OMNISCIENTE.
-Vamos a calmarnos- Nile sonrió nervioso- ahora tengo algo muy importante que pedir.
-¿Qué?- preguntaron los tres fastidiados.
-Oigan, no es mi culpa que nuestra luna además de dejarme mudo también me dejara sordo- se defendió a lo que Alaya frunció el ceño- sí, preciosa, no escuche nada de lo que dijiste- sonrió.
-Tsk... ¡No me