Luis entró a la casa de Cristóbal, era tarde, había salido hacía poco del instituto donde estudiaba.
―¿Qué pasó?
―Es su exsuegro.
―¿Ya? ¿Sigue rondando?
―No. Y no lo hará más.
―¿Cómo? ¿Qué pasó?
―Lo mataron. Ahora, cuando salí del instituto, me avisó Gerardo. Un automóvil lo arrolló. Fue asesinato, el vehículo no llevaba patente y se dio a la