AVA
Mis ojos se abren de golpe y los abro de par en par cuando siento un peso sobre mi pecho y unos brazos alrededor de mi cintura. Miro hacia abajo y veo a Kevin abrazándome literalmente como si estuviera a punto de desaparecer, su cabeza se apoya en mi pecho y sonrío por lo mono que está.
Paso mis dedos por su cabello, lo que lo hace gemir un poco pero sigue dormido.
La puerta de la habitación se abre lentamente y Lily asoma la cabeza por el hueco, mientras se agarra a su osito de peluche.
-¡Avey!- Sonríe al verme. Lily corre hacia mí y yo la ayudo a subir a la cama, pero me cuesta un poco porque Kevin está prácticamente encima de mí.
-Papá te está aplastando-. Lily suelta una risita y se tumba a mi lado, con la cabeza apoyada en mi almohada.
-Lo hace. -Le devuelvo la sonrisa.
-La niñera y el abuelo quieren verte-. Se me acelera el corazón al pensar que voy a conocer a los padres de Kevin.
-¿A-ahora?- Levanto las cejas y ella asiente.
-Les he dicho que eres simpático, no te preocupes-. Se levanta de la cama y me tiende la mano. Me alejo lentamente de Kevin, ganándome un gemido de él y luego se da la vuelta y sigue durmiendo.
-Tengo mal aspecto, Lily-susurro y miro la camiseta de Kevin que, por suerte, me llega por debajo de las rodillas. Rápidamente, me pongo un par de joggers de Kevin que encuentro, enrollo en la cintura bastantes veces y aun así no me quedan bien.
-Estás muy guapa, Avey. Como una princesa-. Sonríe y me saca del dormitorio y me lleva a la cocina.
Entramos en la cocina y sonrío al ver a los padres de Kevin.
-Esta debe de ser la famosa, Ava. Me llamo Gina y este es mi marido Antonio-. Su madre me sonríe alegremente y tira de mí para abrazarme.
-Hola-. Digo torpemente, haciéndola soltar una risita.
-Kevin habla mucho de ti por teléfono. Así que eres su novia, ¿sí?-. Su padre se acerca a mí y me abraza.
Me aparto y sacudo la cabeza, ambos fruncen el ceño, incluida Lily.
-Solo somos amigos-. Sonrío con los labios apretados.
-Así que los amigos solo tienen citas románticas y luego se abrazan en la cama-. Mis ojos se abren de par en par ante el comentario de Gina.
-¿Cómo sabes eso?
-Mi preciosa nieta es nuestra pequeña espía-. Antonio levanta a Lily, haciéndola chillar.
-¡Yo espío!- Dice ella y suelta una risita después.
-Por cierto, ¿dónde está mi hijo?-. Gina frunce las cejas.
-Aquí mismo, mamá-. Me doy la vuelta y veo a Kevin de pie en la entrada de la cocina, frotándose el sueño de los ojos.
-Mi niño-. Ella camina hacia él y tira de él en un abrazo, tiene que agacharse un poco para que ella pueda envolver sus brazos alrededor de su cuello. -Me alegro mucho de que hayas encontrado una mujer que cuide de ti y de Lily.
Mis ojos se abren de par en par y miro a Kevin, que me sonríe por encima del hombro de su madre.
-He encontrado un ángel. ¿Verdad, mamá? -Se aparta y le sonríe.
-Cariño, deberíamos irnos, nuestro vuelo sale en unas horas.
Solo llevan aquí un día.
-¿Ya te vuelves a Italia?-. Kevin frunce el ceño, pero Gina niega con la cabeza.
-Tu padre me lleva al Caribe-. Sonríe, aplaudiendo emocionada.
-Ah, claro, qué bien-. Kevin pone los ojos en blanco juguetonamente y se acerca a su padre y le quita a Lily de los brazos.
-¿Tienes hambre princesa?- Le besa la frente.
-La niñera y el abuelo ya me prepararon el desayuno-. Ella sonríe.
-Debería irme a casa-. Kevin me mira y frunce el ceño.
-¿Qué?- pregunta.
-Probablemente, debería irme a casa-repito.
-Espera, ¿no vives aquí?-. Gina frunce el ceño y yo niego con la cabeza.
-Literalmente solo soy la niñera de Lily-. Me río torpemente y evito el contacto visual con todos.
Esto se está poniendo muy incómodo.
No me gusta.
-Ava, déjame hablar contigo-. Kevin asiente con la cabeza hacia la salida de la cocina. Comienza a caminar hacia afuera y yo lo sigo hasta que llegamos a su oficina, entro y me siento en el asiento frente a su escritorio.
-¿De qué quieres hablarme?-. Cruzo los brazos sobre el pecho.
-¿Por qué lo niegas tanto?-Kevin suspira mientras se sienta en el escritorio frente a mí.
-¿Negar qué?-. Finjo hacerme la despistada.
-De tus sentimientos-Me dice sin rodeos.
-No lo niego.
-Cariño, sí lo estás. Sabes que mis sentimientos hacia ti son muy fuertes y anoche pude notar que sentías lo mismo y que no era solo la influencia del alcohol-. Se acerca y se agacha frente a mí. -¿Tienes miedo?
Asiento con la cabeza.
-Solo he tenido una relación y no acabó muy bien-. Susurro y se me humedecen los ojos. -De verdad que no quiero hablar de eso, Kevin-. Gimoteo mientras pienso en todos los malos recuerdos.
-Ven aquí, Ángel-. Abre los brazos y lo rodeo con los míos. Kevin se sienta en el suelo con la espalda apoyada en su escritorio y yo me arrastro aún más hasta su regazo y entierro la cabeza en el pliegue de su cuello. -Nunca voy a hacerte daño-. Me susurra al oído y me besa la mejilla.
-¿Me lo prometes?- murmuro.
-Te lo prometo-. Aprieta ligeramente los brazos alrededor de mi cintura.
Tras un par de minutos de silencio, decido romperlo.
-Todavía tengo que irme a casa-. Suelta un suspiro frustrado.
*
-Mándame un mensaje esta noche-. Me dice Kevin mientras me quito el cinturón de seguridad.
-Sí, Avey-. Lily canta en la parte de atrás del coche.
-Lo haré, no te preocupes-. Sonrío y me acerco para darle un beso en la mejilla. Me doy la vuelta y miro a Lily. -Hasta luego, cariño.
-¡Adiós, Avey!
-¡Si pasa algo malo, me llamas!-. Pongo los ojos en blanco ante su exceso de protección. -Lo digo en serio, cariño.
-Sí, vale-. Salgo del coche y les saludo con la mano antes de entrar en mi piso.
Abro la puerta y veo a Charlie sentado en el sofá viendo la tele con el ceño fruncido.
-¿Qué pasa? -le pregunto.
-Nada. ¿Has tenido una buena cita?-. Murmura, sin molestarse en mirarme.
-Fue increíble, realmente me está empezando a gustar mucho, Kevin. Anoche me emborraché un poco así que pasé la noche en la suya-. Sonrío, pero veo como Charlie se limita a poner los ojos en blanco. -¿Cuál es tu problema?- Me pongo delante de la tele y le fulmino con la mirada.
Me mira.
-¿De verdad crees que ese tío es bueno para ti, porque yo estoy segura de que no?-. Cruza los brazos sobre el pecho y me hierve la sangre mientras continúa. -Probablemente sólo te está utilizando.
-Joder, Charlie, me estás cabreando. ¿Por qué estás tan en contra de Kevin? No te ha hecho nada-. Se levanta y me mira furioso.
-¡Quizá porque te mereces algo jodidamente mejor, pero estás demasiado jodidamente ciego para verlo!-Me grita y yo me encojo de miedo. Nunca había visto a Charlie tan enfadado. Suspira y se frota la cara con frustración. -Lo siento, nena. Va a abrazarme, pero me aparto.
-¡No me hables, joder!-. Me dirijo furiosa a mi habitación y doy un portazo para hacerle saber que estoy enfadada con él.
Un par de horas después oigo a Charlie gritar a alguien en la puerta principal. Salgo de mi habitación y me acerco a la puerta para ver a quién le está gritando.
-Ava, por favor, ahora no es el momento-. Charlie suplica, cerrando la puerta para que no pueda ver nada.
-Escucha solo quiero saber por qué estás gritando-. Pongo los ojos en blanco.
-¡Ava, por favor!- Dice frustrado.
-Charlie ¿qué está pasando?- Levanto las manos.
-Es mi chica.
Se me hiela la sangre.