LUZBEL.
Caí al lado de mi amada, exhausto, jadeando y sudado. Este es el mejor día de mi vida.
-Vamos, de nuevo- escuche decir a mi lobo en mi cabeza. Sentía como arañaba mis paredes mentales desesperado.
-Por la diosa, ¿Estás loco? Nimue ya se quedó dormida, no seas tan promiscuo y sé feliz porque ella se entregó a nosotros- respondí a modo de