/0/3279/coverbig.jpg?v=2fb9c3d52078746890cbf121e562d369)
La cena fue una tortura. Después de haber subido para cambiar a Eliza, tuve que quedarme unos minutos más dentro de la antigua habitación de Thiago. Jessica subió porque claramente había visto con sus propios ojos lo ocurrido. Me negué a llorar frente a ella, pero terminé haciéndolo porque sabía que no podía permitirme a siempre contener todo aquel