*21 de octubre de 1552 D.D.*
Me despierto bastante pronto, algo muy extraño en mí. En días normales me quedaría un rato más en la cama, pero no hoy. Hoy es un día especial, muy especial, porque es mi cumpleaños. Y no es un cumpleaños cualquiera, claro que no. Hoy cumplo veinte años, dos décadas, una edad redonda. Y, por si fuera poco, es el primer cumpleaños que voy a poder celebrar con mi familia desde el noveno, que fue el último.
Voy a poder estar con toda mi familia y amigos el día de hoy. Todos ellos van a poder celebrarlo conmigo y yo no puedo ser más feliz. Si me hubiesen dicho cuando cumplí diecinueve que ese iba a ser mi último cumpleaños sin ellos... Habría llorado de felicidad. Y seguramente me habría costado creerlo, pero... Ha sucedido.
No es que todos mis cumpleaños en esta última década hayan sido malos, porque mis tíos se han esforzado mucho para que lo pasase lo mejor posible, especialmente al principio, cuando era una niña. Yo me sentía muy mal por celebrarlo, pero ellos me aseguraron que no lo estaba, que debía disfrutar ese día. Aún así, el sentimiento era agridulce, porque cada año cumplido era un año más sin ellos. Un año más en el que no me habían visto crecer.
Me levanto sin esfuerzo y corro hacia el baño para comenzar a arreglarme ya, porque quiero bajar enseguida. Quiero que este día sea lo más largo posible, quiero compensar por todos aquellos cumpleaños en los que no han estado. Sé que eso es imposible, pero al menos quiero sentir que lo hago.
Me doy un baño rápido, no me mantengo mucho tiempo en el agua, y luego abro el vestidor para escoger mi atuendo del día de hoy. En estas últimas cinco semanas me he comprado toda la ropa que necesitaba, porque es que no tenía literalmente nada aquí. Aún está lejos de ser la cantidad que poseía cuando era niña, pero no me preocupa. No necesito tanta y, además, no debemos gastar el dinero en eso.
Y bueno, el tío Will me trajo toda la ropa que tenía en nuestra casa de Jadine cuando viajó allí para iniciar la mudanza y llevarse todos nuestras pertenencias para poder vender la casa. Aún está en proceso de hacerlo, pues necesita encontrar al mejor comprador posible, pero la cosa pinta bien.
Cuando me reencontré con mis padres temí que mis tíos decidiesen quedarse a vivir en Jadine, porque eso significaría que no iba a poder verlos todo lo que me gustaría. Pero, por suerte, papá enseguida convenció a su hermano de mudarse a Cráteris y vivir en una casa bastante más grande. A Irya le emocionó la idea, porque le gustó mucho la casa nueva, sobre todo el jardín.
Pero ese no es el único cambio. Como la casa es bastante grande decidieron contratar a una asistenta para limpiar, una mujer muy simpática, chismosa y parlanchina llamada Gladys. Como era muy eficiente en su trabajo, ella les propuso que también podía cocinar, así que eso hace. La verdad es que se ha adaptado muy bien a ellos, así que decidieron contratarla de forma fija.
Su estatus de vida ha aumentado bastante, y eso es porque el tío Will tiene ahora un sueldo bastante más alto que el que tenía cuando era profesor de universidad. Esto es porque papá le pidió que formase parte del Consejo Real, y no sólo eso, que se convirtiese en su mano derecha en este nuevo período. Él aceptó, claro, y es que realmente quiere mucho a papá, algo que ha sido muy obvio para mí en estas semanas. No le dejaría sólo en un momento tan vulnerable como este.
La situación ha mejorado un poco, sobre todo gracias a las donaciones, pero... Aún nos queda un largo camino por delante. Es algo que sabemos y aceptamos, porque no podemos simplemente borrar de nuestras mentes lo que sucedió en esta década, y el reino mucho menos.
La reconstrucción que ya está en proceso no llevará semanas, ni meses, llevará años. Pero, a cada día que pasa, estamos más cerca de volver a ser lo que éramos. De volver a ser ese reino fuerte que le plantaba cara siempre a Kalaryan y que era una potencia de Evorn.
Pensar en Kalaryan me hace pensar también inevitablemente en cierta persona que pertenece a ese reino, o cierto hombre, más bien. Cierto hombre con el que he hecho cosas que no debería haber hecho, pero que ya no puedo cambiar, y sinceramente, no sé si quiero.
En los días posteriores a nuestro último beso pude pensar en todo con más calma, ya en frío. Me di cuenta de la magnitud de mi error, de todo lo que significaba, pero no me arrepentía de haber ido a agradecerle y de lo que había pasado en su tienda de campaña.
Alexander se marchó al día siguiente, antes de que yo pudiese hacer otra tontería, y no hemos vuelto a comunicarnos desde entonces. Yo he estado muy ocupada, pero supongo que él lo ha estado bastante más, con el inicio de su reinado. Aún me cuesta creer que sea rey y que yo lo haya besado.
Fue coronado nada más llegar, para poder estabilizar el reino rápidamente. Lo sé porque nuestros mensajeros nos informaron de ello. Al parecer, asistió muchísima gente a su coronación, lo cual no me extraña para nada. Yo también tendría mucha curiosidad por saber cómo es el sucesor de Thomas.
Los Larssen que estaban desperdigados por el reino volvieron a la Corte, y no sólo ellos, también todos los miembros de las familias nobles que no apoyaban a Thomas. Todos aquellos que no gozaban de buena posición desde el reinado de Viktor y que ahora pueden volver a respirar tranquilos con el reinado de su nieto.
Pero no sólo son las personas de clase alta las que han retornado a Stratos, sino que también lo ha hecho la gente de a pie. A lo largo del reinado de Thomas la capital había perdido más de la mitad de su población y toda esa gente está regresando ahora. Así que no puedo ni imaginarme el nivel de lío y caos que tiene Alexander ahora mismo. Lo difícil que debe ser iniciar su reinado con todos estos cambios.
Yo he tenido que ayudar mucho, sobre todo aquí en el Palacio, a organizar todo el mobiliario y utensilios nuevos, pero también fuera de él, participando en las ayudas que les están proporcionando a los heridos y afectados. Aún así, no se compara en absoluto a lo que debe estar haciendo él, teniendo que liderar todo. Aunque bueno, supongo que ya está acostumbrado, pues ya era Capitán General del Ejército.
Aquí son papá, mamá, Matt, el tío Will, Gabriel y el resto de su Consejo los que se encargan de ello. Las veces que he preguntado me han dicho que no me preocupe, que lo arreglarán todo, pero no puedo evitar hacerlo. Sobre todo por el dinero. Recuerdo las palabras de Matt hace cinco semanas. Estamos arruinados, y para reconstruir un reino y un gobierno se necesita dinero. Mucho dinero.
Lo extraño es que Matt no volvió a mencionarlo, y de repente se volvió mucho más optimista. Le pregunté en privado, pero sólo me dijo que estaban en proceso de resolverlo. Yo no entendía cómo había podido cambiar la situación tan rápido y así se lo hice saber, pero él me confesó que habían encontrado una solución, pero que no podía explicármela por cuestiones de seguridad. Esto me extrañó bastante, pero decidí no indagar más.
Termino de ponerme el vestido sencillo de color verde menta que he escogido para el día de hoy, acompañándolo con un fino cinturón marrón. Me calzo las manoletinas y, por fin, decido bajar al comedor principal, que es donde supongo que me esperan.
Efectivamente, allí están, aunque es más gente de la que esperaba en el desayuno. Mis padres, mis hermanos, mis cuatro tíos y mis primos. Una imagen que deseaba ver desde hace demasiado tiempo, algo que parece un sueño, pero que es real. En estas últimas semanas he logrado acostumbrarme un poco, pero aún a veces siento que floto cuando recuerdo que ahora puedo estar con ellos y que nadie nos va a separar.
-Buenos días- Los saludo a todos con una amplia sonrisa. -¿Qué hacéis todos aquí?¿Acaso es un día especial o algo?- Finjo que no recuerdo que es mi cumpleaños.
-No cuela- Dice Irya. -Si no lo recordaras no te habrías levantado tan pronto.
-Pues también es verdad.
-Además, nadie se puede olvidar de su cumple.
-No te creas, hay gente que sí. Cuando tienes demasiadas cosas en la cabeza no es imposible olvidarse.
-Pero tú sí te acuerdas, no trates de engañarnos. -Papá se acerca a mí. -Felicidades, cariño.
El resto hacen lo mismo de uno en uno, y luego fijo la vista en la mesa y en todo lo que se encuentra encima de ella.
-Pero... ¿Qué es todo esto?- Pregunto sorprendida por la cantidad de comida que hay distribuida.
-Pues un desayuno suculento- Dice mamá.
-Pero es un montón.
-Bueno, somos bastantes.
-Vamos a sentarnos ya, que tengo muchísima hambre- Pide Chris, suplicante.
Todos proceden a sentarse, pero yo me quedo unos segundos más observando todo lo que hay sobre la mesa. Café, una gran variedad de zumos, mucha fruta, yogur, huevos revueltos, huevos fritos, tostadas, mermeladas de distintos sabores, barras de pan, bollos para mojar en tazas de chocolate caliente, cruasanes, barquillos, galletas, leche, huevos duros, jamón cocido, crema de queso, sandwiches... Se me hace la boca agua y me siento a degustar enseguida.
-Bueno, Haley... ¿Cómo se sienten los veinte?¿Te notas más adulta?- Indaga el tío Fred.
-Mucho- Bromeo. -Me he levantado hoy y me he sentido madura.
-Las palabras "veinte" y "maduro" no pueden ir en la misma frase- Comenta papá.
-Te recuerdo que te casaste a los veinte- Dice el tío Will.
-Pero es distinto.
-¿Por qué?- Pregunta Ry.
-Nosotros nos sentíamos listos para ello.
-Entonces yo también puedo casarme- No me planteo casarme a corto plazo, para nada, sólo quiero ver su reacción.
-Claro que no, tú eres una niña- Se queja mamá.
-Según la ley soy adulta desde hace dos años. Si vosotros lo hicisteis, yo también puedo.
-Pero nosotros teníamos una relación de años, es distinto. Tú no estás saliendo con nadie.
-A lo mejor Haley tiene un novio secreto y no nos lo ha dicho- Comenta Chris, y me da un vuelco el corazón.
Alexander me viene a la cabeza, lo cual es una tontería porque realmente no somos nada oficial, pero... No sé. Ellos piensan que estoy soltera y sí que lo estoy, al menos supuestamente, pero una persona soltera no está interesada en nadie. Es libre para ligar y para hacer lo que quiera en el aspecto romántico. Pero yo no siento que esté así, porque la realidad es que sí que hay algo entre él y yo.
No me interesa conocer a ningún hombre porque ya hay uno que ocupa mi mente y que no tiene pinta de querer salir de ahí. Trago saliva y devuelvo mi atención a la conversación, fingiendo que todo está bien.
-Espero que no- Interviene papá. -Sabiendo cuál fue tu primera elección, creo que es mejor que te olvides de los novios por un tiempo.
-Ya vais a empezar otra vez con eso- Me quejo.
-Es que es tu momento más humilde, Haley- Dice Irya. -Y fue tan patético que es imposible de olvidar.
-El hijo de Beckeler- La incredulidad sobresale en el tono de papá. -No me lo puedo creer.
-Ni siquiera era guapo- Continúa Irya.
Me hubiese gustado que mis padres no supieran que estuve con David, pero eso es algo que sí les han contado porque, de todas maneras, el tema iba a salir en algún momento. Además, la única razón por la que quería ocultarlo es porque es bastante vergonzoso.
-A ver, reconozco que no era ningún bellezón, pero...
-Era muy normalito, Haley, las cosas como son- me interrumpe la tía Mel. -Creo que la única que le veías guapo eras tú, y tus amigos estarán de acuerdo.
-La verdad es que Emma siempre estuvo indecisa respecto a nuestra relación- Comento.
Mi familia ya conoce a Emma y al resto de mis amigos, porque quise presentarlos. Son personas importantes en mi vida, personas que de ninguna manera quiero perder, y así se lo hice saber. Ya han estado algunas veces en el Palacio, sobre todo Emma, así que ya están empezando a acostumbrarse a ella.
-Normal- Comenta el tío Will. -Y después de lo de su padre... Me alegré mucho de que ya hubieses roto con él.
No estuve presente, pero sé que les contó a todos sobre los asquerosos comentarios que Jonathan había hecho sobre mí y sobre la tía Melissa. Imagino su reacción, la verdad. Seguramente celebraron mucho su ejecución por traidor.
-En fin, no os burléis más de mí. David fue un error que pretendo dejar en el pasado.
-El vergoso, dirás- Me corrige Ry.
-Sí, eso. El vergoso.
-Y no ha habido nadie más, ¿Verdad?- Pregunta Chris, consiguiendo que el corazón se me pare de nuevo. Tiene una habilidad increíble para hacer eso.
El ambiente se torna tenso entre las personas que lo sabemos, pero sólo dura unos segundos, por suerte.
-No- Me recupero rápidamente, maldiciéndome por tardar tanto en responder. -¿Quién más iba a haber?
-No sé... Han sido muchos años, podría haberte interesado alguien más.
-No, David fue el único- Miento con descaro. -Y ni siquiera llegué a enamorarme, así que se puede decir que...
-Pues menos mal- Interviene Matt. -Porque sólo faltaría que te enamorases de semejante palurdo.
-Nah, Haley sólo se enamoraría de alguien impresionante y con mucha grandeza- Irya me dedica una sonrisa pícara.
Sus padres la miran de reojo con nerviosismo, rezando porque no diga nada.
-Supongo que será así cuando suceda- Vuelvo a respirar cuando me doy cuenta de que no revelará nada, como prometió su padre.
Terminamos de desayunar y me apresuro a cambiar el tema, porque no me siento nada cómoda con este, sabiendo que les estoy mintiendo a la cara.
Llega el momento en el que me entregan los regalos, que consisten en ropa, sobre todo vestidos, algunos zapatos, varias joyas, entre ellas un brazalete dorado que me regalan los tíos Will y Melissa, uno que me hace mucha ilusión porque lo quería desde hace bastante tiempo. También recibo un par de libros que deseaba leer y un estuche de maquillaje.
Después de agradecerles me lo subo todo a mi habitación para colocarlo y guardarlo. Para la comida llegan mis abuelos, que también me felicitan y me halagan. Ellos me regalan un abrigo de piel precioso y unos zapatos de tacón alto plateados que me gustan mucho, aunque mamá comenta que son excesivos, pero a la abuela le hace ilusión.
Mi abuela paterna no viene, porque las cosas han estado tensas con el tío Will estas últimas semanas, así que supongo que prefiere no encontrarse con él.
Ya por la tarde me subo en un carruaje y pido que me lleven a casa de mis amigos. Al final consiguieron encontrar una que estaba bastante bien, era acogedora y amplia, pero no podían permitirse algo muy céntrico, así que está un poco lejos del Palacio.
Cuando llego me pongo muy feliz al descubrir que me han montado una especie de fiesta sorpresa, con un montón de comida y bebida, incluyendo alcohol.
-Hemos invitado también a Chris y a Nora, espero que no te importe- Avisa Emma. -Fue idea de Liam y... ya deben estar llegando.
Nora es una amiga bastante cercana que tenía mi prima Chris en el pueblo en el que vivía, y ahora está de visita aquí. Me la presentó hace un par de semanas y lo cierto es que me pareció muy maja, nos llevamos bastante bien. Y bueno, mi prima conoce a mis amigos desde el día en el que los llevé al Palacio por primera vez, pues ella estaba allí.
-Para nada- Confieso con sinceridad.
-Finn tocará la guitarra para animar la fiesta- Anuncia Liam. -Nos va a deleitar a todos.
-Claro que no- Se niega su hermano.
-Claro que sí. Hazlo por Haley, que es su cumpleaños.
Lo mira mal, pero parece que acepta. Kai y Sadie aparecen trayendo los postres y las botellas que faltan, y justo en ese momento llegan Chris y Nora, pero no vienen solas. Han traído a Jason.
-Le he obligado a venir porque necesita socializar- Explica Chris. -Y todos vosotros me caéis muy bien, así que...
-No necesito socializar- Se queja su hermano. -Ya tengo un amigo.
-Tú lo has dicho, tienes uno y es Derrick.
-¿Y qué problema hay?
-Ninguno, pero date la oportunidad de conocerlos- Señala a mis amigos. -Porque Derrick no está ahora en Cráteris, así que...
-Exacto, date la oportunidad de conocernos- Liam se acerca a ellos. -Soy Liam Holder, el líder de este grupo.
-No le hagas caso, él no es el líder, no tenemos ningún líder- Sadie rueda los ojos.
-En el fondo sabéis que me seguís a mí- Se ríe. -Siempre acabáis aceptando mis ideas.
-Eso es porque te pones muy pesado- Se queja su hermano.
-No, es porque mis ideas son las mejores. Ya te irás dando cuenta de eso, Jason- Le dedica una amplia sonrisa.
Jason lo escudriña durante unos segundos, pero me resulta imposible adivinar lo que está pensando, aunque su expresión me causa mucha curiosidad.
-No me voy a dar cuenta de nada, porque no voy a quedarme. No tengo ningún interés en...
-Vaya, pensaba que eras enrollado- Lo interrumpe Liam.
-Lo soy, pero no me apetece quedarme.
-¿Por qué?
-Estoy bien con mi único amigo.
-Bueno, eso es porque aún no me has conocido a fondo- Le dedica una sonrisa ladeada.
-No es personal, pero no tengo interés- Asegura.
-Es una pena, Jason- Remarca mucho su nombre. -No sé, me ha dado la sensación de que tú y yo podríamos llegar a ser grandes amigos.
-Tú no eres mi tipo. De amigo, me refiero- Aclara rápidamente.
-Ya- Liam suspira. -Pues si definitivamente no quieres... Debes dejar que se vaya, Chris.
-Voy a irme, pero no porque ella me deje- Se cruza de brazos. -Es mi hermana pequeña, no me tiene que dar permiso para marcharme.
-Pues vete, entonces. ¿A qué esperas?- Lo apremia él.
Todos nos quedamos en silencio durante unos segundos, sin entender muy bien lo que está pasando. Liam y Jason se miran fijamente, ninguno de los dos parece querer salir derrotado en la aparente batalla que están manteniendo.
-Pues ya no quiero irme. Ahora me quedo- Decide mi primo, sorprendiéndonos.
-Bien, te convencí- Liam sonríe victorioso.
-No fue por ti, me quedo porque quiero.
No entiendo por qué parece que está a la defensiva.
-A mí me parece que sí- Replica Liam.
-Bueno, dejad de pelearos- Los corta Kai. -Que es la fiesta de Haley. Vamos a empezar, ¿No?
Todos asienten, y nos pasamos el resto de la tarde y parte de la noche comiendo, bailando, y conversando. Al principio Jason se mantiene más solitario, pero luego comienza a participar un poco, cosa que me alegra.
Al fin y al cabo, Chris tiene razón. Él tiene un sólo amigo y no va a poder verlo hasta enero, probablemente, que es cuando se supone que va a venir a Cráteris. Es demasiado tiempo para pasarlo sin amigos, y más teniendo la oportunidad de conocer a personas así. Que te incluyen en todo, y te hacen sentir muy bien y cómodo cuando estás con ellos.
-Tenemos que salir de fiesta- Propone Nora. -Hay que celebrar tus veinte aún más, Haley.
-Mis padres no estarían de acuerdo en absoluto. Además, que la princesa saliera de fiesta no daría buena imagen, teniendo en cuenta que aún nos estamos recuperando.
-Es de noche, nadie te reconocerá.
-Aún así... Por ahora, prefiero obedecer a mis padres. No quiero darles ningún disgusto.
-Bueno, lo entiendo.
A Chris y a ella les encanta salir de fiesta, sobre todo las fiestas de pueblos. A mí no me molesta ir, con mis amigos me lo paso muy bien, pero ahora no creo que sea buena idea por las razones que he mencionado.
-No pasa nada, podemos salir por el cumple de Jason- Propone Chris.
-Ni de broma- El nombrado acaba con las esperanzas. -Para empezar, no me apetece. Y para seguir... Es dentro de quince días, ¿Crees que la situación habrá cambiado para ese momento? Obviamente no.
-Bueno, podríamos salir fuera de Cráteris, a un pueblo cercano y...
-No puedes ser tan aburrido, Jason- Liam interrumpe a Chris.
-No soy aburrido.
-Pues accede y demuéstralo.
-Es que él sólo va de fiesta con Derrick- Se burla Chris. -No te esfuerces, Liam, no lo convencerás.
-Exacto, no me convencerás.
-¿Y qué tiene de especial ese Derrick?- Pregunta Liam después de unos segundos.
-Que es mi mejor amigo y el único. Y pretendo que lo siga siendo.
-Eso ya lo veremos- Liam entrecierra los ojos.
-Eres insopor...
Un llamado fuerte en la puerta interrumpe su disputa, silenciándolos de repente. ¿Quién será? Que yo sepa no esperamos a nadie, y a juzgar por las caras del resto... No es ninguna sorpresa que hayan preparado ellos.
Sadie se levanta a abrir y vuelve un minuto después.
-Es para ti, Haley.
-¿Para mí?- Cuestiono extrañada.
-Sí, es un mensajero que trae un paquete para ti, pero insiste en que sólo te lo dará a ti en persona.
-V-vale, voy.
No comprendo nada, pero aún así me levanto y me dirijo a la puerta. En el umbral se encuentra un hombre desconocido, vestido de negro al completo y encapuchado.
-Buenas noches, Alteza- Saluda.
-¿Quién es usted?
-Eso no importa.
-Claro que importa. ¿Cómo sabe quién soy?¿Cómo me ha encontrado?
-Lo único que importa es lo que quiere la persona que me envía- Me corta. -Me ordenó que le entregase este paquete. -Lo acerca. -Y también que le comunicase que me quedaré un par de días por si quiere responderle. Mi ubicación está escrita dentro de la caja.
-¿Qué...?
-Adiós, Alteza.
Se marcha a gran velocidad, dejándome con la boca abierta, con un paquete completamente inesperado y la cabeza llena de preguntas.
¿Qué acaba de pasar?