La tenue luz de la madrugada se colaba a través de la ventana, pintando de colores suaves y dorados la habitación. Valeria despertó lentamente, sintiéndose envuelta en la penumbra de la noche que se despedía. La humedad del sudor en su piel y la confusión de un sueño interrumpido la hacía tambalear. Pero al girar la cabeza, su mirada se cruzó con l