Capítulo 4 Un hombre así no te merece

Aria aún estaba en un profundo sueño cuando, de repente, se despertó sobresaltada porque alguien estaba tocando la puerta. Se frotó los ojos y fue a abrir.

Por la puerta apareció Dominic Chu junto a Vicky He.

"¿Dominic?". Instantáneamente, Aria recobró el sentido y dijo:

"¿Qué estás haciendo aquí?".

"¡Aria! Si no es aquí, ¿dónde más podría encontrarte Dominic? ¿En la Mansión Yan? Cuando escuchamos las noticias sobre ti y el Sr. Reid de la familia Qin, Dominic no te creyó capaz de semejante cosa. Pero a juzgar por dónde te encuentras ahora, estoy convencida de que ya no piensa lo mismo. Esta es la habitación que el Sr. Reid reservó por una buena temporada en este hotel. ¿Vas a seguir negando que no hay nada entre ustedes? Todo esto es evidente". El tono despectivo de Vicky He solo echó más leña al fuego, pero esas eran precisamente sus intenciones.

Aria miró a Dominic Chu con un brillo inocente en sus ojos y preguntó: "¿De verdad crees que soy ese tipo de mujer?".

"Aria, por favor, explícame de qué se trata todo esto. Seguro que hay una explicación". Fue Vicky He quien de seguro había llevado a Dominic hasta allí, si no, ¿cómo había dado con este lugar? También fue Vicky He, quien había invitado a Dominic, junto con su hermana menor, Robyn Chu, a unas vacaciones hace apenas dos días.

"¿En serio? Si confías en mí, ¿entonces qué estás haciendo aquí? ¿Viniste a atraparme en el acto?". Con una mirada de decepción en su rostro, Aria se dio la vuelta y se sentó en el sofá. "¡Mira a tu alrededor! ¿Ves a alguien más en esta habitación?".

Dominic trató de decir algo, pero justo cuando abrió la boca, Vicky lo interrumpió. "¡Aria! No te hagas la inocente. Todos hemos leído el periódico, ¡sabemos lo que está ocurriendo! Si estás saliendo con otro hombre, confiésalo a Dominic. ¿Por qué tienes que mentirle?".

"No tengo nada que decirles y si no tienen nada más que decir, ¡márchense!". Aria estaba muy seria.

"¡Está bien! ¡No te preocupes por eso, nos vamos ahora mismo! ¿Quién te crees que eres? ¿Crees que eres mejor que los demás solo porque te liaste con el Sr. Reid de la familia Qin?". Vicky lanzó este último comentario y agarró a Dominic del brazo, dispuesta a abandonar la habitación.

De repente, Reid apareció en la puerta en ese momento. "¿Escuché a alguien mencionar mi nombre? ¡Dios mío! Debo ser muy popular. ¿Qué es lo que pasa ahora? Hola, señorita He, ¿desea hablar conmigo?".

Los ojos de Aria se desviaron hacia el hombre, que estaba parado allí con solo una bata negra. ¿Este hombre tenía siempre que tener acciones tan alocadas? ¿Era tan difícil cambiarse de ropa?

A pesar de que estaba vestido solo con una bata, seguía siendo encantador y guapo.

Casi de inmediato, el rostro de Dominic cambió al ver al hombre.

Al principio, estaba dispuesto a creer en Aria, pero cambió de parecer en cuanto vio al hombre en bata.

"Aria, ¿hay algo más que quieras agregar?". Vicky sonrió, disfrutando del éxito de su plan. Ella solo quería que Dominic viera que había algo entre ellos y así desencantarse de Aria por completo.

Reid se acercó a Aria y le puso la mano alrededor de la cintura. "Cariño, ¿te despertaron? Es que ellos no saben cómo comportarse".

Aria trató de apartar la mano, pero Reid la apretó con firmeza. Confundida, ella levantó la cabeza y lo miró, como para preguntarle qué estaba haciendo.

"Sentimos cualquier molestia". Dominic Chu miró a Aria y dijo: "Aria, me decepcionaste".

Mientras les observaba salir juntos de la habitación, Aria puso un semblante extrañado.

"¿Qué pasa? ¿Por qué te ves tan triste ahora? Está claro que un hombre así no te merece. Entre los dos, creo que estarás mejor conmigo". Reid realmente disfrutaba irritar a Aria.

Pasó la noche en la habitación de al lado porque le dio pereza volver a casa. A pesar de que todo fue de improvisto, el gerente le cedió con gusto la habitación tras pocas gestiones. Después de todo, las habitaciones de este piso solo estaban reservadas para hombres jóvenes y ricos a quienes no les importaba pagar el doble de ser necesario.

No se imaginaba que temprano en la mañana iba a haber tanto ruido en la habitación de al lado. El hombre no tenía muchos pasatiempos, pero seguro que disfrutaba ver las rencillas ajenas.

"Reid Qin, esto no es de tu incumbencia". Aria levantó el pie y le dio una patada en la espinilla mientras gritaba: "¡Fuera! ¡No quiero verte!".

"¿Por qué me tratas así? ¡Te acabo de ayudar!". Aria le sacó a empujones de la habitación y cerró la puerta de un tirón.