Capítulo 5 Ya tienes edad suficiente para casarte

Reid observó la puerta cerrada antes de volver su mirada hacia sí mismo, vestido todavía en su bata. Se sentía como si nuevamente estuviera entrometiéndose en cosas que no debería.

Mientras tanto, Aria se sentó sola dentro de la habitación, sin poder siquiera entender cómo se sentía.

¿Debería haberse aferrado a Dominic y explicarle todo? Pero ahora, todo parecía innecesario.

Una vez que regresó a la Mansión Yan, encontró a Milton sentado en el sofá. Desde antes, ya esperaba esta escena, a pesar de que él debía estar en la empresa a esas horas. A su lado estaba sentada la última persona que Aria quería ver: Roxanne Lin.

"¡Alto!", gritó Milton al ver que Aria no se inmutó con su presencia y subía directamente las escaleras.

"¿Qué sucede?", preguntó ella sin mirar atrás.

"¿En verdad piensas comportarte así de ahora en adelante? Ni siquiera volteaste a saludarnos cuando llegaste; como puedes ver, tenemos una invitada". Ya que su padre la estaba esperando, seguramente sabía que el día anterior había estado con Reid.

No fue sino hasta entonces que Aria se dio la vuelta para mirar a Roxanne Lin. Y preguntó: "Papá, ¿es ella la invitada de la que estás hablando? No creo que esta mujer que ocupó el lugar de mi madre en tu cama deba ser considerada como una invitada en esta casa".

Asombrado por su respuesta, Milton se puso de pie para acercarse a su hija. "¡Discúlpate con Roxanne ahora mismo!", ordenó.

"No creo que eso sea necesario. Ahora, si no necesitas nada más, me gustaría subir a descansar". Sin embargo, justo cuando se dio la vuelta, Milton la sujetó por el brazo y tiró hacia sí.

Luego la abofeteó con fuerza, dejándole un sabor metálico en la boca.

"¿Cuál es tu relación con Reid? Sabes qué tipo de persona es él, ¿verdad? ¿Cómo puedes estar con alguien así? ¿En verdad crees que después de esto podrás seguir mereciéndote a Dominic? Vicky tuvo que renunciar a su relación con él para que estén juntos. ¿Es así como le pagas? ¿Traicionándolo? Esta mañana ya me han contado todo". Al parecer, Milton había recibido una llamada de Vicky, quien le contó que Aria había pasado la noche con Reid.

"¡Papá, no tienes derecho a juzgarme después de todas las cosas que tú mismo has hecho!". Dijo mientras lanzó a Roxanne una mirada amenazante y se marchó.

Por su parte, la mujer en el sofá se acercó a Milton para intentar calmarlo. "Olvídalo, querido, Aria está de mal humor ahora mismo. No deberías tomarte en serio sus palabras. De todos modos, será mejor que me vaya a casa".

"No tienes que irte. Vivirás aquí a partir de ahora". El hombre estaba tan furioso que parecía que sus ojos se saldrían de su órbita.

No muy lejos, Aria pudo escuchar toda su conversación; pero como ya se lo esperaba, estaba preparada para escuchar esa noticia.

Su teléfono sonó tan pronto como entró a su habitación, y una sonrisa apareció en su rostro en cuanto vio de quién se trataba.

"Aria", una voz profunda se escuchó al otro lado de la línea. Se trataba de su abuelo.

"Abuelo", respondió ella con alivio.

Lennon Yan parecía estar de buen humor: "Hace ya varios días que regresaste, ¿tendrás tiempo para venir a verme hoy?".

"Por supuesto, voy para allá". Luego de eso, rápidamente se cambió de ropa y dejó la Mansión Yan.

Lennon Yan se encontraba ingresado en un sanatorio localizado en un área suburbana dentro de Ciudad B. Al escuchar que su nieta vendría a verlo, la esperó sentado en una silla de ruedas debajo de un árbol en el jardín.

Aria tardó una hora en llegar y, en cuanto estacionó su auto, fue recibida por un hombre de mediana edad. "¡Señorita, por fin llega!".

"Antonio, tanto tiempo sin vernos", respondió ella, acercándose a él para darle un abrazo.

"El señor Yan la está esperando", dijo el hombre con una sonrisa. Debido a que conocía a Aria desde que era una niña, le complacía ver que se había convertido en una hermosa y elegante joven.

Aria fue guiada al jardín e instantáneamente localizó a Lennon sentado en su silla de ruedas. "¡Abuelo!", exclamó.

"Cariño, ¿pensabas venir a verme si no te hubiera llamado?". El anciano le dio unas palmaditas en la cabeza y agregó: "No te he visto en años. Has crecido mucho, ya tienes edad suficiente para casarte".

"Abuelo, ¿de qué estás hablando? No quiero casarme todavía". Aria había pensado que para cuando volviera del extranjero, se casaría con Dominic pero, después de todo lo que había ocurrido, ese plan ya estaba en el pasado.