Hoy es uno de noviembre y eso significa que hoy llegan los Valencourt. Me he estado mentalizando la última semana y media, porque no me apetece nada recibirlos. Aún no hace ni dos meses desde que recuperé a mi familia y quería estar a solas con ellos el mayor tiempo posible. Pero bueno, todo sea por la alianza.
Llegarán a la hora de comer, y ahora los empleados del Palacio están haciendo los últimos preparativos para ese momento. En estos últimos días nos hemos centrado en adornar el lugar lo máximo posible, para que tenga un aspecto bastante parecido al que tenía la última vez que lo visitaron.
Me pongo un vestido rojo elegante entallado en la cintura, porque nos han dicho que tenemos que vestirnos bastante bien, sobre todo esta primera vez, para dar una buena impresión. Según papá, no debemos dar ninguna muestra de debilidad, así que debemos actuar como si tuviésemos el mismo poderío económico que teníamos hace una década. Las apariencias son extremadamente importantes.
Me hago un recogido formal y luego me coloco unos pendientes dorados. Me pongo una pequeña capa de maquillaje, algo que queda natural y que le proporciona más perfección y luminosidad a mi rostro, y además destaca mis ojos y labios. Me observo frente al espejo quedando bastante satisfecha con mi aspecto, así que decido bajar al piso de abajo para encontrarme con todos.
Voy bastante tranquila, pero freno en seco cuando me doy cuenta de que los Valencourt acaban de llegar y ya están hablando con mis padres y mis tíos. Mierda, ¿No iban a llegar a la hora de comer?¿Por qué se han adelantado?
Observo a las cinco personas desconocidas y sinceramente no reconozco muchos cambios evidentes en los padres, más allá del envejecimiento propio de la edad. Aún así, el tiempo no parece haberles afectado en exceso. Los hijos, en cambio... Son muy distintos, evidentemente. Ya son mayores los tres, pero no logro verles la cara porque se encuentran de perfil.
Mis hermanos aparecen justo en ese momento también, avisados por Gabriel, que viene con ellos. Ambos van vestidos con un traje azul oscuro bastante elegante. Los tres nos miramos, transmitiéndonos fuerzas los unos a los otros, y finalmente decidimos acercarnos hacia ellos.
-Mira, aquí están- Dice papá, porque al parecer estaban hablando de nosotros.
Efectivamente, los tres hermanos han cambiado bastante. Dominic ahora es medianamente alto, similar a mis hermanos, lo cual me sorprende porque de niño era bajito. Se podría decir que es guapo, posee rasgos finos y elegantes, especialmente añadiendo el cabello oscuro, los ojos grises, la mirada decidida y el porte recto y confiado. Estoy segura de que, teniendo en cuenta eso y su posición... Tiene a casi todas las chicas de Nessania locas por él, pero la verdad es que no es mi estilo de hombre. Yo tengo... Bueno, tengo a otro en la cabeza.
Sophia y Elianna son guapas también, con rasgos finos parecidos a los de su hermano. Especialmente Sophia es la que más se parece y creo que es una versión de Dominic en femenino, pero con los ojos color marrón claro. Elianna se diferencia un poco más y, a mi parecer, es más hermosa que su hermana mayor. Tiene además una sonrisa más bonita y sincera, que contrasta con la mueca falsa y forzada de la otra.
Los extranjeros fijan sus miradas en nosotros, al principio en los tres, pero luego van centrándose según el interés de cada uno. No pasan nada desapercibidas para mí las de Dominic y su padre sobre mí, que me escudriñan con intensidad de arriba a abajo. Quizás con demasiado interés.
Enseguida empiezo a sentirme incómoda, pero me esfuerzo para que no se me note y esbozo una encantadora sonrisa. Sophia también me mira bastante, pero ella lo hace juzgándome y como con altivez, no tengo ni idea de por qué. Supongo que sigue siendo igual de insoportable que cuando era una niña.
La reina Cordelia le dedica una mirada asesina al rey Brogan, es bastante sutil, pero yo soy muy observadora y consigo captarla. Supongo que es porque no quería quitarme los ojos de encima y ella temía que mis padres y mis tíos se dieran cuenta. Y bueno, también la estaba poniendo en ridículo.
Su hijo hace lo mismo, francamente, pero a él no le dice nada. Tiene sentido, porque en su caso es más normal. Él no está comiéndose con los ojos a alguien que es treinta años más joven que él, como está haciendo su padre. Lo suyo no es de pervertido.
Me fijo en Sophia, que efectivamente parece haber fichado ya a Matt, como vaticinó mi prima. Lo mira de arriba a abajo y sonríe con malicia. Yo trato de no reírme de eso, y parece que Ry también se ha dado cuenta, porque está igual que yo. Matt en cambio se mantiene serio, demostrando que eso no le gusta.
-Es un placer veros de nuevo- Es el rey Brogan el que habla.
-El placer es nuestro- Dice Matt en tono neutro, colocando las manos detrás de la espalda. Me doy cuenta de que Sophia no se pierde ninguno de sus movimientos.
-Bueno, creo que lo mejor será que vayamos a sentarnos para poder hablar más tranquilamente- Propone papá. -¿No creéis?
-Por supuesto- Responde Brogan.
Nos sentamos todos en los sillones del salón principal y yo suspiro, pues no planeo hablar a menos que me pregunten, sólo escuchar. Así que espero que la conversación no sea demasiado larga, porque sino me aburriré muchísimo.
-Entonces has vuelto oficialmente, ¿No, William?- Indaga Brogan, sorprendiéndome.
¿Qué más le da a él lo que haga mi tío? Además, no me parece una pregunta inocente.
-Así es, por ahora voy a quedarme en el Consejo.
-Buena decisión- Mira esta vez a mi padre. -Siempre es mejor tener a la familia cerca, especialmente a los que sabes que son leales.
-Bueno, por eso se lo pedí.
-Entonces asumo que ya es público vuestro parentesco.
-No tenía sentido ocultarlo más- Mi tío se encoge de hombros.
¿Por qué Brogan lo sabía y yo no? Me parece muy mal.
-Entiendo. Lo cierto es que te admiro- Confiesa.
-¿A mí?¿Por qué?
-No sé si yo habría sido capaz de ir en contra de Thomas de la manera en la que tú lo has hecho, arriesgándote a que descubriera tu relación con el rey y te cogiera. Bueno, tú y tu mujer- Observa a la tía Mel.
-Era mi sobrina, ¿Cómo no iba a protegerla?
-Te podían matar por ello... o algo peor. Además, ¿No tenéis una hija?
-Sí.
-¿Qué edad tiene?
-Ocho años- A mi tío se le empieza a notar la incomodidad por tanto interrogatorio, y papá lo nota.
-Si no os importa, dejemos el tema de todo lo que pasó durante la época de Thomas. Ya está muerto y con él debe morir todo lo que sucedió. Ahora debemos centrarnos en el presente y, sobre todo, en el futuro.
-Estamos de acuerdo- Habla esta vez la reina Cordelia. -Está muerto y ya no debemos preocuparnos por él, pero eso no significa que la amenaza que representa Kalaryan haya desaparecido. No podemos confiar en su hijo, la única razón por la que ayudó a derrocar a Thomas fue porque no quería esperar más para subir al trono.
-Lo sabemos- Dice mamá. -Por eso precisamente os hemos invitado.
-Habéis hecho bien. He escuchado muchas cosas sobre Alexander de su período en el ejército y... Definitivamente no podemos fiarnos de él- Interviene Dominic.
-¿Qué cosas?- Pregunta Ry con curiosidad.
-Digamos que no es precisamente la persona más compasiva y buena del mundo. Por eso ha obtenido tantos éxitos militares, porque no le importa nada ni nadie. Le da igual a quién hace daño mientras él consiga sus objetivos. Es una persona terrible y me causa repulsión que alguien así ocupe el trono ahora. Él no es mejor que su padre, en absoluto.
Es cierto que Alexander no se caracteriza por su bondad, pero... No me gusta que hablen así de él, como si fuese un monstruo igual que Thomas. Thomas no tenía sentimientos y eso se notaba, pero no es el caso con Alexander, pues Emma tenía razón. Los tiene, pero están ocultos debajo de su coraza.
Tengo pruebas de ello, y es que alguien tan monstruoso no haría todo lo que ha hecho Alexander por mí. Yo no habría besado a un hombre que fuese igual que Thomas y no me causaría estas cosas.
-Es un asesino, calculador, ambicioso, frío, manipulador, no conoce la piedad ni le interesa ponerla en práctica- Continúa Dominic.
-Sí, sí, como todos los Larssen- Dice papá. -Esa familia es la maldición de Evorn. Durante estos años se ha establecido la idea de que Thomas era el único malvado. Qué bien les ha venido eso para taparse el resto y fingir que ellos no lo son.
Thomas definitivamente era una excepción, al menos lo comprobé con los que conocí, Alexander y su tía Shira.
-Qué pena que no pudiésemos encargarnos de él cuando era un crío- Se lamenta Brogan. -Nos habría resuelto todos los problemas. Incluso ahora podríamos haber presionado para expulsar definitivamente a los Larssen del trono de Kalaryan por falta de heredero claro.
Critica la supuesta crueldad de Alexander y luego dice que desearía haber podido matar a un niño. La hipocresía en su máximo esplendor. Qué rabia me está dando, pero por desgracia no puedo hacer nada al respecto. No puedo decir nada para defenderlo, porque me descubriría y... No, eso no puede pasar.
-Y no somos los únicos- Vuelve a intervenir Dominic. -Los turjolenses también lo odian, al parecer se pasó por allí hará cosa de cinco meses y apuñaló al rey Titus en la pierna. Nuestros embajadores dicen que la reina Wilhelmina aún tiene pesadillas con eso, porque ella estaba presente cuando sucedió.
-Por todos los dioses, pobre mujer- Dice mamá. -Qué bestia es ese hombre, me causa escalofríos.
Sinceramente, a saber qué habría hecho el rey Titus para que Alexander sintiese la necesidad de hacer eso. No creo que fuera simplemente por diversión, quizás fue por venganza de algo.
-Quizás ellos estén dispuestos a unirse a la alianza en un futuro- Comenta Brogan. -Dentro de un tiempo podríamos empezar a tantear y formando parte tres reinos... La cosa cambia. Además, Zemere no está como para apoyar a Kalaryan ahora. Y bueno, con que Sodova se mantenga neutral...
¿Pero qué dice?¿Están hablando de atacar a Alexander?
-No ahora- Aclara al ver la expresión de papá. -Pero sí en un futuro.
-Bastante lejano, pues nosotros no estamos cerca de estar en posición de atacar.
-Lo sé, lo sé. Por eso no me refería a ahora, pero... De aquí a dos o tres años quizás sí.
-Puede ser- Papá se rasca la barbilla, pensativo.
-Quizás podríamos llegar a contar incluso con el apoyo de Brendan- Propone Dominic. -Alexander es su máximo rival y lleva años deseando acabar con él. Se rumorea que les ha contado a sus allegados cómo pretende darle muerte con todo lujo de detalles. Es bastante horrible, pero alguien como él se lo merece.
-¿Cómo?- Cuestiona Matt.
-No seré muy explícito, pero... Incluye quemar con ácido y otras torturas varias, crucifixión, desmembramiento, despellejamiento... Bueno, ya podéis imaginarlo.
Siento arcadas que me resultan difíciles de disimular, pero no por la dureza de lo que ha descrito, no. Yo no soy una persona que vomita cuando escucha ese tipo de cosas, pero en estos momentos tengo ganas de hacerlo porque sólo el hecho de pensar que pueden hacerle todo eso a Alexander y que todos los aquí presentes estarían de acuerdo... Me resulta insoportable.
No sólo eso, les gustaría contribuir a que suceda. Confío mucho en sus capacidades, pero... ¿Qué pasaría si tuviesen éxito? No, no pueden tenerlo, es imposible. A él no puede pasarle algo así, él no puede morir así. Él no puede morir, no quiero que muera, pero toda mi familia podría conspirar en un futuro en su contra.
Comentan algo que no escucho por la ansiedad que estoy sintiendo y el rey Brogan y papá se ríen. Me imagino que lo están haciendo teniendo presente la imagen de cómo le hacen daño a Alexander y siento asco, rabia y miedo. Trato de controlarme y aparentar que no odio por completo la posibilidad de que le hagan eso, pero es muy difícil y creo que no lo estoy consiguiendo porque Ry y los tíos Will y Melissa me miran de reojo.
Creo que estoy pálida y no sé cuánto más voy a poder aguantar sin comenzar a gritarles a todos o hacer alguna otra estupidez. Cierro los ojos tratando de no escucharles para calmarme, pero me es imposible. Dominic dice algo sobre que deberían empezar arrancándole la lengua y los ojos públicamente, y es entonces cuando me levanto y corro fuera de la sala, ignorando las voces que me llaman.
Ahora mismo me da igual lo que piensen de mi acción, sólo quiero alejarme de las personas que están hablando de torturar y matar de la forma más dolorosa y humillante posible al hombre que... Que como mínimo, me importa. Bastante. Lo que sé seguro es que quiero que esté bien y no entiendo por qué ellos no pueden dejarlo en paz, mientras él no les haga nada.
Me encierro en el primer baño que encuentro y ya allí me siento en el suelo, apoyando la espalda en la pared y abrazándome las piernas con ambos brazos. Me da igual que se me manche el vestido, ahora mismo eso no es importante.
-Haley, ¿Estás bien?- Escucho la voz del tío Will, pero las de mis padres llegan por detrás.
No les respondo a ninguno, sólo me aseguro de que el cerrojo esté puesto para que no puedan acceder. Ahora mismo quiero estar sola, no quiero ver a nadie. Además, no saben lo que me pasa realmente, así que es mejor que se vayan.
-Sal, por favor, cariño- Pide mamá. -Estamos preocupados.
-Estoy bien- Respondo con un hilo de voz. -Podéis iros.
-No nos vamos a ir hasta que podamos comprobarlo, así que es mejor que salgas- Advierte papá.
-Quiero estar sola unos minutos.
-¿Por qué?¿Qué ocurre?
-Sólo dejadme, por favor.
Escucho claramente cómo mantienen una conversación en voz baja fuera. Me esfuerzo por oír lo que dicen con exactitud, pero es imposible. Aunque bueno, asumo que se están debatiendo entre hacerme caso o quedarse a esperar a que salga y seguir presionándome. Al final, después de unos minutos, parece que se convencen y escucho pasos alejándose.
Fuera no hay nada más que el silencio absoluto, pero aún así espero unos minutos más antes de salir, disfrutando de la calma que tanto necesitaba.
Abandono el baño y salgo al pasillo, pero allí me encuentro de sorpresa con la tía Mel. Ella me coge del brazo y nos mete en el baño a las dos, volviendo a poner el cerrojo.
-¿Qué pasa?- Pregunto, haciéndome la tonta.
-¿A qué ha venido eso?¿Por qué has salido corriendo?
-No lo sé, me he agobiado y...
-¿Ha sido por aprensión o ha sido por otra cosa?- Entrecierra los ojos.
-Aprensión, me estaba imaginando todas lo que decían.
-Ya.
Ambas sabemos que estoy mintiendo.
-Prometiste que te olvidarías de él- Dice después de unos segundos.
-Y lo hice- Vuelvo a mentir.
-Por tu reacción queda claro que no lo has hecho.
-Que no quiera que le hagan todas esas cosas tan horribles no significa que aún siga pensando en él.
-Una cosa es no querer, que lo puedo llegar a entender, y otra es... Reaccionar así. Haley, uno no reacciona así por alguien que no le importa. Uno se comporta así por alguien que le importa... mucho.
-¿Y qué pasa si me importa? No soy de piedra, él me salvó y...
-Y ahora que has vuelto con tu familia, él es tu enemigo- Me recuerda. -No niego que te ayudase, pero... Tienes que esforzarte por olvidar lo que sea que hubiese entre vosotros. En cualquier otra circunstancia no te pediría esto, porque no elegimos quién nos gusta. Pero este caso es una excepción y... Es decisión tuya, pero debes pensar en las consecuencias que podría tener.
Tiene razón, sé que la tiene. Yo no puedo tener nada con Alexander, siendo quien soy es imposible. Mi parte racional está completamente de acuerdo con ella y sabe que debería cortarlo de raíz. El problema es que mi otra parte no lo está, esa parte quiere seguir.
Vivo en un debate interno continuo entre los dos lados y lo cierto es que me da miedo que gane definitivamente cualquiera de los dos. Es más, le tengo pánico.
-Está bien, lo intentaré- Prometo. Sinceramente no sé lo que voy a hacer, pero ahora mismo prefiero decirle lo que quiere oír.
-Espero que lo digas de verdad.
-Me voy a mi cuarto, que se me ha puesto mal cuerpo- Confieso.
-Está bien. También es cierto que ha sido muy salvaje lo que ha dicho el príncipe, en eso tengo que darte la razón.
Asiento y me dirijo a mi habitación. Es probable que me regañen por dar semejante imagen frente a los Valencourt, pero paso de pensar en eso ahora. Al menos me he librado de tener que estar presente en el resto de la conversación.
Me tumbo en la cama a descansar, y una hora después, aproximadamente, resuenan unos golpes suaves en la puerta.
-¿Quién es?- Pregunto con cautela.
-Dominic.
¿Dominic? Pero... ¿Qué está haciendo aquí?¿Por qué no está abajo con el resto? Y lo más importante... ¿Por qué le han dejado subir?
Me levanto y voy a abrir la puerta, encontrándomelo allí con una expresión un poco compungida.
-¿Qué ocurre?
-Quería disculparme- Responde. -Por todo lo que dije antes.
-N-no es necesario.
-Sí lo es. Debí imaginar que no todo el mundo querría escuchar semejantes cosas, hay gente que es más... sensible. En fin, lo siento por eso, no volverá a ocurrir.
-Está bien- No sé qué más decir.
-¿Aceptas mis disculpas?
-Sí, supongo.
-Menos mal, no quería que empezáramos con mal pie, ya que vamos a pasar bastante tiempo juntos.
-Ya- Me cuesta demasiado no resultar seca.
-En fin... Pues eso. Espero que podamos olvidar esto.
-Por mi parte ya está olvidado- Se lo aseguro para que se calle y se vaya.
-Bien, bueno, pues entonces... Me voy. Te dejo sola otra vez- Hace el amago de irse, pero se vuelve hacia mí de nuevo- Aunque puedes bajar, porque te prometo que no volveré a sacar el tema.
-Quizás en un rato- Musito poco convencida.
-Me conformo con eso- Esboza una sonrisa y luego finalmente decide volver con el resto.
Menudo cambio con cómo me trataba cuando era una niña y cómo me trata ahora. Mi yo de ocho años no se lo habría creído. No soy tonta, sé perfectamente por qué es. Tengo ojos en la cara y he visto cómo me ha mirado cuando me ha "conocido". No era una mirada de indiferencia, en absoluto.
Era la misma mirada que Sophia le ha dedicado a Matt. La mirada de "te he fichado". Todas las personas me han dicho siempre que soy guapa y además soy la hija del aliado de su padre, así que supongo que eso en conjunto me convierte en una buena opción para él. Realmente me gustaría que no fuese así, porque sólo me va a complicar las cosas, pero creo que mi intuición no se equivoca.
No entiendo por qué no puedo tener suerte en nada, de verdad. No es justo que siempre me pasen cosas de este tipo. Y encima el rey Brogan me ha mirado como un auténtico pervertido, ignorando completamente la presencia de su esposa. Es genial, de verdad. Pues espero que se corten más en el futuro próximo, porque sino va a haber problemas.
Y no queremos que los haya.