La mañana siguiente a la gala benéfica, Valeria despertó sintiendo que había cruzado una nueva frontera en su extraño acuerdo con Damián. La interacción con Navarro y la breve conversación con Marco seguían resonando en su mente, como piezas de un rompecabezas incompleto. ¿Qué significaban esas advertencias veladas? Y más importante, ¿cuáles eran las verdaderas intenciones de Damián?
Mientras se preparaba para el día, Marco tocó la puerta de su habitación. El gesto ya era habitual, pero había algo diferente en su expresión.
-El señor Ferreira desea hablar con usted en el invernadero -dijo, manteniendo el tono neutral que siempre utilizaba.
Valeria asintió, intentando ocultar el leve nerviosismo que sentía. El invernadero era uno de los lugares más privados de la mansión, un espacio donde pocas personas tenían acceso. Mientras caminaba hacia allí, el aire fresco del pasillo pareció aclarar un poco sus pensamientos.
Cuando llegó, encontró a Damián junto a una mesa llena de papeles. Su posición en la silla de ruedas no disminuía la autoridad que emanaba de él. Los rayos de sol atravesaban los ventanales, creando un contraste casi teatral con su semblante serio.
-Valeria, toma asiento -dijo, sin levantar la vista de los documentos.
Ella obedeció, sintiendo cómo la tensión creía con cada segundo de silencio. Finalmente, él dejó los papeles a un lado y la miró directamente.
-Hiciste un buen trabajo anoche -dijo-. Navarro no es fácil de manejar, pero lograste mantenerte firme.
-Gracias -respondó ella, intentando descifrar si el elogio era genuino o parte de su calculada estrategia.
Damián inclinó ligeramente la cabeza, como si evaluara sus palabras.
-Quiero ser claro contigo, Valeria. Lo que ocurrió anoche es solo un preludio de lo que está por venir. Los eventos sociales son el campo de batalla de esta familia, y cada interacción puede tener repercusiones.
-¿Por eso me pediste que siguiera ciertas reglas? -preguntó ella, recordando la advertencia de mantener la apariencia sin cruzar límites.
-Exacto. La distancia que mantenemos no es solo una cuestión personal, sino también una estrategia. Mientras nadie pueda cuestionar nuestra relación, tenemos ventaja.
Valeria asintió, aunque no pudo evitar sentir una punzada de incomodidad. Aquella "ventaja" parecía depender de mantener un delicado equilibrio entre verdad y ficción.
-Hay algo más que debo decirte -continuó Damián, con un tono más grave-. Marco me informó sobre su breve conversación contigo durante la gala. Él suele ser reservado, así que si te advirtió sobre Navarro, es porque sabe algo que yo no.
-¿Crees que debería preocuparme? -preguntó Valeria, sorprendida por su franqueza.
Damián la observó por un momento, como si evaluara cuánto decirle.
-Navarro ha estado intentando desestabilizar a nuestra familia desde hace años. No es solo una rival comercial; tiene razones personales para odiarnos. Por eso es fundamental que nunca muestres debilidad frente a ella.
-Entendido -dijo Valeria, aunque la idea de enfrentarse a alguien tan manipulador la inquietaba.
El Desafío de la Lealtad
Más tarde ese día, Valeria decidió pasear por los jardines de la mansión para despejar su mente. La belleza del lugar contrastaba con la tensión que sentía en su interior. Mientras caminaba, se encontró nuevamente con Marco, quien parecía estar esperándola.
-Señorita Valeria, ¿podemos hablar? -preguntó, con esa mezcla de cortesía y seriedad que lo caracterizaba.
Ella asintió, deteniéndose junto a una fuente.
-Quiero disculparme si mi advertencia durante la gala la incomodó -dijo Marco-. Pero era necesario. Navarro no solo busca debilitar a Damián, también intenta involucrarla a usted en sus intrigas.
-¿Cómo podría hacerlo? Apenas estoy entendiendo este mundo -replicó Valeria, con un deje de frustración.
Marco la miró fijamente, como si intentara medir su determinación.
-Precisamente por eso. Su posición como esposa de Damián la convierte en un blanco fácil. Navarro podría intentar ganarse su confianza o manipularla para obtener información. Debe tener cuidado con lo que dice y a quién se lo dice.
Valeria sintió un escalofrío al escuchar esas palabras. La idea de ser utilizada como una pieza en un juego tan peligroso la aterrorizaba.
-Gracias por la advertencia, Marco. La tendré en cuenta -dijo, tratando de sonar más segura de lo que realmente estaba.
Un Nuevo Comienzo
Esa noche, durante la cena, Valeria notó que Damián estaba más callado de lo habitual. Aunque su expresión permanecía serena, había una tensión subyacente que no pasó desapercibida.
-¿Todo está bien? -preguntó ella, rompiendo el silencio.
Damián levantó la vista, sorprendido por su pregunta.
-Todo está bajo control -respondó, aunque su tono no era del todo convincente.
Valeria decidió no presionarlo, pero hizo una nota mental para mantenerse alerta. Había algo que Damián no le estaba diciendo, y sospechaba que tenía que ver con Navarro.
Cuando finalmente se retiró a su habitación, Valeria se sentó junto a la ventana, mirando las luces de la ciudad a lo lejos. Por primera vez desde que había aceptado ese contrato matrimonial, comenzó a cuestionarse si realmente podría manejar la situación. Las reglas estaban claras, pero las intrigas y lealtades cambiantes hacían que todo pareciera mucho más complicado.
Lo único que sabía con certeza era que no podía confiar completamente en nadie, ni siquiera en Damián. Pero si algo había aprendido en su corta pero intensa estadía con los Ferreira, era a mantenerse siempre alerta y a no subestimar las capacidades de quienes la rodeaban. En un mundo donde las palabras y los gestos eran armas, su supervivencia dependía de su habilidad para interpretar cada señal y jugar su propio juego.