-Te lo aseguro, Maxon: no fue un accidente.
Estábamos otra vez en el jardín, haciendo tiempo hasta la hora del Report.
Me había llevado todo el día encontrar el momento de hablar con él.
-Pero parecía estar destrozada, y se deshizo en disculpas -rebatió él-. ¿Cómo no iba a ser un accidente?
Suspiré.
-Como te lo cuento: veo a Celeste cada día,