Luna
Mis dos pies tocan el suelo y el vuelo de la pollerita de seda descansa finalmente sobre mi piel, luego del hermoso giro que pude realizar a la perfección. Veo mi reflejo en el espejo y me sonrío a mí misma pensando que logré respetar absolutamente todos los compases y dominar las técnicas de cada momento de la coreografía, a pesar de estar re