Pablo
Acaricio con dulzura el vientre de Sol, que ya comienza a tomar forma. No puedo evitar que mi corazón sigua agitándose en mi pecho cada vez que la veo desnuda y su figura me recuerda que dentro suyo están mis hijos.
La siento removerse, estirando su cuerpo y haciendo gestos graciosos, y cuando veo que se vuelve a relajar la abrazo con fuerza