con usted! ¡Suélteme!". El pánico aumentaba en ella, así que agarró uno de los vasos que estaban en una mesa cercana y se lo rompió en la cabeza al hombre. Los pedazos cayeron en el piso alfombrado produciendo un ligero tintineo. El cabello y la cara de Zeke estaban empapados de vino, el líquido corría por su cuerpo.

Ahora estaba furioso, porque no solo había sido humillado, sino que esa mujer se había atrevido a hacerle daño delante de todos. Entonces levantó una mano, la abofeteó con fuerza y, sin importarle su reputación, la atacó. "¡Maldita! ¡Cómo te atreves a hacerme esto! ¡Debo tenerte esta noche!".

El golpe puso a la chica de rodillas y temblaba de dolor y miedo. Sabía que estaría definitivamente condenada si nadie la salvaba de esa situación.

Por lo que había observado antes, aunque los clientes de esta sala VIP eran todos muy poderosos, compartían un recelo común hacia el hombre frío y silencioso del lejano rincón. 'Aunque rara vez hablaba, todo el mundo lo incluía en las discusiones, y eran muy respetuosos con él. Lo llamaban señor Leng', pensó ella.

El resto de los clientes miraba ávidamente el desarrollo de la situación. La chica tenía esperanza de que esa gente moviera un dedo para ayudarla. Solamente el joven sombrío no parecía afectado por lo que estaba pasando, ni siquiera le echó un vistazo a ella o a Zeke.

Sin embargo, Mary apostó por él. 'El hecho de que no se una a los otros mientras se burlan y miran es una buena señal'.

De manera que se decidió en un instante. 'Tengo que apostar por él para salvarme. Si acierto, entonces podré sobrevivir esta noche. Pero, si no, sin embargo... No puedo ni imaginar las consecuencias. No puedo estar equivocada. No puedo estar equivocada'.

Mary rápidamente se levantó y corrió al lado de Franklin. "¡Señor! No, ¡señor Leng! Por favor, ayúdeme. No soy el tipo de chica que busca ese hombre, solo soy una simple mesera". Las lágrimas corrían por su cara mientras suplicaba.