Noté que alguien me tiraba del brazo. Estaba oscuro: o era muy tarde, o muy temprano. Por un instante pensé que habríamos sufrido otro ataque. Entonces supe que no era así: lo dejaba claro la palabra usada para despertarme.
-¿Mer?
Tenía a Aspen a mis espaldas, y me llevó un momento recomponerme antes de darme la vuelta. Sabía que tenía que hablar