Capítulo 6 Cinco

Han pasado cuatro días desde que los Valencourt llegaron y ha sido... Bastante insoportable. Para empezar, me miran bastante raro desde que salí corriendo de la sala, lo cual he de decir que tiene un poco de sentido, pues debí parecer una lunática.

Papá y mamá hablaron conmigo después, pero les di explicaciones bastante vagas. Simplemente les dije que no me gustaba escuchar ese tipo de cosas y lo bueno es que se lo creyeron. Supongo que también es gracias a la imagen que tienen de mí de cuando era niña, que era muy sensible y miedosa. Piensan que sigo siendo así y por eso no les ha parecido excesivamente raro lo que hice.

Mis hermanos no están tan convencidos, especialmente Ry. Me han preguntado varias veces al respecto y les he dicho lo mismo que a mamá y papá, pero ambos dicen que no es motivo suficiente como para marcharme así. He tenido bastante cuidado, porque cuando estábamos presos de Thomas les dije que Alexander me ayudó y... Si recuerdan eso podrían empezar a sospechar.

Sin embargo, lo peor ha sido la charla del tío Will. Evidentemente se enteró de la razón real de mi huida y enseguida vino a hablar conmigo. Me dijo básicamente lo mismo que su esposa, pero de forma más desarrollada, y al final estuvimos como una hora y media hablando. Le prometí lo mismo que a ella, pero tengo la sensación de que ambos no me creen y la verdad es que hacen bien.

Dominic ha tratado de acercarse a mí estos días de forma gradual, pero yo he frenado sus avances de forma sutil. Sophia ha hecho lo mismo con mi hermano y ya me queda claro que no tienen intención alguna de perder el tiempo ni parecen querer darse por vencidos.

Hoy tenía la esperanza de no tener que verlos mucho, porque es el cumpleaños de Jason, pero mamá nos ha pedido que los llevemos con nosotros. Me molesta mucho que tengamos que ir pegados como si fuésemos siameses, pues con ellos presentes no podemos hablar de nuestras cosas.

Bajo a desayunar y, efectivamente, allí se encuentra la familia Valencourt al completo. Mis padres les invitaron a alojarse en el Palacio con nosotros, pues eso es lo que se suele hacer siempre con los reyes aliados. Si no lo haces podría ser considerado como una falta de respeto y una humillación hacia ellos, cosa a la que no nos podemos arriesgar en estos momentos.

Los saludo con poco ánimo y luego comienzo a desayunar en silencio, pero se empeñan en darme conversación, así que debo contestar a todas sus preguntas.

-Entonces... ¿Ya no tocas el piano?- Indaga la reina Cordelia.

-No... Tenía nueve años la última vez que toqué, porque estos años no he practicado nada. No me parecía importante.

-Es una pena.

-Pues sí lo es, cariño, quizás podrías empezar de nuevo- Sugiere mamá. -Se te daba muy bien y sería un desperdicio de talento no hacerlo.

-Pero llevo más de una década sin tocar, ya no me acuerdo de nada.

Miento. Aún me sigo acordando de cómo tocar algunas piezas, pero no me apetece volver a hacerlo y prefiero fingir que todo se me olvidó.

-Bueno, ahora tienes todo el tiempo del mundo para retomarlo. ¿O acaso tienes algo que hacer?

-No, pero...

-Una princesa debe saber tocar un instrumento musical, está en nuestro manual no escrito- Se mete Sophia. -Yo, por ejemplo, toco el violín. Saber interpretar piezas complejas te hace ver muy elegante y también demuestra que tienes talento y has recibido una educación excelente.

-Sinceramente, la manera en la que me vean el resto no es lo que más me importa ahora mismo.

-Pues debería, porque asumo que querrás casarte y eso es ideal para atraer...

-¿Casarse? Aún es muy pronto- La interrumpe papá. -Acaba de cumplir veinte años.

-Exacto- Confirmo. -Ahora no estoy pensando en eso.

-Actualmente no hay muchos prospectos buenos, la verdad- Suspira Sophia. -Si hablamos de príncipes únicamente.

-Te puedes casar con Maxim- Propone Ry.

-No, gracias. Para eso prefiero quedarme soltera.

-También puedes esperar a Augustus. Sólo serían cuatro años, porque cuando cumpla la mayoría de edad os podríais casar.

-Claro, y sería casi diez años mayor que mi esposo. No me interesa eso.

-Pues entonces no te quedan opciones. Bueno, sí, te queda una- Observa de reojo a Matt, que le dedica una mirada asesina de la que sólo yo me percato.

Ry se ríe por lo bajo, pero Sophia no parece darse cuenta de lo poco que le gusta a Matt la idea, porque sonríe como boba.

Comienza a respirarse la incomodidad, pero por suerte es interrumpida por el tío Will, que aparece buscando a papá. Un poco más tarde llegan mis primos y los tres felicitamos a Jason con un abrazo.

-¿Cuántos cumples?- Pregunta Dominic, acercándose hacia nosotros.

-Veintidós, pero se sienten como treinta.

-Si ahora estás así, cuando llegues a los treinta vas a querer suicidarte- Comenta Ry.

-No creo que llegue a los treinta, tengo la sensación de que voy a morir joven- Suspira. -Lo cual no me molesta, porque no quiero llegar a viejo.

-¿Por qué no?- Dominic eleva las cejas.

-Porque no quiero tener arrugas y que tengan que cuidar de mí. Me sentiría demasiado inútil y prefiero que el sufrimiento acabe antes.

-No le hagas caso, está amargado- Dice su hermana. -Desde siempre, nació así.

-No nací así- Rueda los ojos.

-Claro que sí.

-No.

-Pues entonces, demuéstralo. Vamos a celebrar tu cumpleaños como propusimos Liam y yo.

-¿Quién es Liam?- Indaga Elianna, hablando por primera vez.

-Un amigo nuestro. Bueno, empezó siendo amigo de Haley- Cuenta mi prima. -Lo conoció en la Resistencia y...

-¿Un plebeyo?- Pregunta Sophia, casi con asco. -¿Por qué tienes amigos plebeyos?

-Porque he vivido como una durante diez años. Además, no tiene nada de malo. Ellos son bastante mejores que personas que pertenecen a mi clase social.

-Pero aún así... Está mal visto. Podrían iniciarse rumores.

-No me importan en lo más mínimo esos rumores- Confieso con sinceridad.

-Te importarán si van en otra dirección- Dice enigmática.

-¿Qué dirección?

-Podrían comenzar a decir que tienes una relación más allá de la amistad con ese Liam, por ejemplo.

-Liam y yo sólo somos amigos, y eso nunca va a cambiar.

-Muchos opinan que la amistad entre un hombre y una mujer no existe.

-Yo concuerdo con eso- Asegura Dominic. -Nunca me fiaría del amigo de mi novia o esposa, pues sé que no tiene intenciones buenas con ella.

-¿Y eso cómo lo sabes? No estás en la cabeza de esa persona.

-Lo sé porque la mayoría de hombres se convierten en amigos sólo de las mujeres que les gustan, para acercarse a ellas y conseguir una oportunidad.

No comparto esa opinión, en absoluto. Primero porque volverse amigo de una chica que te gusta me parece una tontería. Yo no sería capaz de desarrollar ningún sentimiento romántico por un amigo, porque ya no podría dejar de verlo así. Además, me sentiría muy traicionada, porque me estaba engañando con sus intenciones hacia mí.

-Yo creo que depende del hombre- Opina Ry. -Sí que es cierto que algunos hacen eso, pero otros no.

-Mi mejor amigo era así- Confiesa Chris.

-¿En serio? Eso no me lo habías contado- La observo con interés.

-Pues porque ya no somos amigos. Me confesó que siempre había estado enamorado de mí después de seis años de amistad y... Yo le dije que no le correspondía y desde ese momento no volvió a hablarme. Hace algo más de un año de eso.

No entiendo cómo puedes fingir ser amigo de alguien durante tanto tiempo sabiendo que lo que sientes va más allá de eso. Entiendo que tardes un tiempo en sentirte capaz de revelar tus sentimientos, pero... ¡¿Seis años?! Me parece excesivo.

-Podemos ir a cenar a algún restaurante de lujo- Propone Jason después de unos segundos para cambiar el tema. -Y luego podemos ir un rato a casa de estos, pero nada de fiesta.

-¡¿Pensáis iros de fiesta?!- Chilla Sophia, escandalizada.

-Sí... ¿Qué tiene de malo?- Cuestiona Chris, cruzándose de brazos.

-Es una actividad de plebeyos.

-No es de plebeyos, es una actividad de personas jóvenes- La corrige su hermana, sorprendiéndome.

-Es una actividad en la que la gente acaba borracha o en la cama de un desconocido. No puedes ni debes salir de fiesta si eres un noble, mucho menos si eres un príncipe.

-No creo que todo el mundo acabe así. Pero de todas maneras... ¿Qué más te da? Son sus vidas, no la tuya.

-Hacer eso denota falta de honor, educación y respeto por sí mismos. Además... ¿Por qué los defiendes si a ti lo único que te gusta es estar en la biblioteca día sí y día también?

Las hermanas continúan peleándose, y yo aprovecho ese lapsus para marcharme de allí y alejarme de esas personas a las que no soporto. Sé que no los voy a poder evitar durante mucho tiempo, pero estos breves descansos se agradecen. Decido ir a ver a mis amigos para avisarles del plan de esta noche y de que vendrán los Valencourt.

-Oye, no entiendo por qué tus padres están obsesionados con que estén con vosotros todo el rato- Se queja Emma. -No pasa nada porque queráis estar a solas el día del cumpleaños de tu primo.

-Ya, pues... Díselo a ellos.

-¿Qué tal el principito, Haley?- Liam aparece en la puerta de la habitación de Em. -¿Sigue pico y pala?

-Bastante. ¿Sabes que me ha dicho hoy? Que no debía ser amiga tuya, porque los hombres sólo se hacen amigos de las chicas que les gustan.

-Te conoce desde hace cuatro días y ya está celoso. Creo que este va a ser peor que David.

-Bueno, me conoció cuando era una niña, pero ha pasado muchísimo tiempo desde eso, así que sí. Se podría decir que me ha vuelto a conocer ahora.

-A ver si adivino. Por aquel entonces casi ni te miraba y ahora... Ha cambiado mucho la cosa.

-Exacto.

-Qué predecible el principito. Al menos este no se va a poner celoso por Alexander.

Emma y yo nos miramos significativamente durante apenas un segundo, es casi imperceptible, pero Liam es muy observador y lo nota.

-Hay algo que no me habéis contado- Pasea la vista entre una y otra intermitentemente. -¿Qué ocurre?

-Nada, es una tontería- Intento que se olvide del tema, a sabiendas de que no lo hará.

-Sé que no lo es.

Suspiro y me debato internamente. Quiero contárselo, pero quizás no es buena idea que lo sepa más gente, ya que es un secreto bastante importante. Cuantos menos tengan conocimiento de ello... Menor probabilidad de que se revele. Pero, por otra parte, es alguien en quien ya confío mucho y me gustaría escuchar lo que tiene que decir al respecto.

-¿Recuerdas cuando fui a ver a Alexander para despedirme y agradecerle por todo?- Inicio con cautela, a lo que él asiente. -Pues no sólo hice eso.

En este momento recuerdo que él no sabe que me había besado con Alexander ya antes de que pasase eso.

-Aunque bueno, debería empezar por cosas anteriores que pasaron.

-Mejor me siento- Dice esbozando una sonrisa pícara. -Porque veo que esto va para largo.

-Sí. Intentaré resumir, pero te ruego que no me interrumpas.

-Está bien.

-Cuando fui a ver a Alexander a la posada para pedirle que viniese a la reunión... Me tuve que quedar allí a dormir debido a la tormenta. No había habitaciones libres, así que dormí en su cama- Veo que quiere reaccionar, pero se contiene, abriendo mucho los ojos. -Me dio bastante miedo en un momento dado y me abrazó, y así dormimos. Ah, y también me dijo que le gustaban mis ojos y yo le dije que me gustaban los suyos.

-¿QUÉ? En serio, yo pensaba que era una broma, pero de broma no tiene nada.

-Ya ves- Dice Emma. -Y verás lo que viene ahora.

-Luego, cuando estábamos en la reunión en la que Jonathan fue destituido... Cuando acabó la reunión fui a darle las gracias y casi nos besamos, no pasó porque Will nos interrumpió. Es por eso que decidí faltar a las siguientes reuniones y a la fiesta. Pero él vino a buscarme esa última noche y... Pasamos la tarde juntos, acabamos en la rosaleda y nos besamos dos veces.

-Besaste a Alexander Larssen y lo dices tan tranquila. Yo no podría superarlo nunca. No tienes ni idea de la envidia que me das en estos momentos. ¿Cómo besa?

-Muy bien, pero ese no es el tema.

-Claro que lo es. Pero bueno, sigue.

-Al día siguiente me capturaron y evidentemente no pasó nada más. Así que saltamos a lo que pasó el quince de septiembre. Fui a agradecerle por todo lo que había hecho por mí, pero... Nos pusimos a hablar y la tensión iba creciendo cada vez más, hasta que lo abracé para despedirme y acabamos besándonos de nuevo. Pero la cosa no acabó ahí, porque básicamente prometimos que volveríamos a vernos.

-¿Y os habéis visto?

-No, pero me mandó una carta por mi cumple y un regalo.

-Y vaya regalo- Emma sonríe.

Se lo describo a Liam lo mejor que puedo, y por sus expresiones me queda claro que está alucinando cada vez más.

-El rey de Kalaryan está enamorado de mi amiga, jamás pensé que diría algo así.

-¿A que sí? Eso le dije yo, pero según ella no es cierto.

-Haley, no puedes estar tan ciega- Liam me mira directamente. -De verdad que no.

-Ay, dejadme.

-O sea, David tenía razón cuando estaba celoso de Alexander. No me lo puedo creer.

-Bueno, a medias. Al inicio no había nada entre él y yo, sólo me parecía atractivo, pero David ya empezaba con sus celos.

-¿Sólo lo sabemos nosotros, verdad?- Indaga Liam después de quedarse pensativo durante unos segundos. -¿O no?

-Mis tíos intuyen que sigo pensando en él.

-¿Will y Melissa?¿Pero cómo se han enterado?

-El día que me capturó Thomas se enteraron de que había estado con Alexander la tarde anterior y ataron cabos por lo que ya sabían de antes.

-Intuyo que el resto de tu familia no sabe absolutamente nada.

-Exacto y así tiene que seguir siendo.

-Me extraña que tu tío Will sea supuestamente el hombre de más confianza de tu padre y no le haya contado algo tan importante.

-Quiere protegerme, supongo.

-¿Protegerte? Pero... ¿Te harían daño si se enterasen?- Pregunta asustado.

-¿Qué?¡No! Pero... No sabemos cómo reaccionarían, y creo que no quiero saberlo.

-Pues Haley, veo un problema ahí- Interviene Emma. -¿Qué se supone que vas a hacer, mantener correspondencia con él y encontraros en secreto?¿Hasta cuándo?

-No lo sé, ¿Vale? Estoy hecha un lío con todo esto.

Unos llamados en la puerta interrumpen la conversación, y la verdad es que me siento aliviada. Bastante.

-Están Jason y Nora aquí- Comunica Finn desde la puerta.

-¿Jason?- Liam eleva la voz. -¿No le caíamos mal?

-Pues ya ves que no. Ha venido a invitarnos a cenar en el Golden Barriers, pero también vendrán los hermanos de Haley y los estirados.

-¿Los llamáis estirados? No os puedo juzgar, lo son completamente- Apoyo el mote.

-¿Y ellos quieren ir con gente como nosotros?- Liam entrecierra los ojos. -Lo dudo bastante.

-No quieren, al menos los mellizos- Confieso. -Pero Jason sí y es su cumpleaños, así que él decide.

-Me alegro mucho de que les ponga en su sitio- Dice Emma. -No soporto a la gente así.

-Pues esta noche los vais a tener que ver, pero bueno, así me apoyáis y no sufro yo sola.

-Me parece correcto- Liam se levanta. -Además, así conocemos a los estirados en persona y vemos a lo que te enfrentas a diario.

Bajamos al piso de abajo, en el cual nos encontramos a mis primos hablando con Sadie y Kai, que acaban de llegar de hacer la compra. Traen un montón de bolsas, aunque supongo que tiene sentido, pues son cinco y no creo que quieran ir al mercado muy seguido.

-Felicidades, amargado- Liam sonríe cuando llegamos hasta ellos.

-Me felicitas y luego lo arruinas insultándome- Se queja mi primo.

-No es un insulto, es un hecho. Eres un poco amargado, sólo un poco.

-No lo soy- Gruñe. -Y como sigas así te voy a dejar fuera del plan.

-Está bien, está bien- Levanta las manos. -Ya me callo. Pero no será durante mucho tiempo.

-Bueno, por ahora me conformo con eso.

Parece que pueden tolerarse y llegar a conversar sin pelear demasiado. Me alegro mucho, porque verdaderamente creo que a Jason le vendría muy bien entrar en este grupo.

Pasamos juntos el resto de la mañana y tarde. Sé que mis padres me van a regañar por no haber pisado el Palacio en casi todo el día, pero... Francamente, ha merecido la pena. Necesitaba alejarme de esa gente unas pocas horas y lo he conseguido.

Cuando va llegando la noche nos ponemos en camino hacia el restaurante, que se encuentra bastante lejos de la casa de mis amigos, pero no tanto del Palacio. Está ubicado cerca de una zona residencial de lujo, lo cual tiene bastante sentido, porque sólo se lo pueden permitir las personas que cuentan con un alto poder adquisitivo.

Cuando los carruajes nos dejan vamos caminando por la acera hasta que por fin divisamos de lejos a mis hermanos y a los Valencourt, acompañados de bastantes guardias. Están medianamente cerca, pero apenas hablan entre ellos. Elianna tiene mala cara, así que supongo que la pelea con su hermana fue a más. No me extraña, porque Sophia es insoportable y parecen tener una personalidad y unas opiniones muy distintas.

Están tan distraídos que sólo se percatan de nuestra presencia cuando nos quedan apenas unos metros para llegar. Sophia tuerce el gesto enseguida al ver a mis amigos, pero Dominic se esfuerza más por ocultarlo.

Mis hermanos, en cambio, parecen completamente aliviados cuando nos ven. Les entiendo a la perfección, los pobres han tenido que soportar a esta gente todo el día.

-Habéis tardado mucho- Se queja Ry.

-Había tráfico de carruajes- Nos excusa Jason. -No ha sido nuestra culpa.

-Ya... Bueno- Se gira hacia los savyrgenses. -Comencemos con las presentaciones, que ya tengo hambre.

-Está bien- Matt se adelanta. -Ellos son los Valencourt. Dominic, Sophia y...- Hace una pausa, por algún motivo que desconozco. -Elianna- Ella lo mira rápidamente ante lo sucedido, pero no dice nada.

-Y ellos son mis amigos- Los señalo. -Bueno, nuestros- Miro a mi prima. -Emma, Liam, Finn, Sadie y Kai.

-¿Quién de vosotros es Liam?- Pregunta de repente Dominic.

-Yo- Responde el nombrado, dando un paso adelante.

-No nos habías contado que tenía un hermano gemelo- Observa de reojo a Finn.

-No salió el tema en aquel momento- Me encojo de hombros.

-Venga, vamos a entrar- Nos apremia Ry, cortando la conversación.

Le hacemos caso y nos aventuramos dentro del restaurante. No sé por qué, pero tengo la sensación de que no va a ser una noche tranquila. Espero equivocarme.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022