Le devuelvo el beso.
Sin dudarlo.
Le rodeo el cuello con los brazos y le enredo los dedos en el pelo.
Me acerca para que me siente a horcajadas sobre su regazo y entonces me aprieta el culo haciéndome jadear.
El beso me acelera el corazón, pero de repente se aparta, haciéndome gemir. Me mira y sonríe alegremente.
-Yo... um...- Tartamudeo y muevo un poco las caderas haciéndole gemir. Miro hacia abajo y veo su bulto, duro y bastante grande, e invisiblemente me sonrojo. Decido apartar la mirada y evitar el contacto visual con él.
-Hazlo otra vez-. Carraspea y lo miro con los ojos muy abiertos. Me pone las manos en la cintura y me anima a mover las caderas.
-Kevin, deberíamos parar. -Gimo, pero él aprieta las manos. -Lily podría volver-. Y en el momento justo la oímos bajar corriendo las escaleras. Salto rápidamente del regazo de Kevin.
-Princesa, ¿qué he dicho de correr por las escaleras?-. Grita.
-¡Lo siento, papá!- Grita corriendo hacia el salón.
-Debería irme-. Me pongo de pie y miro a mi alrededor con torpeza.
-No.- Lily gimotea y se agarra a mi pierna.
El teléfono de Kevin empieza a sonar y él contesta. La llamada es breve y veo que empieza a sonreírme y luego cuelga el teléfono.
-Cariño, ¿quieres tener una cita conmigo?-. Mis ojos se abren de par en par.
-¿Pero quién cuidará de Lily?-. Miro a una triste Lily, que sigue agarrada a mi pierna.
-Mis padres vienen en avión desde Italia, así que podrán cuidar de Lily-Me informa-Entonces, ¿tendrías una cita conmigo?-. Repite.
-¡Por favor, Avey!- Lily, aprieta con fuerza.
-Vale-. Sonrío y Kevin se levanta, alza a Lily sobre su cadera y luego me rodea con sus brazos, así que estamos todos en un abrazo grupal.
-Te enviaré los detalles por mensaje-. Me sonríe.
*
-¡Te besaste y ahora tienes una cita con él!-dice Charlie sorprendido.
Asiento con la cabeza y le miro raro cuando veo que me frunce el ceño.
-Charlie, ¿por qué me miras así? ¡Tú fuiste la que dijiste que volvería y tenías razón! -Levanto los brazos.
-¿Estás segura de que quieres ir a esta cita, nena?-. Me acobardo cuando me llama así.
Ahora que Kevin me ha llamado así, suena mal cuando sale de la boca de Charlie.
-Pensé que al menos estarías un poco más contenta-. Pongo los ojos en blanco.
Recibo una notificación de Kevin.
Me alegro porque no quiero seguir hablando con Charlie.
Kevin: Cariño, prepárate para las siete y media.
Me entran mariposas en el estómago y sonrío alegremente al ver su mensaje.
-Lo único que digo, Ava, es que no me parece buena idea que estés con ese hombre. Tiene un hijo y es básicamente un anciano. Probablemente, es igual que Jamie-. Levanta las manos y mi corazón se encoge ante la mención de mi ex novio maltratador.
-Charlie cierra la puta boca-. Suspiro y empiezo a maquillarme. -Sal de mi habitación si no vas a tener una conversación razonable conmigo-. Le miro a través del espejo y le veo simplemente tumbado en mi cama mirándome decepcionado.
-Solo quiero lo mejor para ti, Ava-. Se levanta y se acerca a mí. Me besa en la frente y sale de mi habitación.
-Idiota-. Murmuro para mis adentros.
Una vez que estoy lista, me tomo unos diez minutos para admirarme en el espejo y ver cuál es mi mejor lado para que Kevin lo mire.
Entonces Kevin me manda un mensaje diciéndome que está fuera. Salgo y lo veo de pie junto a su coche, vestido con un traje caro. Me acerco a él a toda velocidad, intentando no tropezar con los tacones, y me sorprendo a mí misma abrazándolo con fuerza.
-¿Tanto me has echado de menos, Ángel?- Se ríe entre dientes, pero también me rodea con los brazos y hunde la cabeza en mi cuello. -Joder, qué bien hueles.
Soy la primera en separarme y le miro con una amplia sonrisa.
-Estás preciosa, nena.- Me sonríe y me ayuda a subir al asiento del copiloto de su Range Rover.
Se sube al coche y empieza a conducir.
¿Por qué un hombre parece tan sexy cuando conduce?
Le veo cambiar de marcha sin esfuerzo con sus grandes manos venosas. Luego veo esa mano posarse en mi muslo.
-Estás muy bueno-suelto y me tapo la boca con la mano.
Me mira rápidamente y sonríe.
-No te avergüences, soy toda tuya-. Me guiña un ojo y miro por la ventana.
-¿Adónde vamos?- pregunto, queriendo cambiar de tema.
-Es un bonito restaurante italiano, Lily y yo solíamos ir allí, pero hace tiempo que no vamos. Pensé que estaría bien llevarte, podemos ir a otro sitio si te parece mejor. Olvidé por completo preguntarte si te gustaba la comida italiana, probablemente no te guste...
-¡Kevin!- me limito a decir, impidiéndole seguir divagando. -Me encanta la comida italiana-. Sonrío al ver cómo su cara y su cuello se ponen rojos.
-Vale, bien-. Asiente y me río, haciéndole reír a él también.
*
Llegamos al restaurante y Kevin me hace pasar, con su mano apoyada en la parte baja de mi espalda.
-Hola, ¿mesa para dos?- Se nos acerca un camarero preguntando. Noto que Kevin se tensa cuando sus ojos se detienen en mí demasiado tiempo.
-Sí-. Gruñe por lo bajo y me rodea la cintura con el brazo.
Nos lleva a una mesa en el exterior, desde donde hay unas vistas preciosas.
Mis ojos se abren de par en par cuando el camarero me abre la silla, dejando a Kevin con la cara roja y mirándole enfadado.